Es noticia
Baloncesto, atletismo, hockey, waterpolo... Lo que te perdiste mientras dormías
  1. Deportes
  2. Juegos Olímpicos

Baloncesto, atletismo, hockey, waterpolo... Lo que te perdiste mientras dormías

Los equipos españoles no han empezado bien, en cuartos se han marchado los dos conjuntos de hockey y el waterpolo femenino. En el tartán se vio una atleta tirarse en plancha por un oro

Foto: La selección española de waterpolo no pudo con Rusia (Reuters).
La selección española de waterpolo no pudo con Rusia (Reuters).

España presume, y no sin razón, de deporte de equipo. Son muchos ya los Juegos en los que ha conseguido ser el país con más combinados incluidos en los diferentes torneos. Exceptuando voleibol, que no parece que vaya a cambiar, y el amado fútbol, que en esta ocasión tampoco ha aparecido, el saldo de equipos es realmente apabullante. Son competitivos, pero no siempre son los mejores. Esta semana, la segunda de Juegos Olímpicos, es la de los cruces. Después de la liguilla de la primera fase, donde las derrotas frustran pero no matan, aparece en el horizonte el momento en el que los partidos siempre terminan en lágrimas, de pena o de alegria. De momento, dolor. El primer golpe fue el hockey masculino, y aún está por verse un equipo español que elimine a un rival.

Hockey

Foto: Las británicas celebraron así el gol de Lily Owsley. (Vasily Fedosenko/Reuters)

Era el desenlace más previsible. El equipo femenino entró en el torneo por una renuncia de Sudáfrica a participar, lo que ya da muestras de la precariedad del conjunto. Sin embargo, la selección ha demostrado más de lo que se podía esperar. El inicio de la competición fue catastrófico, con tres derrotas seguidas y la sensación de que aquel viaje había sido solo para disfrutar de Río de Janeiro. Mal juicio, el equipo se recompuso, empezó a mejorar y logró, no sin dudas, meterse en la segunda parte de la competición. Diploma olímpico, que no es poco. Las posibilidades a partir de ahí, como era de comprender, eran reducidas. El cruce contra Reino Unido, quizá el mejor equipo de la competición, terminó como era de esperar, con derrota. El equipo trabajó, el 3-1 es un resultado digno. No deben lamentarse de lo no logrado.

Waterpolo

Foto: España - Rusia de cuartos de final (Orestis Panagiotou/EFE)

La cosa aquí se pone tensa. El equipo de waterpolo femenino, uno de los más ilusionantes de la expedición española, se vuelve para casa. No se puede valorar la primera fase porque, en un sistema de competición incomprensible, no valía para nada. El torneo tiene ocho participantes, una primera fase en la que no hay eliminados y diplomas para todos los presentes. España empezó muy mal, con una dura derrota contra Estados Unidos, pero luego remontó y demostró que, como recordaban los aficionados, es un equipo de primer nivel. Segundas de grupo y cruzadas contra Rusia que, simplemente, fue mejor en cuartos. La selección partía de favorita, pero lo visto en la piscina no dejó en buen lugar los augurios. La selección de Miki Oca no ha podido volver a los éxitos del pasado. Ahora toca el análisis más profundo, pensar en lo que ha pasado en estos meses. No solo la ausencia de Jennifer Pareja, tanto tiempo corazón del equipo, excluida sin explicaciones concretas, aunque también eso.

Baloncesto

Foto: Manu Ginoblili y Pau Gasol (Reuters)

No, ser español no es sinónimo de derrota, no se alarmen. La selección de baloncesto masculina sigue siendo un ente desconcertante en sus tradiciones. Lo mismo empieza dormida la competición que empieza a competir con bravura cuando las cosas importan. Tienen el espíritu del lanzador de cuchillos del circo, siempre pensando en cómo complicar el oficio. Después de dos derrotas los cálculos pasaban por tres victorias consecutivas, difícil, pero no imposible para un equipazo. La primera fue contra Nigeria en un partido que no dejó más que dudas. Quedaban los más duros... y los arrasó. Volvió la magia y a dos muy buenos equipos los tuvo siempre complicados. La parte de competir es la que mejor se le da a este equipo. Jugar con fuego, como ha hecho España, puede no quemar a la primera, pero tiene consecuencias. El mal inicio ha hecho que el equipo no pudiese jugar con la calculadora para evitar en el cuadro a Estados Unidos. Así que primero Francia en cuartos, luego Estados Unidos en semis y luego... Simeone lloraría con esa frase, y más en un caso como este, ganar a los galos es mérito, a los estadounidenses una machada. Pero, ahora que parece que el equipo ha aterrizado en Río, tampoco cobran por soñar.

Atletismo

Orlando Ortega, que compite como español desde hace pocos meses, es una de las piezas por descubrir en la delegación española. Se saben sus marcas, pero no es uno de esos tradicionales, de los que se dice el nombre y saltan un montón de conceptos. Él empieza ahora a contar su historia en el país y su primer gran puesta en escena, en la clasificación de 110 metros vallas, fue excelente. Llovía en Río de Janeiro y la pista estaba mojada -algo que no le pasaría a la mayoría de los competidores, pues se paró para que escampara- y a pesar de todo consiguió la cuarta mejor marca, un excelente 13.32 que permite pensar que Ortega puede ver como la bandera española se alza al cielo en su honor. Junto a él, en semis, estará también el español Yidiel Contreras.

La noche dejó también la confirmación de que David Rudisha es uno de los mejores atletas de la historia. Así, sin más. Hay otros más llamativos, con más aspavientos, pero nunca más elegantes. Sus piernas parecen hechas para correr, se mueven con la naturalidad que el agua baja por el arroyo. Ganó los 800 con una muy buena marca, aunque no tan buena como el récord del mundo que él mismo consiguió en Londres. Dos oros olímpicos, dos campeonatos del mundo, registros imposibles... Rudisha es especial. Esto del atletismo es algo muy bonito, más aún en los Juegos, cuando los competidores aceptarían casi cualquier cosa por conseguir una medalla. Esto se lo pueden contar a Shaunae Miller, cuatrocentista bahameña, que al ver que iba pegada a la gran Allyson Felix decidió que lo que tenía que hacer para llegar a la meta era tirarse en plancha. Y acertó, ese movimiento, un poco kamikaze, la hizo campeona olímpica. Y a buen seguro repetiría el morrazo una y otra vez si le aseguran que al final hay un pequeño disco de oro con una cinta. La sorpresa, Da Silva, un brasileño que desahució del trono olímpico al gran Renaud Lavillenie.

Foto: Shaunae Miller llega en plancha (Reuters)

España presume, y no sin razón, de deporte de equipo. Son muchos ya los Juegos en los que ha conseguido ser el país con más combinados incluidos en los diferentes torneos. Exceptuando voleibol, que no parece que vaya a cambiar, y el amado fútbol, que en esta ocasión tampoco ha aparecido, el saldo de equipos es realmente apabullante. Son competitivos, pero no siempre son los mejores. Esta semana, la segunda de Juegos Olímpicos, es la de los cruces. Después de la liguilla de la primera fase, donde las derrotas frustran pero no matan, aparece en el horizonte el momento en el que los partidos siempre terminan en lágrimas, de pena o de alegria. De momento, dolor. El primer golpe fue el hockey masculino, y aún está por verse un equipo español que elimine a un rival.

Pau Gasol Federación Internacional de Atletismo (IAAF)
El redactor recomienda