Cuando ni Saúl Craviotto puede: el piragüismo español acaba el día sin medalla

Llegaba el grupo español de piragüismo a la fase decisiva por las medallas con casi un pleno de acierto. Carlos Arévalo y Saúl Craviotto se habían colado en la final del K1 200 con autoridad en el caso del primero y con remontada para el medallista olímpico. Paco Cubelos e Íñigo Peña, la pareja que disputó el K2 1000, logró el acceso quedando cuartos en su serie. Antía Jácome hizo lo propio para solicitar su plaza en la final del C1 200 metros (también cuarta en sus semifinales). Solo quedó fuera de la lucha por el metal Isabel Contreras en la categoría K1 500… Y aun así se desquitó con un tercer puesto en la final C, dejando la prueba con buen sabor de boca. Pero todas las opciones se desvanecieron en el momento de la verdad.

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Arévalo lo tuvo en la mano

Pero lo que se antojaba como una jornada histórica se torció desde la primera final del K1 200. A Saúl Craviotto, que todavía aspira a igualar a su excompañero y amigo David Cal como atleta español con más medallas de la historia, se le volvió a atragantar la salida. Este hándicap ha acompañado al catalán durante los Juegos Olímpicos de Tokio. De nada sirvió su desempeño de menos a más, no participó en la lucha final por el metal. Diferente fue el caso de Carlos Arévalo, que venía demostrando un nivel de forma cercano a los grandes favoritos. El gallego no le perdió la cara a la carrera en ningún momento, optando al bronce hasta el último momento. Finalmente, tuvo que conformarse con el quinto puesto.

Arévalo firmó un crono de 35.391, 0.356 segundos por detrás del húngaro Sándor Tótka, que hizo un tiempo de 35.035 segundos y se colgó la medalla de oro en la prueba. Craviotto terminó séptimo con un tiempo de 35.568. La medalla de plata fue a parar al italiano Manfredi Rizza (35.080) y el bronce al británico Liam Heath, que conquistó el oro en Río 2016 en esa categoría y la plata en el K2 200 m.

Aunque las grandes expectativas, y la magnífica clasificación tanto en fases previas como en semifinal, pusieron el foco en esta cita, la delegación española de piragüismo tiene sus máximas ilusiones puestas en la prueba del K4-500. Ahí estarán tanto Arévalo como Craviotto con una nueva oportunidad.

La estrategia les falló a Cubelos y Peña

Paco Cubelos e Íñigo Peña finalizaron en sexta posición en la categoría de K2 1000. Eran una de las grandes opciones de medalla para España en esta jornada, pero se tuvieron que conformar con el diploma olímpico. Tal y como suelen ejecutar en sus carreras, el talaverano y el guipuzcoano optaron por un estilo conservador. La idea era mantener posición en el tramo inicial de carrera, evitar desgaste y apostarlo todo a los últimos 500 metros, su zona predilecta. Pudieron remontar dos puestos con dicha estrategia, pero el alto nivel de la final evitó que los rivales se desgastaran tanto como para luchar por la medalla. Los australianos Green Thomas y Jean van der Westhuyzen, medalla de oro.

Antía, a dos décimas del bronce

Antía Jácome puede estar plenamente orgullosa de su final en la categoría C1 200 metros. A sus 21 años, la gallega quedó en quinta posición en la carrera celebrada en el canal Sea Forest de Tokio. La pontevedresa firmó un crono de 47.226 segundos, 1.294 por detrás de la estadounidense Nevin Harrison, que se colgó el oro. Estuvo a dos décimas de alcanzar la medalla de bronce. En ningún momento le perdió el ritmo a la prueba.

La plata fue para la canadiense Laurence Vincent-Lapointe, que hizo un tiempo de 46.786, y el bronce para la ucraniana Liudmyla Luzan, que cruzó la meta con un cronómetro de 47.034 segundos.