Sergio García, el "irritante" golfista español

“Si te digo la verdad, no me gusta. No creo que sea un torneo justo, es demasiado confuso, hasta cuando el césped está seco, la bola tiene barro. Es como si fuese una adivinanza. Ellos (organizadores) pueden hacer lo que quieran, no es mi problema, yo sólo vengo aquí, juego y luego vuelvo a casa”. Así calificó Sergio García el Masters de Augusta, uno de los cuatro grandes de la temporada y sin duda uno de los torneos más prestigiosos y de mayor importancia en el circuito. Según la prensa británica -irritada por las declaraciones del golfista español sobre un torneo que es considerado sagrado en el mundo de este deporte- la causa que generó dichas declaraciones fue la “pobre actuación” del español en el torneo.

 

“Hay que destacar que su lamentable actuación en este último Masters de Augusta ha sido la mejor desde 2004”, sentencia el rotativo británico The Telegraph en su edición de ayer. Sergio García acabó en el puesto 38, a pesar de que después de un buen día en la segunda jornada se situara momentáneamente en la sexta posición. La prensa británica tiene razón en que Augusta National es un torneo que no se le da bien al español. En 2001, 2005, 2007 y 2008 no pasó el corte. Su mejor actuación se remonta a 2004, cuando terminó en la cuarta posición.

 

También es verdad que el tercer mejor golfista del mundo no puede dejarse vencer por su frustración, pero tampoco la prensa inglesa puede calificar de “mentiroso” e “irritante” a un deportista que un día tuvo un ‘calentón’ más propio de los campeones a los que no les gusta perder, que de un aprendiz que no conoce la victoria. Afirmar al finalizar el torneo que el Masters de Augusta es un torneo “injusto” porque acabó muy lejos del Top ten y pocos días después, tras darse una ducha de agua fría, salir y retractarse asegurando que hizo unas declaraciones “fuera de sí”, “frustrado” por su desempeño, pero matizando que Augusta National es “uno de los íconos del golf” y que para él es un “honor” estar ahí, no es propio de un campeón como Sergio.

 

La idiosincrasia del golf exige elegancia en todas sus formas, no admite desplantes de grandeza, ni insignificancia en su competición. Es un deporte de precisión máxima, de concentración suprema, de visión milimétrica. El Masters de Augusta, el Campeonato de la PGA, el British Open y el US Open, son intocables, son incuestionables, son la cúspide de la excelencia, quien los gana, queda enmarcado en los anales de la historia. Sergio reprimió las condiciones de uno de ellos, el que otorga 'La chaqueta verde', pero luego se retractó. La prensa inglesa debería concerderle como mínimo el beneficio de la duda.