Dos bofetadas y a competir: qué hay detrás de los manotazos a la judoca Martyna Trajdos

La judoca alemana Martyna Trajdos, deportista olímpica en los Juegos de Tokio 2020, camina acompañada de su entrenador hacia el tatami y, antes de subir para competir, es zarandeada por el judogi —el uniforme de los judokas— para acabar recibiendo dos bofetadas en la izquierda, una con cada mano. Es una imagen de apenas 10 segundos, pero ha circulado por las redes sociales provocando cierta controversia entre los que desconocían lo que estaba ocurriendo. "Si hay que abofetear a una persona para que salga a competir es que algo no funciona muy bien", escribía una usuaria de Twitter en su perfil.

Las críticas se dirigieron principalmente al entrenador de Trajdos, el rumano Claudiu Pusa, como era de esperar. Sin embargo, la atleta ha salido a explicar que lo que podría parecer un acto de violencia es, simplemente, un ritual escogido por ella misma antes de competir. "Parece que no fue lo suficientemente fuerte", bromeó Trajdos desde su perfil oficial de Instagram: la judoca no consiguió pasar en la ronda de dieciseisavos de judo en peso -63 kg, en la que se enfrentó a la húngara Szofi Ozbas. "Ojalá pudiera haber escrito otro titular diferente hoy. Como ya expliqué, ¡este es el ritual que escogí antes de la competición! Mi entrenador solo está haciendo lo que quiero que haga para animarme", escribió.

El hecho de que el 'ritual de bofetadas' fuera elección de la propia deportista no le ha valido al entrenador para librarse de una reprimenda. La Federación Internacional de Judo comunicó un día después que había dirigido una "seria advertencia" al entrenador del equipo alemán, Pusa, por el "mal comportamiento mostrado durante la competición". "El judo es un deporte instructivo y, como tal, no se puede tolerar tal comportamiento, que va en contra del código moral del judo".