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Regino Hernández, el 'friki' del manga y Netflix: ¿podrá vivir del snowboard ahora?
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ceutí afincado en mijas (Málaga)

Regino Hernández, el 'friki' del manga y Netflix: ¿podrá vivir del snowboard ahora?

El Confidencial habla con el medallista de bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno, Regino Hernández, y con su padre, que le aficionó a los cuatro años a este deporte en Sierra Nevada

Foto: Regino Hernández, tras alzarse con la Medalla de Bronce (Reuters).
Regino Hernández, tras alzarse con la Medalla de Bronce (Reuters).

Regino Hernández, fanático de Netflix (devoto de la serie ‘Hijos de la anarquía’) es un apasionado de los videojuegos y ‘friki’ de los manga. También le encanta Japón. “Tiene muchas ganas de conocer Tokio de manera más profunda. Ha competido allí, pero sólo conoce el aeropuerto, la pista y poco más”. Lo dice su padre, que también se llama Regino. Su hijo, ceutí, de 26 años, es medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang (Corea del Sur) en la modalidad de 'snowboard cross'.

Afincado desde que tenía un año en la urbanización El Coto de Mijas, municipio malagueño de la Costa del Sol, tenía marcado en rojo intenso el 15 de febrero de 2018. “Llevaba mucho tiempo entrenando para hoy. Sabíamos que veníamos bastante fuertes, con posibilidades y al final se ha hecho realidad”, cuenta el deportista a El Confidencial poco después de que la medalla esté ya colgada en su cuello.

Regino padre y su mujer (África) estaban desde las tres de la mañana pegados a la televisión con la clasificatoria. Lo pasaron mal, muy mal. Se movían de un lado a otro del salón delante del aparato, 'chillando' a su hijo, como si les oyera desde Corea. Ellos saben del peligro de este deporte, con el riesgo siempre amenazante. En las semifinales, a dos deportistas se los llevaron en camilla. Otro se partió un brazo. Se alcanzan velocidades de 90 km/h y saltos en el circuito de 35 metros de altura.

Foto: Regino Hernández celebra su bronce en los Juegos de PyeongChang. (Reuters)

"Papá, perdona, te tengo que dejar"

A las 7 de la mañana empezó a sonar el móvil y el teléfono fijo de la casa familiar de Mijas. Al principio no pudieron hablar con el campeón. Lo lograron un par de minutos después de que el deportista atendiera a los medios. Fue apenas un momento. “Papá, perdona, te tengo que dejar. Me llaman para la ceremonia de las medallas”.

El niño no se decidía. Le encantaba el 'snowboard', pero también el balonmano, el deporte que sus padres (su madre jugó de manera profesional) practicaron en Ceuta, la ciudad natal de sus progenitores. Entre noviembre y mayo era raro el fin de semana que no se decidían en ‘subir’ a Sierra Nevada. “Algunas veces no le apetecía montarse en el coche porque tenían algún partido de balonmano, pero cuando estábamos en la nieve, allí arriba, se le olvidaba. En la Sierra tenía también a sus amigos y era feliz, muy feliz”, recuerda el padre del medallista.

placeholder Regino Hernández, con peto rojo, en un salto de semifinales. (EFE)
Regino Hernández, con peto rojo, en un salto de semifinales. (EFE)

A los cuatro años ya tenía su tabla

¿De dónde le vino la afición por el 'snowboard'? Regino ‘senior’ regentó en el centro de Fuengirola, entre 1992 y 2002, una tienda de ropa y alquiler y compra de equipo de deportes extremos. El niño ya tenía a los cuatro años su propia tabla. “Era increíble la facilidad con la que aprendía. Desde chico siempre estaba muy coordinado y cualquier deporte se le daba bien. Llamaba mucho la atención por lo bien que lo hacía”.

Empezó a ganar campeonatos y más campeonatos. La gran sorpresa llegó en un torneo en Italia. Ya tenía 16 años y carecía de la tabla adecuada. Tampoco contaba con las botas necesarias. Ni era su modalidad. Le animaron a competir, por probar, “para que se divirtiera”. Quedó segundo. Aquello ya iba en serio. Llegaron los primeros Juegos Olímpicos… y así hasta este jueves.

placeholder Regino Hernández (c) con sus padres.
Regino Hernández (c) con sus padres.

"Su sueldo es normal"

Regino ha residido siempre en Mijas hasta que hace un año se desplazó a Villanueva de la Cañada (Madrid) para vivir, en un piso de alquiler, junto a su novia. Lo que espera su padre es que a partir de ahora pueda vivir de lo suyo, “de lo que le gusta”. El último año sí pudo hacerlo, pero hace dos años cayó lesionado y no tuvo derecho a beca. “Su sueldo es normal, como el de un trabajador”, dice el mayor de los Regino.

El medallista no llegó a terminar la ESO. Le gustaría seguir los estudios, pero no sabe cuándo. Lo tiene que hacer porque a él le apetezca. "Cuando él quiere algo, cuando se lo propone, lo consigue, pero no se le puede obligar a nada". A Regino, que habla muy bien inglés e italiano, tampoco le pueden imponer que renuncie a su Harley-Davidson. Con su imagen de pobladísima barba, melenas y tatuajes por todo el cuerpo parece un motero 'Ángel del Infierno', como si protagonizara una escena del emblemático libro de Hunter S. Thompson.

En esos tatuajes lleva calaveras, corazones y mensajes de dos amigos suyos muy queridos fallecidos: Israel Planas, su entrenador, que falleció en un accidente de tráfico poco después de haber quedado segundo en la Copa del Mundo de Sierra Nevada. En cada entrevista y siempre que puede, mira hacia el cielo y piensa en sus dos amigos. El otro se llamaba Ángel, de esos amigos del alma que son hermanos.

En sus tatuajes lleva calaveras, corazones y mensajes de dos amigos suyos muy queridos fallecidos

Ni sus padres ni su hermana Paola (32 años), que estudia Fisioterapia, se han podido desplazar a Corea. Es la época en la que tiene más trabajo Regino ‘senior’ como representante de ropa de deportes extremos. Por eso no han ido. “Estoy agotado, pero muy feliz. Es necesario que la gente sepa lo que es este deporte”, proclama el padre del 'niño' de la nieve.

Cuando el deportista atiende a El Confidencial apenas han pasado unos minutos después de lograr el metal. “Ha sido increíble, la verdad. Ha sido un día muy bueno, en la primera ronda he tenido un pequeño susto y al final hemos mejorado esos primeros errores que hemos cometido. Al final hemos luchado por la medalla y ya la tengo”.

Y esto para él, un joven de 26 años que se estrenó en los Juegos Olímpicos de Vancouver en 2010, apenas ha hecho sino comenzar. “Esto sólo es el principio. Espero conseguir más títulos y dentro de cuatro años luchar por otra medalla. Voy a luchar por ello”, cuenta a este diario mientras no para de recibir felicitaciones.

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Regino Hernández.

El sueño de la medalla

“Desde niño había soñado con esta medalla, claro que sí. Cualquier deportista, en el momento que ya tiene uso de razón, piensa en que en algún momento puede ocurrir. El poder llegar aquí y conseguir lo que he logrado es un sueño hecho realidad”, afirma sin disimular su alegría al otro lado del teléfono.

En Sierra Nevada también se han alegrado (y tanto) del éxito de Regino. No es para menos porque es la primera medalla para un andaluz en deportes de Invierno. Habla Juan Luis Hernández, presidente de la Federación Andaluza. “Se va promocionar el 'snowboard' de una manera intensiva y eso nos dará muchos frutos. Estamos muy contentos por él. Ha trabajado con unos valores concretos. Regino es una persona muy sociable y comunicativa. Una buena persona que se lo merece”.

Regino Hernández, fanático de Netflix (devoto de la serie ‘Hijos de la anarquía’) es un apasionado de los videojuegos y ‘friki’ de los manga. También le encanta Japón. “Tiene muchas ganas de conocer Tokio de manera más profunda. Ha competido allí, pero sólo conoce el aeropuerto, la pista y poco más”. Lo dice su padre, que también se llama Regino. Su hijo, ceutí, de 26 años, es medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang (Corea del Sur) en la modalidad de 'snowboard cross'.

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