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Sergio García, el futbolista frustrado: "Habría pagado por jugar en el Real Madrid"
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Sergio García, el futbolista frustrado: "Habría pagado por jugar en el Real Madrid"

Cuando el Real Madrid ganó la Octava, en París, al imponerse en la gran final al Valencia (3-0), por allí apareció en el mismo terreno de juego Sergio García. Exultante, luciendo su profundo madridismo

Foto: Sergio García, durante un partido amistoso con el C. F. Borriol en 2010. (EFE)
Sergio García, durante un partido amistoso con el C. F. Borriol en 2010. (EFE)

Es un buen vecino, querido y apreciado por todos. Con poco más de 5.000 habitantes, Borriol pasó a convertirse en unas horas en el epicentro del golf mundial. En esta pequeña localidad de la provincia de Castellón, todos sus habitantes sacan pecho por el logro en Augusta del cercano morador. Los que le conocen desde hace años, aseguran que Sergio García es un talento nato, nacido para brillar en muchos deportes. Su padre aterrizó en la pequeña localidad como profesor de golf del Club de Campo del Mediterráneo y fue Víctor, el progenitor, el que le introdujo en el mundo de los palos y los hoyos. Su destreza en este deporte se reveló muy pronto, aunque seguramente a Sergio le habría gustado más dedicarse al fútbol. Un deporte en el que siempre brilló.

En el club había dos pequeños campos en los que Sergio aprendió el oficio de futbolista. Hace años, habló con gente cercana y se embarcó en una aventura para que el balón formara parte de su vida activa de manera permanente. Se hizo cargo del Club de Fútbol Borriol, no solo para dirigirlo desde el despacho, también para ayudarlo en el mismo verde. Durante varios años intercalaba su actividad profesional con el deporte rey. Cuando sus compromisos se lo permitían, se calzaba las botas para jugar con el equipo de su pueblo. Siempre en categorías inferiores, pero siempre disfrutando de cada instante. García es muy de la tierra y siempre era habitual verle por Borriol, sobre todo para disputar el partido que tocara, aunque solo fueran unos minutos. "Buena gente, un tipo muy social", relata un vecino que le conoce bien.

Desde hace dos años ya no juega con el Borriol, pero en el pasado hubo muchos momentos en los que su entorno tuvo que atarle en corto para que no forzara sobre el terreno de juego porque podría acarrearle alguna negativa consecuencia a su faceta como golfista. Su padre, como entrenador de Sergio, tuvo que intervenir más de una vez para que el ganador del Masters de Augusta no se pasara de revoluciones. Víctor sufría cuando el genial golfista exponía demasiado durante los partidos, porque jugaba demasiados minutos. Temía que sufriera una lesión. Eran los palos los que le daban de comer, pero dentro de un rectángulo verde es feliz el ya exfutbolista. Ahora en Tercera división, el Borriol ya no cuenta con él como integrante del plantel, lo que sí sucedió en el pasado.

Gareth Bale y otros 'alumnos'

Cuando el Real Madrid ganó la Octava, en París, al imponerse en la gran final al Valencia (3-0), por allí apareció en el mismo terreno de juego Sergio García. Exultante, luciendo su profundo madridismo sobre el mismo terreno de juego. Siempre estuvo muy cerca del vestuario blanco, donde desde hace años varios jugadores practican el golf con profunda pasión. Igual que no hace mucho se le pudo ver posar junto a Gareth Bale, en otra época era normal que coincidiera con uno u otro, en un campo o lejos de él. Normal era que cuando el equipo visitaba al Villarreal, Sergio se pasara por el hotel de concentración para saludar o dar algún consejo a jugadores como Ronaldo Nazario. No es una simple casualidad que Luis Figo fuera testigo directo del éxito de Sergio en Augusta...

"Su Real Madrid y su Borriol", siempre pendientes de ambos. Lo dice Pedro Fernández Cuesta, una persona muy cercana a Sergio y actual director general del Club de Fútbol Borriol. Evoca que hace años, cuando el club sufría los habituales agobios económicos de cualquier pequeño conjunto, fue el golfista el que le lanzó el guante. "¿Qué te parece si lo cogemos, nos hacemos cargo del club?", recuerda que le dijo Sergio hace años. Y juntos, con más colaboradores, empezaron a trabajar para que la institución no muriera, objetivo que se ha cumplido. Pero no solo se trataba de la gestión, nuestro campeón quería ser muy activo en el terreno de juego. Mientras tuvo ficha federativa, disputó un buen número de partidos, con algún notable gol firmado.

"¿Me das unos minutos?"

En conversación con El Confidencial, el ejecutivo del club, que inició su carrera como futbolista en el filial del Real Madrid, ensalza la tremenda pasión por el fútbol de Sergio, al que antes entrenó. "Entrenaba y jugaba como uno más. '¿Me das unos minutos, Peter?', me decía alguna vez, pero sin reclamar nada, comportándose como uno más del grupo", recuerda. Como también unos cuantos momentos en los que "entre varios tuvimos que convencerle para que no jugara algún partido para evitar una posible lesión que perjudicara su faceta como golfista". Recalca que "al ser el golf un deporte individual, le encantan los de equipo, en los que pueda compartir sensaciones con sus compañeros".

Pedro, ahora trabajando en un despacho para que el club siga con buena salud, recuerda cuando era el entrenador del equipo y tenía que sujetar al impulsivo Sergio, que quería sumar minutos. El director general del Borriol recuerda que "en el campo era muy listo a la hora de evitar lesiones. Jugaba por un lado o detrás del delantero centro y era muy disciplinado. Siempre se comportó como uno más pese a ser el golfista que es y el presidente de la entidad". Y por encima de todo, pone en valor el comportamiento de los rivales. "No te puedes imaginar lo que le respetaron siempre sus rivales", enfatiza. "Nunca le pegaron ni una mala patada", remata Fernández Cuesta.

Del tenis al pádel

El tenis, también con sitio en el club en el que recaló su padre para iniciar una nueva vida, también fue practicado por Sergio, mostrando igualmente una tremenda habilidad con la raqueta. En la época en que compartía la vida con Martina Hingis era muy habitual que ambos se encerraran en una pista, donde el español mostraba unas cualidades sobresalientes como para hacer frente a la campeona suiza. Época en que la prensa no deportiva siempre estaba al acecho de la famosa pareja, aunque la vida de García seguía siendo la misma. Cada vez que su agenda se lo permitía, se paseaba por su pueblo con total naturalidad. Daba igual que una legión de 'paparazzi' estuviera al acecho. "Y jugando al pádel es excepcional", comenta su amigo Pedro.

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Pero tiene el fútbol inoculado en la sangre. Cada vez que acaba un torneo, una de las primeras llamadas que hace es a su director general. "Todas las semanas, sin falta, habla con nosotros para preguntar por el resultado, también para interesarse por la situación del club y de cualquier futbolista". Cree el directivo que "Sergio se pudo ganar la vida como futbolista en el caso de haber apostado por este deporte. Es inteligente, compite, como en cualquier otra faceta, y le gusta ganar". Y dice con rotundidad: "Sí, habría pagado por jugar en el Real Madrid. No sabes lo madridista que es...". Por algo el club que preside Florentino Pérez, como socio de honor que es Sergio, no tardó en felicitar públicamente al campeón español.

Es un buen vecino, querido y apreciado por todos. Con poco más de 5.000 habitantes, Borriol pasó a convertirse en unas horas en el epicentro del golf mundial. En esta pequeña localidad de la provincia de Castellón, todos sus habitantes sacan pecho por el logro en Augusta del cercano morador. Los que le conocen desde hace años, aseguran que Sergio García es un talento nato, nacido para brillar en muchos deportes. Su padre aterrizó en la pequeña localidad como profesor de golf del Club de Campo del Mediterráneo y fue Víctor, el progenitor, el que le introdujo en el mundo de los palos y los hoyos. Su destreza en este deporte se reveló muy pronto, aunque seguramente a Sergio le habría gustado más dedicarse al fútbol. Un deporte en el que siempre brilló.

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