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La dura vida de Gazi Jalidov: el refugiado que huyó a España y da una alegría en los Juegos
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el niño que se hizo boxeador

La dura vida de Gazi Jalidov: el refugiado que huyó a España y da una alegría en los Juegos

Gazi, de origen ruso, se instaló en España tras huir de Daguestán. Cuando llegó a nuestro país conoció la muerte de su padre. Tenía 10 años. Hoy, a los 26 años, le dedica la victoria en los Juegos

Foto: Gazi Jalidov en el combate contra Aokuoso. (@COE_es)
Gazi Jalidov en el combate contra Aokuoso. (@COE_es)

“Para mí esto es una fiesta”, dice el boxeador riojano Gazi Jalidov tras ganar el combate al australiano Paulo Aokuoso y clasificarse para los cuartos de final en la categoría de menos de 81 kg. Es otra de las esperanzas del deporte español en boxeo para conseguir medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio. Gazi sonríe, es el más feliz del mundo y, tras un duro e igualado combate, en el que los cinco jueces le dan como vencedor, levanta el brazo y mira al cielo. Esa mirada es la de la victoria, pero también la del sufrimiento y tiene que estar dirigida para su padre. Dedicada a la persona que murió en una zona de conflicto y de la que tuvo que huir la familia.

La vida de Gazi Jalidov ha sido dura, demasiado cruel y llena de dificultades. Tuvo que huir, junto con su madre y sus cuatro hermanos, de la República de Daguestán. Su padre se quedó. El viaje por Europa les llevó a pasar por Alemania, Francia y finalmente España, donde con la ayuda de la Cruz Roja pasaron por San Sebastián y posteriormente se instalaron en Logroño como refugiados políticos.

Foto: Maialen Chourraut en Tokio. (Reuters)

Cuando llegó a nuestro país, con 10 años y un tortuoso viaje, recibió la noticia del fallecimiento de su padre. Hoy, con 26 años, Gazi tiene una personalidad fuerte, endurecida por los golpes de la vida que son más fuertes y violentos que los que recibe en el cuadrilátero. El niño que huyó de Rusia y se instaló en Logroño tuvo que reconstruir su vida junto con su familia, alimentarla de esperanza y labrarse un futuro, con ilusiones y retos, que recibe su primer gran premio con el triunfo en el debut de los Juegos en el Kokugikan Arena, el templo del sumo.

La lesión en la mano

Su pasión, dedicación y sacrifico por el boxeo dan los frutos esperados. Gazi Jalidov empezó dando puñetazos en un gimnasio junto a su hermano. Tenía 15 años y este deporte le sirvió para liberarse, formar una personalidad extrovertida y competitiva. El deporte era la mejor válvula de escape a los golpes que daba la vida, a la incertidumbre y el dolor de perder a un padre.

El boxeo fue un aprendizaje y su progresión empezó a ser considerada por los especialistas de este deporte. Hasta que sufrió una lesión en la mano derecha, de la que se quiso recuperar en Rusia, donde regresó, cuando el país estaba más seguro, para visitar al resto de familiares. La operación no salió bien. Regresó a España para tener otras opiniones médicas. La mano derecha sufría fracturas y fue intervenido en nuestro país con más éxito. El año que estuvo parado no dejó de entrenar, utilizaba el brazo izquierdo, pulía las habilidades con este puño y así, con horas y horas de entrenamiento, fue perfeccionando su mecánica de golpeo y habilidades en el combate.

Era una joya y cayó en manos de un entrenador que dio alas a su talento. El excampeón de España en peso supermedio, José Ignacio Barruetabeña, conocido como ‘Barru’, se convirtió en su preparador personal. También ejerció como un padre. Barru lo vio claro. Gazi tenía talento y mentalidad para competir contra los mejores. Había que sacar todo ese potencial que lleva dentro. Antes del combate en el debut en los Juegos, le animó con el siguiente mensaje: “Tu truco ha sido trabajar y trabajar. Sin atajos, sin escaqueos”.

Gazi Jalidov, que tuvo que buscarse la vida trabajando en la construcción y en el ocio nocturno, siguió con su pasión por ser boxeador y cumplir con el sueño de representar a España. Ha logrado una gran gesta con este triunfo en el debut de los Juegos que le lleva a poder aspirar a una medalla. Se enfrentará el viernes (06:06 horas) al ruso Iman Khataev, el principal favorito del torneo tras ganar al kazajo Nurdauletov. Es otro combate duro, pero Gazi está preparado para todo lo que le echen.

“Ha sido un rival bastante duro. Lo hemos sacado adelante y vamos a por más. La clave ha sido demostrar más coraje, garra y conectar más golpes. Para mí esto es una fiesta porque vengo a disfrutar. A darlo todo. Dios sabe lo que es bueno para nosotros. Al final gana el más inteligente y el que más se sacrifica”, son las palabras, emocionadas, de Gazi Jalidov tras su estreno en los Juegos Olímpicos de Tokio.

“Para mí esto es una fiesta”, dice el boxeador riojano Gazi Jalidov tras ganar el combate al australiano Paulo Aokuoso y clasificarse para los cuartos de final en la categoría de menos de 81 kg. Es otra de las esperanzas del deporte español en boxeo para conseguir medalla en los Juegos Olímpicos de Tokio. Gazi sonríe, es el más feliz del mundo y, tras un duro e igualado combate, en el que los cinco jueces le dan como vencedor, levanta el brazo y mira al cielo. Esa mirada es la de la victoria, pero también la del sufrimiento y tiene que estar dirigida para su padre. Dedicada a la persona que murió en una zona de conflicto y de la que tuvo que huir la familia.

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