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Fátima Gálvez, de “perrillo” de cacerías al reto de la medalla en unos Juegos
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la tiradora apunta a medalla

Fátima Gálvez, de “perrillo” de cacerías al reto de la medalla en unos Juegos

En Londres llegó siendo una de las favoritas después de lograr el campeonato de Europa y del mundo, pero quedó quinta. La tiradora afronta el mayor reto de su carrera

Foto: Fátima Gálvez es una clara candidata a ganar una medalla para España en los Juegos de Río (EFE)
Fátima Gálvez es una clara candidata a ganar una medalla para España en los Juegos de Río (EFE)

El viento, la luz, el ruido, las pulsaciones y hasta el vuelo de una mosca pueden arruinar una medalla olímpica. Fátima Gálvez (Córdoba, 1987) lo sabe bien. Este domingo luchará sobre todo ante sí misma, la presión y las expectativas. Porque Fátima Gálvez ha aparecido en todas las quinielas como probable medallista en los Juegos de Río y con razón, ya que prácticamente no se baja de un podio, a excepción de los Juegos de Londres, desde el 2011. Es la vigente campeona del mundo y sexta en la clasificación mundial, pero el tiro dicta sus propias normas y la distancia entre el éxito o el fracaso está solo en romper un plato. En la modalidad de foso, sabremos cuántos es capaz de romper Fátima. La competición empieza con 75 y a las mejores les espera en el Parque Olímpico de Deodoro 15 platos más en la semifinal y otros 15 en la final.

Hace cuatro años en Londres también llegó siendo una de las favoritas después de lograr el campeonato de Europa y del mundo, pero quedó quinta, así que teniendo en cuenta el desconocimiento general que hay sobre su deporte lleva meses avisando que sí, que va a por todas -y su palmarés atestigua que es una competidora fiable- pero "que el tiro es imprevisible". Como la mayoría de tiradores, Fátima es extremadamente maniática y sigue siempre una rutina exacta para no fallar en los dos segundos escasos que tiene para reaccionar desde que ve el plato hasta que dispara, pero el día D a la hora H nada puede asegurarle, por mucha preparación que tenga, que le vaya a salir todo bien. Y por preparación no es.

Tenía solo ocho años cuando se cansó "de hacer de perrillo" y le dijo a su padre Pío que le dejara probar con una escopeta de tamaño similar al suyo. Solía acompañarle a cazar por los campos de olivares de su Baena natal y recogía las piezas, los conejos y perdices, hasta que un día se lo pidió: "Déjame tirar". Y, efectivamente, la niña demostró puntería. Pío Gálvez le compró entonces su propia escopeta y así empezó todo. Acabó la carrera de enfermería, pero no la ha practicado, y en su perfil de Twitter se llama ‘@tiraora’; sin más, porque únicamente se dedica a la pólvora. Lleva toda la vida pegando tiros y en la feria anual de Baena ya hay quien la conoce en los puestos y no le deja tirar porque en más de una ocasión se ha llevado todos los peluches habidos y por haber.

placeholder Fátima Gálvez se quiere sacar la espina de Londres, cita en la que acabó en quinta posición (EFE)
Fátima Gálvez se quiere sacar la espina de Londres, cita en la que acabó en quinta posición (EFE)

Controlar la respiración

Foto: Pablo Carrera compitiendo. Foto: Lavandeira Jr. (EFE)

Su carrera ha consistido en ir sumando éxitos y galardones hasta que en su primera participación en Londres 2012, tras la decepción del quinto puesto, se dio cuenta que no era suficiente y que cuanto menos dejara al azar, mejor. Con el antropólogo deportivo Alfonso Herrera lleva ya años puliendo las cuestiones psicológicas, pero además en los últimos meses incluso se ha puesto en manos de un entrenador que le hace practicar hasta la natación. ¿El objetivo? El ejercicio aeróbico. En competición las pulsaciones se multiplican y es vital saber controlar la respiración y tener un buen fondo para que el equilibrio entre el cuerpo y la mente funcione como un reloj y no fallen ni el pulso, ni la concentración.

A sus 29 años Fátima Gálvez se enfrenta al mayor reto de su carrera en Río. Ni el viento ni la luz ni el ruido ni las demás tiradoras; su rival será ella misma y se irá repitiendo, entre rutinas mecánicas adquiridas de siempre que le dan seguridad: plato a plato, plato a plato, no hay nada más. Ni siquiera el vuelo de una mosca.

El viento, la luz, el ruido, las pulsaciones y hasta el vuelo de una mosca pueden arruinar una medalla olímpica. Fátima Gálvez (Córdoba, 1987) lo sabe bien. Este domingo luchará sobre todo ante sí misma, la presión y las expectativas. Porque Fátima Gálvez ha aparecido en todas las quinielas como probable medallista en los Juegos de Río y con razón, ya que prácticamente no se baja de un podio, a excepción de los Juegos de Londres, desde el 2011. Es la vigente campeona del mundo y sexta en la clasificación mundial, pero el tiro dicta sus propias normas y la distancia entre el éxito o el fracaso está solo en romper un plato. En la modalidad de foso, sabremos cuántos es capaz de romper Fátima. La competición empieza con 75 y a las mejores les espera en el Parque Olímpico de Deodoro 15 platos más en la semifinal y otros 15 en la final.

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