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El ciclista paralímpico que pide la integración: "No somos apestados"
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El ciclista paralímpico que pide la integración: "No somos apestados"

El ciclista no se ve compitiendo con Froome, pero sí con otros deportistas de un nivel menor, con los que cree que tiene un nivel similar. Compite en todas las categorías

Foto: Eduardo Santas en pista. (CPE)
Eduardo Santas en pista. (CPE)

Eduardo Santas es un ciclista todoterreno. Le da igual la prueba mientras sea sobre una bicicleta y dando pedaladas para intentar ganar. Desde la velocidad en pista hasta la prueba de carretera, este maño de 27 años no se pierde una. Eso ha hecho que durante estos Juegos Paralímpicos de Río, haya tenido que ausentarse de la contrarreloj para poder llegar fresco a la prueba de carretera, donde ha quedado noveno, un puesto que ha frustrado su gran sueño: una medalla individual.

Y todo ello, con una hemiplejía que hizo que las señales emitidas por el cerebro no le llegasen bien a la mitad derecha de su cuerpo, provocándole una parálisis. La varicela, una enfermedad muy común en el ser humano, le dejó secuelas irreversibles, pero que no le han impedido jamás montarse en una bicicleta. En su casa hay una gran tradición: "Mi padre y mi hermano eran ciclistas, por lo que fue fácil entrar en este deporte", asegura a El Confidencial.

placeholder Eduardo Santas (i) junto a Alfonso (c) y Amador (d) en Río 2016. (Mikael Helsing/EFE)
Eduardo Santas (i) junto a Alfonso (c) y Amador (d) en Río 2016. (Mikael Helsing/EFE)

De hecho, su padre fue el gran valedor para convertirse en lo que hoy es. Desde que salió del hospital con seis años, siempre le insistió en montar con él en bicicleta. "Salíamos a carretera y eso que entonces la hemiplejia era más aguda", cuenta Eduardo. Un poco más tarde, después de entrenar durante un tiempo, le llevó a competir con niños sin discapacidad e hiciera lo que hiciera, "aceptaba la posición" en la que hubiese quedado, sin justificarse por su minusvalía. Eso hizo que creciese como cualquier ciclista.

Gracias a su niñez, sobre la bicicleta no se siente "para nada limitado", algo que en la vida diaria si le pasa. "No puedo caminar durante más de veinte minutos seguidos porque me duele el tobillo como si me hubiese hecho un esguince. Tampoco correr durante demasiado tiempo", dice. Eso se suma a los problemas de coordinación, ya que a veces, se le caen cosas. Para solucionarlo, procura utilizar la mano izquierda la mayoría de las veces.

Con el paso del tiempo, fue haciéndose un nombre en el ciclismo y su progresión le ha llevado hasta Río de Janeiro, donde afronta sus primeros Juegos Paralímpicos. "Es impresionante la cantidad de países que hay y lo palpable que son los nervios que los deportistas manejan en la Villa Olímpica", relata Santas. Para él, lo más destacable es "ver estadios llenos", algo que considera "raro e inusual".

placeholder El equipo español, con Santas en él, en Río 2016. (CPE)
El equipo español, con Santas en él, en Río 2016. (CPE)

Un bronce por equipos

Eduardo Santas ya tiene su metal. "He hecho unos buenos Juegos", considera. Pero el premio gordo para él estaba en la carretera, donde no ha conseguido un puesto en el podio. "Si voy a por el bronce, quedaré quinto, así que intentaré ir a ganar y que ocurra lo que tenga que ocurrir", decía en la previa a este diario.

Se tendrá que conformar con la de equipos que consiguió el pasado 11 de septiembre en velocidad después de firmar un tercer puesto en pista. Para subir al podio solo, sin compañeros al lado, tendrá que esperar a Tokio 2020.

El gran obstáculo durante su participación ha sido el cansancio. Hay muchos ciclistas que son especialistas en una sola prueba, mientras que Eduardo ha estado apuntado en todas ellas. "Ha venido gente que se centra en la ruta y no ha viajado a Río hasta hace nada", dice. Pese a ello, cree que su rendimiento "no merma", algo que ha demostrado ganando campeonatos en todas las especialidades posibles.

Su gran sueño, la integración del ciclismo

Para conseguirlo, Eduardo cree que es necesaria "la colaboración de todos los estamentos del ciclismo, desde federaciones a árbitros pasando por clubes". Cree que su actual generación no verá dicha integración, pero ve necesario pelear para lograrlo de cara a futuros ciclistas con minusvalías. "En otros países todos compiten juntos, de hecho, aquí hay australianos que comparten pista con corredores sin minusvalías", cuenta.

placeholder Pelea por la integración de los paralímpicos. (Federación Navarra de Ciclismo)
Pelea por la integración de los paralímpicos. (Federación Navarra de Ciclismo)

Primero es necesaria la difusión de las proezas paralímpicas. "Es más importante el peinado de un futbolista que cualquier medalla", se queja Santas. Considera que los deportistas paralímpicos son recibidos "como auténticas estrellas" en otros países cuando vuelven con medalla, algo que en España no sucede porque "todo es fútbol".

"La gente ve lo que le ponen y tampoco quieren ver otra cosa", afirma. De hecho, su carrera no ha sido retransmitida en España "cuando en otros países si es posible", piensa Eduardo.

Hasta Tokio y mucho más

Han sido sus primeros Juegos, pero espera que no sean los últimos. "Mi intención es ir a Tokio 2020, donde espero ir con mayor madurez y menos nervios" para hacer un buen papel en la próxima cita y lograr llevarse varios metales, algo que por desgracia, no ha ocurrido en la edición sudamericana.

Foto: Juanjo Méndez, con el maillot de España. (CPE)

Su gran ejemplo es Juanjo Méndez, ciclista que con 53 años sigue compitiendo al máximo nivel con tan solo un brazo y una pierna. A Eduardo le quedan muchos años para llegar a su edad. "Espero ser algún día como él", afirma. Porque para este maño, "ver a una persona así produce admiración y al ver sus velocidades, la impresión es aún mayor". Alguna vez han entrenado juntos, lo que le parece "una pasada" porque "tira como el que más".

Lo que más destaca del veterano ciclista es que "siempre es positivo y para él nada es un problema". Eso produce que los demás aprendan "a ver la vida de otra manera". De seguir su ejemplo, a Eduardo le quedan muchos Juegos Paralímpicos para seguir consiguiendo medallas.

Eduardo Santas es un ciclista todoterreno. Le da igual la prueba mientras sea sobre una bicicleta y dando pedaladas para intentar ganar. Desde la velocidad en pista hasta la prueba de carretera, este maño de 27 años no se pierde una. Eso ha hecho que durante estos Juegos Paralímpicos de Río, haya tenido que ausentarse de la contrarreloj para poder llegar fresco a la prueba de carretera, donde ha quedado noveno, un puesto que ha frustrado su gran sueño: una medalla individual.