Sara Sorribes y Cristina Bucsa mantienen la tradición española en París: ganan el bronce en dobles (6-2 y 6-2)
Ganaron a las checas Karolina Muchova y Linda Noskova en el duelo por el tercer y el cuarto puesto. Continúan así el legado de Rafa Nadal en la Philippe Chatrier, en Roland Garros
Importó poco el escaso conocimiento que Sara Sorribes y Cristina Bucsa tenían de las checas. Lo confesó Bucsa tras caer en las semifinales, casi sin saber quiénes eran sus adversarias. Pero quedó claro que la preparación fue exhaustiva; que estaban estudiadas al dedillo; que no había forma de que este bronce se escapara, quién sabe si dedicado a Carolina Marín tras ver la otra cara de la moneda. España ha sumado la novena medalla de estos Juegos Olímpicos en tenis, en el dobles femenino, al ganar a la República Checa, a Karolina Muchova y a Linda Noskova (6-2 y 6-2).
Atrás quedaron las caras de decepción de las semifinales, había que soñar con el bronce que finalmente se ha conseguido; Cristina lo tuvo claro desde la derrota ante las rusas. No habían tenido siquiera tiempo para procesar el dolor. Pero Bucsa ya estaba animando a Sorribes antes de abandonar Roland Garros.
Las derechas que en semifinales volvían envenenadas se convirtieron en disparos, casi en misiles. Sorribes tenía una metralleta, nada de raquetas. Sus golpes desde atrás catapultaron a España hacia la gloria en un domingo parisino, en la Philippe Chatrier, donde hasta la banda parecía sacada de verbena española.
El gesto de rabia tras el primer break lo dijo todo. Era la confirmación de que la faena había empezado con buen pie, que se encontraban en casa. Y no es un decir, ya saben que España, con la estatua de su Dios del tenis en la puerta, casi es anfitriona en Roland Garros. Unos marcaron el camino y otras se han encargado de mantener el legado.
El desparpajo de Cristina
Se merecía el éxito este binomio nacido del azar. De la necesidad de Sorribes de encontrar pareja, de encontrar una compañera de viaje. Bucsa casi tuvo un papel secundario en la historia, porque fue más bien su madre la que jugó ese papel protagónico. Cristina no dudó y cómo vas a desconfiar de los que no tienen atisbo de duda.
El 6-2 del primer set confirmó también el buen nivel de Cristina. Su lucidez y desparpajo, especialmente en la red, congelaron a las checas en el duelo. Sus paralelos estaban casi cargados por el diablo, como sus restos. La mejora respecto a las semifinales era evidente y así se antojaba difícil quedarse sin medalla.
El azar se alió con España
El primer break del segundo set fue el presagio definitivo. España acariciaba el metal, pero la adversidad estaba todavía presente. Las checas le devolvieron la rotura y se colocaron 3-1, conformándose con esa victoria efímera. Con un pequeño triunfo que tornó en espejismo, porque Sorribes y Bucsa no entregaron las armas.
Sorribes visualizaba el bronce en la previa, pero prefería no pensar en él. Ahora lo tiene colgado en el cuello, como Bucsa, su pareja por casualidad. Bendita casualidad. Ya podemos afirmar que el azar se alió con España, igual que la megafonía y el público. Sara y Cristina han triunfado en París.
Importó poco el escaso conocimiento que Sara Sorribes y Cristina Bucsa tenían de las checas. Lo confesó Bucsa tras caer en las semifinales, casi sin saber quiénes eran sus adversarias. Pero quedó claro que la preparación fue exhaustiva; que estaban estudiadas al dedillo; que no había forma de que este bronce se escapara, quién sabe si dedicado a Carolina Marín tras ver la otra cara de la moneda. España ha sumado la novena medalla de estos Juegos Olímpicos en tenis, en el dobles femenino, al ganar a la República Checa, a Karolina Muchova y a Linda Noskova (6-2 y 6-2).
- Una noche aciaga para Ana Peleteiro: termina sexta y se le escapa la medalla en triple salto Rafa La Casa. París
- Ayoub Ghadfa reivindica el gran nivel del boxeo español y alcanza la octava medalla en París Albert Ortega. París
- Ray Zapata, de cañas por París: la celebración del español tras su diploma olímpico El Confidente Olímpico