Tiger Woods pone en orden su vida y arrebata a McIlroy el número uno

Casi 900 días después, Tiger Woods (37) alzó la vista y no vio a nadie por encima de él. Estaba en lo más alto del ránking PGA. Un día después de que un tornado le impidiese acudir a su cita con la gloria, Tiger recupera un puesto que no ocupaba desde octubre de 2010. Después de la tormenta llegó la calma. Y es que desde que el golfista californiano puso su vida personal y deportiva en orden, las aguas han vuelto a su cauce. Al menos por el momento ya que Rory McIlroy no ha dicho su última palabra; esta semana competirá en Houston y puede convertir el número uno de Tiger en algo efímero. Pase lo que pase, Woods ya le ha mandado el primer aviso.

Tiger ha recuperado la sonrisa. Se lo demostró al mundo entero cuando hizo pública su relación con la esquiadora Lindsey Von a través de las redes sociales. A pesar de que ella negase la relación a finales del año pasado y de que, en su momento, se burlase de los problemas que golpearon vida privada del golfista hace cuatro años. Lindsey era la última pieza en el nuevo puzzle de Tiger Woods que ha conseguido despertar de la pesadilla que vivía desde 2009 para encontrar el equilibrio. En aquel momento se hicieron públicas sus numerosas infidelidades que tuvieron graves consecuencias: un escandaloso divorcio con lágrimas incluidas, cinco meses lejos de los campos y la caída en picado de su juego que se vio rematado por el abandono de sus patrocinadores.