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Europa obra el milagro y gana a Estados Unidos en el nombre de Seve
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BALLESTEROS 'AYUDÓ ' AL TRIUNFO A LOS DE OLAZÁBAL

Europa obra el milagro y gana a Estados Unidos en el nombre de Seve

Se apartó de los focos. Quiso que los jugadores celebraran el éxito, se abrazaran, tal y como hicieron Martin Kaymer y Sergio García como símbolo del

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Europa obra el milagro y gana a Estados Unidos en el nombre de Seve

Se apartó de los focos. Quiso que los jugadores celebraran el éxito, se abrazaran, tal y como hicieron Martin Kaymer y Sergio García como símbolo del triunfo europeo ante Estados Unidos. Tenía una charla pendiente con Severiano Ballesteros, de esas que suele mantener de vez en cuando, tal y como confesó semanas atrás en Marca. Y es que Txema Olazábal, capitán del equipo europeo, quería dar las gracias al campeón cántabro de la ayuda que ayer prestó al equipo azul, al equipo europeo, para la conquista de una nueva Ryder Cup. Iniciaban la última y decisiva jornada cuatro puntos abajo y necesitaban un milagro para mantener el título, para igualar el marcador, algo que solo está al alcance de la mano inmortal como lo era Severiano Ballesteros, que 15 años atrás también ganó la Ryder como capitán.

Al final Olazábal y los suyos dieron la vuelta al marcador y lograron imponerse a Estados Unidos en tierra hostil por 14,5 a 13,5, logrando el alemán Kaymer el triunfo decisivo ante el norteamericano Streicker. El capitán, el jefe de la muchachada europea, se apartó, antes no quería los últimos golpes de sus jugadores ni de los enemigos. Buscó la soledad para romper a llorar y dar las gracias a su amigo Seve, el hombre que cambió la historia del golf en España y en Europa.

Antes ganar la Ryder era una utopía, pero su irrupción sirvió para acortar la distancia entre unos y otros. Ayer volvió a quedar demostrado que gracias al cántabro todo es posible, incluso marchando abajo en el marcador hasta por cinco puntos en el día decisivo. Ballesteros empujó a todos los jugadores europeos hacia el triunfo, ese que nadie esperaba y que se gestó con su presencia en los uniformes de todos los jugadores. La cita era un homenaje a Seve y él respondió ayudando desde su lugar de retiro, porque los genios nunca se van.

Olázabal se lo había prometido y al poco de terminar la Ryder, ya con el partido de Molinari finiquitado, habló y confesó que: "Esta Ryder es de Seve. Va por él.  Ha sido muy duro y estoy emocionado. Nunca había experimentado nada como esto, esa sensación de que haya 12 jugadores dándole el 120 por ciento a un equipo. Me ha parecido increíble. No había vivido nada así nunca. Seve me decía, cuando ya estaba enfermo, que al fin y al cabo, ganar la Ryder son meter cuatro putts", comentó el responsable del éxito. 

El capitán de la Ryder contó con un colaborador muy especial durante estos días al margen de la ayuda que Seve le prestaba desde el cielo. No era otro que Pep Guardiola, al que le vio muy identificado con la bandera europea y con Olazábal. Es más, Txema utilizó para mentalizar a sus jugadores los mismos fragmentos de la película 'Gladiator' que el exentrenador del Barcelona puso a sus jugadores en la previa de la final de la Champions de Roma de 2009. Olazábal mezcló fragmentos de la película 'Un domingo cualquiera', de Al Pacino e imágenes de la selección española de fútbol. 

La historia dice que Estados Unidos domina un torneo que primero jugaba el país norteamericano contra Gran Bretaña, que en 1973 también se sumó Irlanda y que desde 1979 ya fue Europa como continente el que pelea contra el país de las barras y estrellas. Son 25 las victorias yankees, por 12 de los europeos, pero desde que compite como continente, el balance es favorable a los hombre del viejo continente por 9 victorias a 7. 

Se apartó de los focos. Quiso que los jugadores celebraran el éxito, se abrazaran, tal y como hicieron Martin Kaymer y Sergio García como símbolo del triunfo europeo ante Estados Unidos. Tenía una charla pendiente con Severiano Ballesteros, de esas que suele mantener de vez en cuando, tal y como confesó semanas atrás en Marca. Y es que Txema Olazábal, capitán del equipo europeo, quería dar las gracias al campeón cántabro de la ayuda que ayer prestó al equipo azul, al equipo europeo, para la conquista de una nueva Ryder Cup. Iniciaban la última y decisiva jornada cuatro puntos abajo y necesitaban un milagro para mantener el título, para igualar el marcador, algo que solo está al alcance de la mano inmortal como lo era Severiano Ballesteros, que 15 años atrás también ganó la Ryder como capitán.

Severiano Ballesteros