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Iniesta inspira a un Pablo Larrazábal que hace magia con un palo de golf
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Iniesta inspira a un Pablo Larrazábal que hace magia con un palo de golf

Tremenda lección para lograr el tercer título de su carrera. Mantuvo la calma ante McIlroy y Mickelson aprendió a lidiar con la presión de forma insultante

Foto: Pablo Larrazábal besa su trofeo mientras mira al cielo después de alzarse con la victoria en el torneo de Abu Dhabi. (Reuters)
Pablo Larrazábal besa su trofeo mientras mira al cielo después de alzarse con la victoria en el torneo de Abu Dhabi. (Reuters)

“Impresionante”. Esa fuela escueta pero sentida palabra que el ex número uno del ranking, RoryMcIlroy, dedicaba a un exultante Pablo Larrazabal (Barcelona, 1983). Eldomingo, el golfista español se proclamaba vencedor del Torneo de Abu Dhabitras culminar una vuelta casi perfecta en la última jornada del torneo (67 golpes, 5 bajo par).A sus 30 años, llegó el día más feliz de su vida.Larrazábal que asciende así al séptimo puesto en la Carrera a Dubai,decimosegundo en la clasificación para la Ryder Cupy se sitúa entre los 55 primeros de la lista mundial.

Reconocido futbolero,por sus venas corre sangre azulgrana. La época de Guardiola y la magia de Iniesta le robaron el corazón. Entró en el profesionalismoen 2004 y logró su primera victoria en el Alstom Open de Francia de 2008. Aquel triunfo le valió para alzarse con el reconocimiento de'rookie del año'por delante de un tal RoryMcIlroy. Muy unidos desdeel principio de sus carreras, el irlandés y español comparten una relación personal envidiable.Tras tres años de sequía, en 2011,protagonizó uno de los finales más emocionantes del Tour al imponerse en el quinto hoyo de 'playoff' a su amigo Sergio García, en el BMW International Open celebradoen Múnich.

El salto cualitativo y cuantitativo en el panorama del golfhace que las opciones reales de estar en la Ryder suban como la espuma. Pero ahí entra en juego la cautela y la prudencia de un hombre comedido por definición.“No, no quiero pensar en la Ryder Cup, sería presionarme mucho y eso está muy lejos. De momento, a seguir paso a paso, semana a semana; ahora tengo que volver a estudiar mi calendario", comentaba tras consumar su tercera victoria como profesional.

2013: un año a punto de caramelo

Desde su último gran triunfo en 2011, el golfista catalán había hecho de la regularidad una seña de identidad, logrando acabar hasta 16 torneos entre los diez primeros clasificados. En muchos de ellos, la mala fortuna y una errónea gestión de la presión en los momentos críticos se cebaron con su persona. Hasta seis opciones de victoria final tuvo en su mano Larrazábal. Oportunidades que finalmente no llegaron a buen puerto.

En el Hassan Open una vuelta de 71 golpes el último día lo impidió, dejándole cuarto. Algo similar acontecióen el Ballantine´s Open, donde el último día certificó una tarjeta de 73 impactos para terminar sexto. En China, en el Volvo China Open, una hoja de servicio final de también 73 golpes le condenó a la cuarta plaza. Ya en el Irish Open, donde había firmado tres primeras vueltas espectaculares de 69, 69 y 66 golpes, no le sirvieron para ganar los 75 impactosde su última tarjeta.El maldito cuarto puesto volvía a resultar una decepción. Pese a no poder hacerse con el título, el pasado mes de mayo Larrazábal entraba por primera vez en su carrera en el top-cien.

Una nueva oportunidad se dioen el KLM Open de Holanda pero una tercera jornada de 77 golpes dio al traste con sus opciones terminando, finalmente, noveno. Por último, en la vecina Portugal, después de haber jugadoa un gran nivel durante toda la semana, un epílogo de 70 golpes dio al traste con sus opciones de victoria. En tierras lusas, Larrazábal, en medio de la tensión del momento,reflexionó acerca de una mala racha hasta cierto punto incomprensible. "Cuando acabas dos hoyos con 5 y 6 golpes y tenías que acabar con 4 y 4 te das cuenta que esos tres golpes son fundamentales”, concluía tras constatar una nueva jornada para el olvido. Sin embargo, su tesón y capacidad de sacrificio han dado sus frutos.

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Lazarrábal es un buen chico, como lo demuestran las consejos y buenas palabras que le dedicansus adversarios. Contrincantes sobre el ‘green’ pero grandes amistades cuando la competición toca a su fin. Una buena sintonía que no faltó el pasado domingo en Abu Dhabi. De camino al hoyo 16, tal y como recoge el portal especializado ‘Ten-golf’, Miguel Ángel Jiménez supo buscar el momento adecuado para aconsejar al chaval. “Vamos Pablo, que lo estás haciendo muy bien. Respira hondo y a por ellos”. El malagueño, una institución en el mundo del ‘putt’ patrio, sabe lo que se dice. “Es algo que no voy a olvidar nunca. No voy a decir que haya sido fundamental para la victoria, pero sí que me llegó dentro y me ayudó en esos momentos en los que vas nervioso”, reconocía el propio Larrazábal con visible emoción. Pese a sentir el aliento en el cogote de McIlroy y Mickelson, el español, como si la cosa no fuera con él, mantuvo la calma y supo lidiar con la presión de forma insultante.

“Impresionante”. Esa fuela escueta pero sentida palabra que el ex número uno del ranking, RoryMcIlroy, dedicaba a un exultante Pablo Larrazabal (Barcelona, 1983). Eldomingo, el golfista español se proclamaba vencedor del Torneo de Abu Dhabitras culminar una vuelta casi perfecta en la última jornada del torneo (67 golpes, 5 bajo par).A sus 30 años, llegó el día más feliz de su vida.Larrazábal que asciende así al séptimo puesto en la Carrera a Dubai,decimosegundo en la clasificación para la Ryder Cupy se sitúa entre los 55 primeros de la lista mundial.

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