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Sergio García aprovecha el momento y ahora pide guerra
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ESTÁ A CINCO GOLPES DEL LÍDER: DUSTIN JOHNSON

Sergio García aprovecha el momento y ahora pide guerra

De buenas a primeras, Sergio García se ha metido en la zona noble de la clasificación, a cinco golpes del líder, Dustin Johnson, y con 36 hoyos por delante. Pide guerra y quiere marcha en el British

Foto: Sergio García en el British Open (Efe).
Sergio García en el British Open (Efe).

Diez horas y 28 minutos. Es el tiempo exacto que ha tenido que esperar Sergio García (-5) para ejecutar un putt de ocho metros para birdie en el green del 16 del Old Course. Es el tiempo transcurrido desde que se suspendiera el juego a las 7:32 de la mañana y hasta la reanudación, a las seis en punto de la tarde. Un margen más que suficiente para estudiar el modo de sacarle todo el rendimiento. ¿O no? La realidad pura y dura es muy distinta: este putt en concreto no había modo de ensayarlo en condiciones porque en el momento de la verdad todo depende del viento que sople. A las 7:32 de la mañana, de hecho, estaba apuntando un metro a la izquierda para evitar el riesgo de que el viento, incluso, sacase la bola del green. A las seis de la tarde lo tiró muy bien tocado apuntando unos treinta centímetros a la izquierda y, en realidad, en condiciones de calma chicha es un putt que debe tirarse apuntando sólo un palmo a la izquierda.

Lo mejor, no obstante, estaba por llegar. Sergio García supo aprovechar un lance afortunado para hacerle birdie al 17, tarea siempre complicada en este campo. La salida, aceptable, se le había ido un poco a la izquierda. Nada grave. El segundo tiro, con un hierro 5 en las manos, le salió más fuerte de lo planeado aunque con muy buena dirección. La bola pegó en el mástil de la bandera y se quedó a dos metros del hoyo. “He tenido mucha suerte. Pero lo mejor para mí es haber sido capaz después de meter ese putt”, señalaba. No sólo ese; en el 18 enchufaba otro desde una distancia parecida y, de buenas a primeras, se metía en la zona noble de la clasificación, a cinco golpes del líder, Dustin Johnson, y con 36 hoyos por delante.

Había necesitado más de 25 horas (desde las 17:26 del viernes) para completar una ronda accidentada, convulsa por momentos, difícil por el frío y el viento del suroeste, muy molesto el viernes, extremadamente fiero este sábado por la mañana (en el 16 había jugado drive y hierro 5 en un hoyo donde él normalmente pegaría un hierro 3 desde el tee y luego un hierro 8) y más llevadero por la tarde. Ahora el de Borriol pide guerra. No es que saque las pinturas y el hacha, pero tiene ganas de marcha. O cree que le podrían venir bien unos últimos 36 hoyos algo movidos por el viento. “Siempre he pensado que en esas situaciones algo más difíciles me defiendo mejor, sacando partido a mi juego largo. Esos días duros en los que no necesitas un 64 o 65 para avanzar muchas posiciones y en los que, sin embargo, puedes ganar mucho terreno con un 69 o un 70”, explicaba.

Este British Open, con el jugador más en forma del momento en todo lo alto, Dustin Johnson, nos ha llevado de un modo ciertamente accidentado (acabará el lunes por culpa del agua y el viento) a un clímax casi insuperable si atendemos al pelotón bestial que se agrupa detrás del de Carolina del Sur: Willett (-9), Paul Lawrie (-8) y Marc Warren (-7), que tienen encendida a toda Escocia, Zach Johnson (-7), Adam Scott (-7), Jason Day (-7), Louis Oosthuizen (-7), Retief Goosen (-6), Luke Donald (-6), Matsuyama (-6)… Y los que puedan venir por detrás junto a Jordan Spieth (-5), categoría en la que entran de cabeza Sergio García (-5), Justin Rose (-5) o Charl Schwartzel (-5), entre otros.

Dustin Johnson marcha por el campo con la misma determinación que mostró hace un mes en Chambers Bay. Y su desgraciado final en el US Open de momento no ha hecho mella, no hay más que verlo en el Old Course para darse cuenta. Veremos qué ocurre cuando de nuevo se acerque el momento de la verdad, pero desde luego él se está ganando todo el crédito y la oportunidad de convertirse en un serio aspirante al trono mundial. No es Dustin Johnson un pescador de gloria al uso. No es un hombre que ambicione récords, espacios exclusivos en los salones de la fama ni huella indeleble en la calle de las estrellas. Tampoco equivoquemos el análisis: se trata de un gran competidor capaz de llevar al límite, y más allá, a quien pretenda superarlo. Nunca mira hacia atrás.

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Diez horas y 28 minutos. Es el tiempo exacto que ha tenido que esperar Sergio García (-5) para ejecutar un putt de ocho metros para birdie en el green del 16 del Old Course. Es el tiempo transcurrido desde que se suspendiera el juego a las 7:32 de la mañana y hasta la reanudación, a las seis en punto de la tarde. Un margen más que suficiente para estudiar el modo de sacarle todo el rendimiento. ¿O no? La realidad pura y dura es muy distinta: este putt en concreto no había modo de ensayarlo en condiciones porque en el momento de la verdad todo depende del viento que sople. A las 7:32 de la mañana, de hecho, estaba apuntando un metro a la izquierda para evitar el riesgo de que el viento, incluso, sacase la bola del green. A las seis de la tarde lo tiró muy bien tocado apuntando unos treinta centímetros a la izquierda y, en realidad, en condiciones de calma chicha es un putt que debe tirarse apuntando sólo un palmo a la izquierda.

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