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La parada francesa de Jon Rahm para opositar a una plaza en la Ryder
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debut en su continente del prodigio golfístico

La parada francesa de Jon Rahm para opositar a una plaza en la Ryder

El jugador de Barrika se desempeña en el circuito americano, pero para jugar la competición por continentes tiene que tener tarjeta europea. El próximo año se disputará en Le Golf

Foto: Jon Rahm. (EFE)
Jon Rahm. (EFE)

El padre de Jon Rahm lo tenía claro, el futuro del golf está en Estados Unidos y allí tenía que irse el chico a buscar una carrera. En la Universidad de Arizona se convirtió en el mejor jugador de su promoción en la NCAA y en el proyecto más prometedor de todos cuantos hoy cogen un palo de golf pensando en una existencia de éxito en un deporte en el que el dinero fluye a borbotones. El de Barrika aprendió inglés, se hizco amigos del país y hasta encontró novia en Arizona. Pero sigue siendo europeo eso no se olvida.

Como niño crecido jugando al golf en su cabeza está jugar la Ryder Cup. No es el torno más importante de su deporte, tampoco quizá el más prestigioso, pero tiene mucho de sueño para cualquier jugador. Es un evento raro donde compiten por equipos jugadores que están acostumbrados al más estricto individualismo, que lo hacen, además, por el golf de todo el continente, lo cual no deja de ser una anomalía que no se da en ningún otro deporte. Todos los jugadores europeos, sin excepción, quieren estar en esa cita.

Pero para llegar a eso, para poder jugar por su continente, antes tenía que enrolarse en el circuito europeo. No es sencillo, porque, como le dijo su padre, el golf está en América y es ahí donde los grandes compiten. Rahm, de hecho, ya lleva un año en la élite, pues fue por estas fechas cuando el año pasado hizo su debut en Quicken Loans, donde terminó tercero porque, aparentemente, en el jugador vasco no existe esa cosa que se llama curva de aprendizaje.

Hasta el momento solo había salido de Norteamérica para disputar el Abierto Británico del año pasado, donde tuvo uno de los peores días de su carrera. Pero no cuenta porque los cuatro grandes, así como los torneos de la Copa Mundial de golf, no son parte del circuito europeo sino eventos fuera de calendario. Así que, si quería ir a la Ryder, necesitaba un poco más. Y eso mismo va a hacer reafirmando su tarjeta en el Abierto de Francia.

No tiene nada de casualidad que la elección haya sido el campeonato de Versalles. Es uno de los eventos que forma parte de las Rolex Series, el enésimo invento del circuito europeo para que los jugadores de aquí no salgan corriendo tan rápido a Estados Unidos. Siete torneos con una bolsa de más de siete millones de euros cada uno, es decir, a la altura de los torneos normales en el otro lado del charco. Una buena oportunidad para llenar la cartera. Y, a pesar de que eso es goloso, tampoco ese es el principal motivo para acudir a esta cita.

Y ese es la Ryder. En 2018 se disputará en París, en el campo en el que este fin de semana competirá por primera vez con su flamante tarjeta del circuito europeo. Todo jugador de golf prefiere haber estado antes en el lugar en el que se jugarán los torneos importantes, y no es en esto Rahm una excepción. Le Golf, además, tiene fama de difícil, de tres últimos hoyos infernales en los que si sopla el viento las condiciones se pueden poner muy duras.

No será la primera vez que Rahm juegue en el campo, pues ya lo hizo en 2009, siendo juvenil y ayudando a España colgarse el bronce en el campeonato de Europa. el campo ha cambiado desde entonces, ahora es un poco más humano, han recortado los 'roughs' y ampliado el ancho de las calles. A pesar de la reforma, sigue siendo un campo duro. Y bonito, muy bonito, que en eso todos coinciden.

Un turista en París

"Había estado en París antes, por supuesto. He ido a ver la Torre Eiffel de noche, porque nunca la había visto de noche, y después fuimos al Louvre, a Notre Dame, al Panteón, el Arco del Triunfo...", cuenta Rahm que, como se ve, ha aprovechado la semana de vuelta a Europa para hacer un poco de turismo. Él lo cuenta con la naturalidad de siempre, la que le está convirtiendo en uno de los favoritos de los aficionados a marchas forzadas.

Será su primer torneo en la orden de mérito europeo pero, sorpresa, ya es tercero en la clasificación general. Lo es por sus resultados en la Copa del Mundo, donde ha tenido dos terceros puestos, y en el Masters de Augusta, torneos que puntuan para el ránking aunque no sean específicos del campeonato continental. Y, como es muy bueno, ha conseguido una posición de privilegio sin necesidad de coger un palo.

"Venir aquí para jugar y tener la opción de volver el año que viene a la Ryder es una de las formas más realistas de hacer uno de mis sueños realidad", explica Rahm estos días. "Con suerte podré seguir jugando bien y representar a Europa en mi primera Ryder, en una ciudad maravillosa que, además, está cerca de España, así que igual podemos tener más afición por aquí", abunda el joven prodigio.

"He dejado de pensar en el tema, porque si no me iba a perder algo. Todo está siendo un poco más rápido de lo que yo pensaba, pero estoy orgulloso de que funciones y de poder jugar ahora en Europa", comenta.

Rahm vuelve a casa. Él es, por formación, un jugador americano. Pero nació en Barrika, es vasco y, si todo va por el camino normal, el año que viene le esperarán en Le Golf con polos azules para defender Europa. Es el objetivo y, viendo como están las cosas, lo lógico es pensar que así será.

El padre de Jon Rahm lo tenía claro, el futuro del golf está en Estados Unidos y allí tenía que irse el chico a buscar una carrera. En la Universidad de Arizona se convirtió en el mejor jugador de su promoción en la NCAA y en el proyecto más prometedor de todos cuantos hoy cogen un palo de golf pensando en una existencia de éxito en un deporte en el que el dinero fluye a borbotones. El de Barrika aprendió inglés, se hizco amigos del país y hasta encontró novia en Arizona. Pero sigue siendo europeo eso no se olvida.

Jon Rahm
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