Los quintos Juegos de Teresa Portela: piragüista, fisioterapeuta, maestra y madre
La gallega compite en la final de K1 200, en la que entró con el cuarto mejor tiempo de todos los participantes. Ha sido dos veces quinta y otra vez cuarta en los pasados Juegos Olímpicos
Hay deportistas que por trayectoria, esfuerzo, afán de superación e ilusión son difíciles de batir. Es el caso de Teresa Portela (1982, Cangas de Morrazo), la palista española más laureada con 31 títulos internacionales -dos veces campeona del mundo, siete de Europa-, que ya tiene 34 años, disputa sus quintos Juegos Olímpicos en los que ya ha logrado cuatro diplomas y en los que se clasificó para la final del en K1 200 con el cuarto mejor tiempo en las semifinales.
En un deporte tan minoritario como el piragüismo, Teresa fue elegida junto al triatleta Javier Gómez Noya que se ha perdido Río por una desgraciada lesión, como la mejor deportista gallega del 2015: 17 meses después de ser madre de una niña a la que llamó Nerea fue bronce en el Mundial. Hoy, por fin, puede lograr su primera medalla olímpica.
Sidney, Atenas, Pekín y Londres. En los tres primeros Juegos fue quinta, hace cuatro años en Londres, cuarta por solo dos centésimas; eso duele, pero la vida no se detiene y tuvo que tomar una decisión: quería ser madre junto a su marido, el también piragüista olímpico David Mascato. A su edad no sabía cómo se recuperaría, si sería capaz de volver y competir como hasta ese momento.
Como en el caso de Maialen Chourraut, oro en aguas bravas, aprovechó el ciclo olímpico después de Londres, se entrenó hasta el final de su embarazo, volvió un mes después a subirse a una piragua y cuando regresó consiguió nada menos que la medalla de bronce en el Mundial, la que más ilusión le ha hecho. Y a pesar de todo, prudente, hasta que no se clasificó ayer para la final no lo veía claro. “Ahora voy a por todas”, declaró tras quedar a solo 0, 68 centésimas de la gran favorita, la neozelandesa Lisa Carrington, campeona olímpica y mundial.
Doble licenciatura
Teresa Portela es de esos ejemplos que dejan pequeños al resto. A su excepcional carrera como piragüista hay que sumarle su licenciatura como fisioterapueta y maestra infantil. Además, abrió un centro de fisioterapia en O Grove que dirige su marido. Ha tenido el tiempo, la organización y las ganas para hacer todo lo que se ha propuesto a pesar de las dificultades y de la poca visibilidad en los medios. Ahora, hoy, nos fijamos de nuevo en ella.
Porque es con las medallas olímpicas con las que solemos medir el éxito o el fracaso de un deportista. Y, sin embargo, no hace falta más que un repaso por la trayectoria vital y deportiva de la gallega para darse cuenta de lo especial, en el sentido de excepcional, que es. Sólo la tenista Arantxa Sánchez Vicario, la esquiadora María José Rienda y la nadadora María Peláez han disputado cinco Juegos. Sólo Teresa puede hoy hacer historia para el piragüismo español en la final de K1 200. Lo imposible es no admirarla.
Hay deportistas que por trayectoria, esfuerzo, afán de superación e ilusión son difíciles de batir. Es el caso de Teresa Portela (1982, Cangas de Morrazo), la palista española más laureada con 31 títulos internacionales -dos veces campeona del mundo, siete de Europa-, que ya tiene 34 años, disputa sus quintos Juegos Olímpicos en los que ya ha logrado cuatro diplomas y en los que se clasificó para la final del en K1 200 con el cuarto mejor tiempo en las semifinales.