El triatlón no termina en Gómez Noya: las opciones de España tras su ausencia

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Sara Massa

La noticia fue como un golpe de un peso pesado de boxeo. Javier Gómez Noya se cayó montando en bicicleta, se rompió el brazo y, consecuentemente, no puede acudir a los Juegos Olímpicos del Río. Todas las previsiones españolas para la gran cita empezaban con él. Era la medalla más probable, la que, sin decirlo, todos los dirigentes españoles daban por segura. Es el mejor triatleta del momento, el cinco veces campeón del mundo, medallista de plata en Londres. Llevaba el oro tatuado en la frente. No podrá ser, el deporte tiene giros inesperados que pueden dar al traste con una preparación de cuatro años.

La ausencia de Gómez Noya, sin embargo, no debería hacer al aficionado español descontar el triatlón de su lista de preferencias. Sí, el gallego era, con diferencia, la mejor baza que tenía el combinado nacional en la prueba, pero lejos está de ser la única. Gómez Noya no es, como podría ser Carolina Marín, una rareza dentro de su deporte sino simplemente la cabeza visible de un equipo fortísimo y que aún mantiene grandes posibilidades de conseguir buenos resultados en Río.

Mario Mola aparece ahora como el capitán del equipo español, el número dos convertido en número uno. A la vista de sus resultados, en cualquier otro país del mundo se le contaría como una figura clave del deporte, estaría en todas las previsiones como favorito para la medalla. Lo es, pues se tiene que considerar en ese selecto grupoa quien ha ganado tres de las cuatro pruebas de la copa del mundo en las que compitió esta temporada. En la otra, quedó cuarto. Aparece como número uno del ranking mundial.

Cierto es que esta temporada es un poco extraña en el triatlón. Los competidores privilegian absolutamente los Juegos Olímpicos y algunos optan por preparar la prueba de otra manera. Pero ya en 2015 demostró ser uno de los deportistas más fuertes en su prueba. Terminó el año subcampeón del mundo y con dos pruebas ganadas durante la competición. Solo un triatleta pudo ganarle, pero ese no estará en los Juegos, pues no es otro que Javier Gómez Noya.

Su mejor parte es la final, la carrera a pie, pero sabe que para cruzar la meta primero tendrá que sobrevivir bien a la natación, la primera criba olímpica, y tratar de no despegarse de los punteros en la prueba ciclista. Es curioso, porque actualmente la zona en la que se encuentra menos seguro es en el agua, a pesar de haber empezado compitiendo en natación cuando era pequeño.En los últimos años se han estrechado las diferencias entre los favoritos, cosa que sabe bien Mola, que ha ganado alguna prueba en el Mundial a Gómez Noya en el sprint.

Mario Mola es un triatleta mallorquín de 26 años que se ha metido en el podium del campeonato del mundo en los últimos tres años. Es la élite dentro de la élite, como lo demuestra su segundo puesto en la clasificación de la general de la Copa del Mundo de esta temporada. El primero es otro español pero, en este caso, no es Javier Gómez Noya.

El primero es Fernando Alarza, con 25 años y de Talavera de la Reina, ganador de una de las pruebas del campeonato del mundo de esta temporada y, a pesar de eso, únicamente el tercero en discordia del equipo español. Él tendrá que subir un puesto en el escalafón, ser el principal escudero de Mola con el que, previsiblemente, también se jugará las series mundiales. Porque incluso sin Gómez Noya los triatletas españoles son los punteros en este deporte.

Una nadador convertido en atleta

Alarza, como Mola, también empezó su carrera en la natación, pero a los 16 años se aburrió del agua y decidió que quería otros retos. Le gustaba el atletismo, pero para no perder todo lo aprendido en la piscina decidió embarcarse en la prueba combinada. Acertó, poco a poco fue subiendo sus prestaciones hasta convertirse, como demuestra en tiempos recientes, en uno de los mejores. Curiosamente, él también ha evolucionado hasta el punto de que hoy en día su parte menos segura es la natación y, como su compañero, vuela en la carrera a pie. Lo cual es un punto a favor, porque en el triatlón moderno la parte final es la decisiva, la que realmente marca quienes son los mejores.

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Para dar más dimensión al ejemplo se puede mirar la lista de clasificados para los Juegos Olímpicos de Río que da la federación internacional de triatlón. Primero Mola, segundo Gómez Noya, cuarto Fernando Alarza... y decimotercero Vicente Hernández. Era el cuarto en discordia y, en principio, no iba a aparecer por Río de Janeiro, pues cada país solo puede llevar tres competidores, pero el seleccionador español, Iñaki Arenal, confirmó que será el sustituto de Gómez Noya. Al tinerfeño se le abre una ventana y también opciones de hacer un buen papel, pues en varias pruebas mundiales de esta temporada ha quedado entre los diez primeros. Es decir, incluso el cuarto español, el que no iba a acudir a los Juegos Olímpicos, tiene opciones de alcanzar, al menos el diploma olímpico en la gran competición.

Rivales no faltarán. Los dominadores de la prueba en los últimos años, junto con el intocable Gómez Noya, han sido los hermanos Brownlee, Alistair y Jonathan. Pero después de un par de años por debajo de su nivel también han entrado en la mezcla de favoritos otros nombres importantes, como el sudafricano Richard Murray o el francés Luis Vicent.

En el riquísimo panorama del triatlón español sorprende que no haya mujeres posicionadas en los primeros puestos del ránking. Habrá tres mujeres españolas en competición, Ainhoa Murua, Carolina Routier -que entrena frecuentemente con Mario Mola, que es su pareja- y Miriam Casillas. La participación es plena, pero las opciones parecen muy remotas, pues ninguna de ellas ha conseguido grandes resultados y se mueven a partir del puesto treinta en las listas de entradas de la federación internacional.