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Alex Zanardi sigue celebrando la vida: el expiloto de F1 muerde otro oro paralímpico
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Alex Zanardi sigue celebrando la vida: el expiloto de F1 muerde otro oro paralímpico

Este piloto sufrió un accidente en 2001 que le supuso la pérdida de las dos piernas. Ahora, en 2016, ha conseguido su segunda medalla paralímpica, revalidando el título logrado en Londres 2012

Foto: Zanardi en Río 2016 minutos antes de lograr un nuevo oro. (Jason Cairnduff/Reuters)
Zanardi en Río 2016 minutos antes de lograr un nuevo oro. (Jason Cairnduff/Reuters)

Hay personas que no se ponen ningún tipo de límite. Tampoco parecen tenerlos. Es el caso de Álex Zanardi, expiloto de Fórmula 1 y ahora uno de los deportistas más admirados de los Juegos Paralímpicos. Acaba de conseguir una medalla de oro en Río 2016 con 49 años, repitiendo la gesta que ya firmó en Londres 2012 en bicicleta paralímpica. Una historia de superación personal que comienza cuando su vida se tambaleó a principios de siglo y que ahora la celebra mordiendo su segundo oro.

Fue en 2001 cuando sufrió un accidente que cambió su vida por completo. A falta de 13 vueltas para finalizar su participación en Klettwitz (Alemania) en la categoría CART, su coche se quedó cruzado en medio de la pista lo que tuvo, como consecuencia, que el canadiense Tagliani le arrancara el morro de su vehículo. Perdió sus dos piernas, aunque la consecuencia fue mínima al saber que estuvo muy cerca de perder la vida. “No recordaba nada del accidente. Solo cuando regresé allí (en 2003) es cuando las cosas volvieron a la mente. Quizás es bueno que fuera así. Mi corazón se paró siete veces aquel día. Había perdido un 75% de la sangre. Me quedaba menos de un litro en mi cuerpo. Lo único que el corazón bombeaba era plasma y aire fresco”, afirmó, años después, en su libro.

Pero el accidente no le detuvo. Él es un deportista de manual que lleva, además, la velocidad en la sangre. Y es por eso que, una vez salió del hospital, decidió volver a montarse en un coche. A nadie le cabía ninguna duda de que así sería. De hecho, su mujer, sin que hubiese salido del hospital ya encargó un BMW adaptado. Compaginó el motor con una nueva aventura relacionada con su otra gran pasión: el ciclismo. Con un triciclo adaptado a su minusvalía, el entrenamiento y el tesón le han llevado a convertirse en tres veces campeón paralímpico. Una hazaña al alcance de muy pocos.

Eso fue en 2005, cuatro años después del accidente. Comenzó a entrenar y se especializó en la disciplina. En apenas siete años, pasó de ser un mero principiante a uno de los grandes atractivos de la cita paralímpica de Londres, que le valió un Premio Laureus a la mejor reaparición. Y no decepcionó, ya que se llevó el oro ante el asombro de todos. En el paralimpismo no está reflejada su única hazaña, ya que tiene cinco títulos mundiales en su haber.

Dos oros en Londres 2012 que le tenía obsesionado

Zanardi se obsesionó con lograr una medalla. De hecho, encargó su bicicleta a Dallara, el fabricante de monoplazas, con modificaciones especialmente realizadas por él mismo. El oro lo ganó en el circuito de Brands Hatch, un trazado que conocía bien, ya que había competido en él como piloto de Fórmula 3000 en 1991 y en el Mundial de Turismos de 2008, ya con un BMW adaptado a su minusvalía.

Antes de lograr su gran obsesión, estaba preocupado. Su ambición y su falta de límites le impedían conformarse con un oro paralímpico. De ganar, no sabía que haría con su vida después, ya que habría cumplido el objetivo que estaba buscando. "Me convertiré en alguien muy ocupado la semana siguiente buscando algo nuevo", afirmó. Pero parece que el ciclismo paralímpico aún ha tenido suficientes alicientes como para seguir pedaleando.

Sin piernas, siguió corriendo en motor

Aunque su minusvalía provocó serios dolores de cabeza a los ingenieros de BMW, Zanardi siguió compitiendo en motor. Su empeño no conoce los límites. Además, consiguió resultados muy dignos pese a contar con una clara desventaja frente a sus rivales, que no contaban con ninguna minusvalía.

Volvió a competir en 2003 en el Campeonato Europeo de Turismos con el equipo Ravaglia, a bordo de un BMW Serie 3 con el acelerador y el freno en el volante. Sus buenas actuaciones hicieron que se convirtiera en piloto oficial de la marca alemana, logrando un 14º puesto muy meritorio. Sus resultados fueron a más, incluso logró una victoria y tres podios en el Mundial de Turismos de 2007. En 2009 abandonó la competición, aunque volvió a disputar, en 2014, una carrera a bordo de un BMW Z4.

Otro hito en su carrera fue su participación en las 24 horas de Spa Francorchamps con un BMW Z4 GT3, su primera carrera de relevos de un día de duración. compartió equipo con otros dos mitos como Timo Glock y Bruno Spengler. Al no contar con sus piernas para acelerar y frenar, los preparadores del coche tuvieron que hacer un cockpit que sirviera al mismo tiempo para el italiano y para sus dos compañeros, que cuentan con todas sus extremidades.

Por eso, utilizó con un volante especial que le permitió acelerar con las manos y un pedal exclusivo para él con una especie de pincho unido a su pierna ortopédica de titanio para frenar con la misma eficiencia que sus compañeros. El cambio también iba en el volante, por lo que realizar tantas acciones con las manos es una hazaña tremenda, digna de admiración.

Ahora, en 2016, vuelve a ser protagonista gracias a su tesón y a su fuerza vital. Una nueva medalla paralímpica que le consolida como uno de los deportistas más especiales del mundo entero. Ahora, con cuatro medallas en total, habrá que esperar que a Zanardi no se le hayan quitado las ganas de seguir dando espectáculo sobre una bici paralímpica en busca de nuevos récords. Y si encuentra "un nuevo horizonte", como él mismo dice, seguro que también triunfará, visto lo visto.

Hay personas que no se ponen ningún tipo de límite. Tampoco parecen tenerlos. Es el caso de Álex Zanardi, expiloto de Fórmula 1 y ahora uno de los deportistas más admirados de los Juegos Paralímpicos. Acaba de conseguir una medalla de oro en Río 2016 con 49 años, repitiendo la gesta que ya firmó en Londres 2012 en bicicleta paralímpica. Una historia de superación personal que comienza cuando su vida se tambaleó a principios de siglo y que ahora la celebra mordiendo su segundo oro.

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