Phelps se empeña en dejar mal a Coe, suma otro oro y demuestra que es el mejor de la historia

Sir Sebastian Coe se atrevió a poner en duda el otro día la cualidad de Michael Phelps como el mejor olímpico de la historia. Pues bien, ayer el norteamericano de las 21 medallas le dedicó otro oro al organizador y el que quizás esperaba que le pregunten si él es el que había sido el mejor deportista de los Juegos a lo largo de su historia. El norteamericano sumó un nuevo oro en los 100 metros mariposa, la prueba que en Pekín puso en duda su récord de los ocho oros, la que 'ganó' de manera más ajustada. En esta ocasión, y tras un par de años de relax, acudiendo a la playa más que a la piscina, ha sido capaz de volver a ser el mejor en el hectómetro de mariposa, dejando atrás en esta ocasión al sudafricano Le Clos, quien le arrebató el oro en 200, y al ruso Korotyshikin.

Phelps nadó a su estilo, dejándose ir pero controlando durante la primera piscina. Lo sorprendente es que dobló en séptima posición, con el sudafricano en cabeza. Ya salió del tramo subacuático cuarto, y en un par de despegues de esos vuelos que parece poner en práctica cada vez que nada a mariposa se puso en primer lugar como el que no quiere la cosa, ganando hasta con holgura.

La sensación que ha transmitido el norteamericano es que, ante la ausencia de trabajo durante toda la temporada, la competición y el paso de los días le ha puesto en forma, ha afinado su puesta a punto, hasta terminar en lo que fue, un campeón. Phelps ha demostrado que, sin ganar como antes, sigue siendo el mejor, el número uno. Sus tiempos son peores que hace cuatro años, ayer ganó con 51.21, por los 50.58 de Pekín, sin bañador de plástico eso sí. Suma tres oros y dos platas y mañana podría elevar su casillero de medallas olímpicas hasta el número 22. 

La jornada de natación, hoy cierra la competición, deparó un nuevo récord del mundo. Lo logró la norteamericana Missy Franklin en los 200 espalda, dejando la marca en 2:04.06. La rusa Zueva y la también norteamericana Beisel fueron sus escoltas en el podio. La otra final, la de 50 metros líbres masculinos, deparó el triunfo del francés Florent Manuodou, hermano de Laurent, que fuera campeona del mundo.