El escepticismo de Jon Rahm al alcanzar al maestro Severiano en el Open de España

Ganar está bien, pero hacerlo en casa es algo prácticamente inigualable. Una sensación inexplicable, la misma por la que pasó Jon Rahm al conseguir su tercer Open de España e igualar a Severiano Ballesteros. Las leyendas se engrandecen una vez fallecidas, pero el elogio tiene que ser extensible a los que aún están en la Tierra. Y el vasco es merecedor de todos los que le hacen.

Son 15 los triunfos profesionales de Rahm, que ya ganó el Open de México este año. Jon se quedó cerca de sumar otro triunfo más a su palmarés en Wentworth, pero ahora es el momento de poner la cabeza en el nuevo curso americano. Sus ganas de vencer no terminan aquí. Alcanzar al maestro no impide que el alumno quiera superarlo. Es el ciclo natural de la vida.

"Avanzar hacia el 'green' del 18 cuando sabes que vas a ganar es el paseo más bonito que puede haber en golf y ojalá poder repetirlo en la jornada final", comentó Rahm en la previa. Su triunfo fue de principio a fin en Madrid, donde los aficionados han disfrutado de increíbles jornadas de golf. De hecho, el ganador agradeció el apoyo de los presentes.

Los éxitos de 2018 y 2019

Su primera victoria en el Open de España ocurrió en 2018. Un año más tarde, en 2019, repitió y seguro que echó de menos el clima de Madrid. Y el apoyo de los seguidores españoles. Ya saben lo que dice el refrán: como en casa, en ningún sitio. Vaya si lo notó Rahm.

Los récords siempre gustan, aunque no sirven de nada si no van acompañados por una victoria. Este triunfo con seis golpes de ventaja le permitieron conseguir una marca inédita para la historia del torneo (259 en total y -25 bajo par). A sus 27 años, ya ha empatado con su ídolo.

Un apoyo exquisito

Camino del último 'green' realizó un paseíllo que no se le olvidará de por vida. La afición lo ovacionó como nunca, más aún cuando sabían que la victoria estaba en sus manos. No hubo rival posible, porque los genios tienen esa categoría de intimidar a los adversarios; de destrozarles las ilusiones con simples miradas.

"No hay semana en el año más divertida para mí que esta. Igualar uno de los récords de Seve tan pronto, pero hacerlo con la vuelta que he hecho hoy. No me lo creo". No es una cuestión de fe, sino una realidad. El récord está igualado, en una tarde en la que honró a su ídolo y referente. Ahora le toca seguir jugando así al golf. Quién sabe si tendrá que creerse que supera las marcas de Ballesteros.