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Por qué Sergio García no puede evitar enfadarse ni tirar el palo a su hermano
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un nuevo capítulo de falta de autocontrol

Por qué Sergio García no puede evitar enfadarse ni tirar el palo a su hermano

Sale a la luz un vídeo del pasado British Open en el que se muestra al golfista español molesto tras una mala jornada que acabó pagándola con su hermano ante el asombro del público

Foto: Sergio García en la tercera jornada del Estrella Damm Andalucía Masters. (EFE)
Sergio García en la tercera jornada del Estrella Damm Andalucía Masters. (EFE)

Sergio García protagonizó uno de los momentos más tensos del recientemente finalizado Open Británico. Esta semana ha salido a la luz un vídeo del torneo que finalizó el domingo y en el que, estando en el hoyo 5, realizó una mala salida y perdió los nervios, pagándolo con su hermano (su caddie), al que le tiró el 'driver' al suelo para que lo recogiese. De nuevo, el castellonense no supo controlar sus emociones. El público que presenciaba el gesto se quedó sin habla al ver un gesto tan desagradable. De hecho, tras la acción, en el campo solo se escuchaban algunas voces de asombro ante la acción. Tras ser descalificado en Arabia Saudí en febrero, sus nervios le han vuelto a jugar una mala pasada... La "autoexigencia" y la falta de "autocontrol", como explica a El Confidencial una psicóloga deportiva, está detrás de este tipo de conductas.

Las memorias del golf han dejado algunos momentos en los que Sergio García no ha conseguido frenar su tensión. Hace unos meses, en Arabia Saudí fue expulsado por golpear y arrastrar los pies en dos de los 'greens', y en ese mismo torneo -el día anterior- perdió los papeles en un 'bunker' y golpeó varias veces con su palo en la arena, a la vez que lo acompañó de varias frases malsonantes: "La madre que los parió a todos ya, hombre! ¡Puta mierda! ¡Los caddies de mierda que no saben arreglar los bunkers! ¡A tomar por culo!", gritó el valenciano tras su acción. Esos dos capítulos de altercados acabaron provocando que el torneo decidiese expulsar al golfista de 39 años.

Anteriormente, Sergio García ya había protagonizado algunos episodios en los que sus emociones dibujaban a un deportista fuera de sí. En el torneo The Players Championship de 2018, de Florida, el golfista se encontraba realizando un golpe importante y, tras el lanzamiento de la bola, un niño trató de animarlo al grito de "¡Buena bola, Sergio!", pero el golfista era consciente de que el golpe era malo y de que incluso podía acabar en el agua. Ante la sensación de haber ejecutado un mal golpe, el golfista lo acabó pagando con el joven aficionado: "¿Buena bola? ¿Pero te quieres callar de una puta vez ya? ¡Va al agua, joder! ¡Te quieres callar de una vez ya!". El video se hizo viral y el golfista tuvo que salir a defenderse en su cuenta de Twitter, explicando que su respuesta no iba al niño sino a otra persona.

En otro torneo en el que tuvo que golpear la bola muy pegado a unos arbustos, el golfista español no consiguió hacerlo de la mejor manera posible y al ver el resultado impactó su palo con el arbusto. Había una cámara muy cerca grabando, pero este no fue motivo suficiente como para poder 'amarrar' su temperamento. Incluso, tras el golpe a la planta, se llevaba la mano izquierda al hombro derecho del daño que se hizo.

En un mal 'putt' en la tercera ronda del TC Boston de 2017 sacó de nuevo el mal carácter del jugador y golpeó el verde con toda su fuerza, torciendo el palo y obligándole a cambiarlo. En una competición en Inglaterra, su golpe se fue directamente al agua, y acto seguido el español tiró su palo directamente varios metros sin miramientos, una acción que la ha repetido en alguna otra ocasión a lo largo de su carrera. También es muy recordado el momento en el que tuvo que sacar una bola de una pequeña elevación para intentar meterla de una, pero su golpe apenas ascendió y acto seguido golpeó con el palo tres veces a la tierra para desahogarse.

La relajación que debe hacer García

Tras todas estas acciones, queda claro que en un deporte como el golf es muy importante el papel que juega la psicología para evitar que la ira pueda jugar a los deportistas una mala pasada. El Confidencial ha charlado con la psicóloga deportiva Gema de Haro, quien achaca muchos de estos comportamientos a las autoexigencias que tienen los propios deportistas. "En general, aquellas personas que se dedican de forma profesional a cualquier deporte poseen un nivel de compromiso muy alto, por lo que realizan un gran esfuerzo para desempeñar bien su tarea, por lo que tienden a ser muy autoexigentes consigo mismos. Más en un deporte como el golf, ya que requiere mucha técnica y precisión. Sin embargo, como en cualquier ámbito de la vida, hay aspectos que no dependen de nosotros y no podemos controlar al 100%, de modo que, cuando se produce algún fallo o algo que no esperábamos que ocurriese de esta forma, sumado a la autoexigencia de la que hablábamos antes y al nivel de presión y estrés que sufre la persona en ese momento, se puede reaccionar de forma negativa, siendo incapaz de controlar las emociones y actuando a través de la ira y la frustración, lo que en muchas ocasiones puede agravarse y desencadenar estados de ansiedad o depresión".

Además, recalca De Haro, "lograr controlar este tipo de situaciones es un proceso costoso que requiere un trabajo previo de autocontrol. Esto se consigue mediante ejercicios de relajación que se adecúen a cada persona, combinado con un proceso de reestructuración cognitiva y eliminación de ideas irracionales, así como contemplando todos los resultados posibles que puedan darse, tanto positivos como negativos. También es necesario identificar qué elementos o situaciones son las que producen ira o enfado (fallar un tiro, por ejemplo), cuál es el pensamiento asociado (lo que el jugador piensa en ese mismo instante: qué mal lo he hecho, se van a reír de mí), qué siente la persona en ese momento (rabia, ira), y por último, establecer cómo le gustaría reaccionar, dejando atrás las respuestas agresivas y entrenando las respuestas positivas que indiquen control y adaptación", concluye la especialista.

Sergio García protagonizó uno de los momentos más tensos del recientemente finalizado Open Británico. Esta semana ha salido a la luz un vídeo del torneo que finalizó el domingo y en el que, estando en el hoyo 5, realizó una mala salida y perdió los nervios, pagándolo con su hermano (su caddie), al que le tiró el 'driver' al suelo para que lo recogiese. De nuevo, el castellonense no supo controlar sus emociones. El público que presenciaba el gesto se quedó sin habla al ver un gesto tan desagradable. De hecho, tras la acción, en el campo solo se escuchaban algunas voces de asombro ante la acción. Tras ser descalificado en Arabia Saudí en febrero, sus nervios le han vuelto a jugar una mala pasada... La "autoexigencia" y la falta de "autocontrol", como explica a El Confidencial una psicóloga deportiva, está detrás de este tipo de conductas.

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