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Duelo a pistola, un deporte olímpico de lo más bizarro
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UN 'PAINTBALL' MUY 'SUI GENERIS'

Duelo a pistola, un deporte olímpico de lo más bizarro

Lo que comenzó siendo una forma de entrenarse para zanjar las disputas de honor se convirtió en una modalidad de competición olímpica y en un divertimento a golpe de bala

Foto: Un tirador de duelo a pistola en modalidad olímpica.
Un tirador de duelo a pistola en modalidad olímpica.

Los protagonistas de 'Los duelistas' pudieron dedicar décadas a resolver sus diferencias a sable o a pistola. Si el escritor ruso Aleksandr Pushkin perdió la vida a causa de un duelo, al abuelo de Alberto Ruiz Gallardón, el periodista Víctor Ruiz Albéniz, 'El Tebib Arrumi', le traían frito en la redacción de su periódico para asistir como testigo por su condición de médico.

Y es que batirse en duelo fue algo habitual hasta principios del siglo XX aunque todavía queden quienes -en Francia- reivindiquen su regreso para zanjar cuestiones de injurias en materia de prensa (palabra: existe una asociación al respecto) o -en España- reten a fiscales anticorrupción o a actores como en los viejos tiempos.

Antes el honor se conservaba gracias al filo de un sable o al pulso que sostenía una pistola. Pero también competía en los Juegos Olímpicos como modalidad. El duelo tenía categoría olímpica aunque se practicara con precauciones.

Los competidores lo hacían ataviados con máscaras, pistolas de duelo monotiro con un escudo para proteger la mano y munición consistente en balas de cera. Al parecer, lo común era disparar contra un maniquí dotado con una diana situada en la garganta. Aunque vistas las protecciones, no parece que un simple muñeco fuera siempre el objetivo.

La modalidad se introdujo por primera vez en los Juegos Intercalados de 1906 y desembarcó con fuerza en los Olímpicos de 1908. Uno de los participantes más destacados fue el británico Sir Cosmo Duff Gordon, pionero de este precedente del 'paintball' y que fue uno de los controvertidos supervivientes en el hundimiento del 'Titanic'.

Pero su creación se achaca a un médico francés llamado De Villers, que en 1905 estableció en París una escuela de duelo con armas que disparaban balas de cera. El objetivo del galeno era enseñar a batirse a sus alumnos para cuando tuvieran que solventar sus disputas con fuego real. Sin embargo, al igual que la esgrima, pasó a ser una diversión con predicamento entre las clases más pudientes de la sociedad.

Esa función recreativa llevó a su introducción como modalidad olímpica, con tiro a distancia. Unos años después de los Juegos, en 1909, el duelo con balas de cera desembarcó con fuerza en Estados Unidos. Ese año, en el Carnegie Hall de Nueva York, pudo verse una de las primeras exhibiciones de lo que los periódicos de la época denominaban como “pasatiempo”.

Un deporte defendido por expertos tiradores como Walter Viman, que expresaba así su opinión sobre el concepto de duelo: “La invariable educación que uno nota en el continente es el resultado de que el duelo esté permitido. Un hombre se lo piensa dos veces antes de ser rudo con una mujer, e incluso con otro hombre, si sabe que puede tener que enfrentarse a una espada o a una pistola”.

Lo curioso de todo es que en el año 2000, durante las semanas previas a las Olimpiadas de Sydney, una encuesta sobre un posible regreso del duelo contó con la respuesta positiva de un 32% de los encuestados.

Los protagonistas de 'Los duelistas' pudieron dedicar décadas a resolver sus diferencias a sable o a pistola. Si el escritor ruso Aleksandr Pushkin perdió la vida a causa de un duelo, al abuelo de Alberto Ruiz Gallardón, el periodista Víctor Ruiz Albéniz, 'El Tebib Arrumi', le traían frito en la redacción de su periódico para asistir como testigo por su condición de médico.

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