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Tiger Woods: de escándalo mundial a anécdota deportiva
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EL FAMOSO LÍO DE FALDAS NO TRASTOCARÁ SU CARRERA

Tiger Woods: de escándalo mundial a anécdota deportiva

Tiger Woods está haciendo las cosas bien públicamente desde que todos descubrieran que las estaba haciendo mal en su vida privada. Su parón voluntario a causa

Foto: Tiger Woods: de escándalo mundial a anécdota deportiva
Tiger Woods: de escándalo mundial a anécdota deportiva

Tiger Woods está haciendo las cosas bien públicamente desde que todos descubrieran que las estaba haciendo mal en su vida privada. Su parón voluntario a causa de los escándalos ha terminado por significar, en lo meramente deportivo, apenas un contratiempo en la preparación de la temporada 2010. De hecho, regresa para el primer ‘grande’ de la temporada, el Masters de Augusta.

La mayoría de la opinión pública mundial no dudó, allá por el pasado mes de noviembre, cuando se conocieron sus escándalos extramatrimoniales, en defenestrar al gran golfista estadounidense. Pero la estrategia de imagen está yendo a la perfección y el anuncio de su regreso se ha acogido como una buena noticia para el deporte. Las manchas en su imagen poco a poco se van limpiando.

El morbo de los primeros días devaluó rápidamente el estatus de Tiger, el deportista que más dinero gana, y con mucha diferencia, del planeta. Los días posteriores a conocerse el primero de los escándalos le sucedieron unos cuantos más. El número uno del golf se limitó a pedir perdón público,desparecer durante semanas y anunciar un descanso indefinido.

Durante ese tiempo, varios de las multinacionales que se benefician de la imagen de Woods no dudaron en repudiar su comportamiento y muchas de ellas rompieron su relación contractual con él (Accenture, General Motors y Pepsi son sólo tres ejemplos). Otras, como Nike, que ingresaba 800 millones de dólares al año gracias a Tiger, empezaron a temer que este contratimepo fuera peor para ellos que la crisis económica mundial. El tremendismo se apoderó de los medios y se llegó a hablar de su caso como la caída de un gigante.

Pero nada más lejos de la realidad. Si el tiempo ya ha demostrado por activa y por pasiva que lo termina por curar todo, en este tipo de escándalos su efectividad es mucho mayor. Al igual que Bill Clinton no abandonó la Casa Blanca por el ‘caso Lewinski’, Tiger no ha dejado de entrenar en privado consciente de que su “retirada indefinida”, como afirmó antes de desaparecer, era sólo unas vacaciones un poco más largas de las habituales entre temporada y temporada, muy probablemente acordada por todas las partes integrantes de su emporio.

Un parón corto y sin consecuencias

En definitiva, el golfista norteamericano ha estado sólo un par de meses más de lo habitual fuera del ciscuito. El 15 de noviembre, dos semanas antes de tener la pelea con su esposa que desencadenó todo, ganaba el Master de Australia.

Normalmente, Tiger suele acabar a principios de diciembre su año deportivo y suele volver a mediados de enero en torneos menores. Poco a poco se va subiendo el nivel de los campeonatos hasta que el fin de semana del segundo domingo de abril llega la primera cita importante de la temporada: el Masters de Augusta, la primera prueba que ganó Woods (1997) y donde ha decidido retornar al circuito.

El ranking mundial está encabezado con grandísima diferencia por él, por lo que no corría riesgo de perder, a corto plazo, su posición de privilegio. Muchas de las empresas que le patrocinan o que se sirven de su imagen están en pausa, esperando a que se calmen los ánimos para seguir haciendo caja con el hombre que colocó el golf en sus cotas más altas de popularidad mundial. Tiger ha pasado en cuatro meses de villano a tener una vuelta deseada por los amantes de este deporte. Lo dicho, ha hecho muy bien las cosas para convertirlo todo en una mera anécdota de su carrera deportiva. Y si no, al tiempo.

Tiger Woods está haciendo las cosas bien públicamente desde que todos descubrieran que las estaba haciendo mal en su vida privada. Su parón voluntario a causa de los escándalos ha terminado por significar, en lo meramente deportivo, apenas un contratiempo en la preparación de la temporada 2010. De hecho, regresa para el primer ‘grande’ de la temporada, el Masters de Augusta.

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