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González y Larrazábal logran unos memorables 62 golpes para cercar al líder, Schwartzel
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GOLF - MADRID MASTERS

González y Larrazábal logran unos memorables 62 golpes para cercar al líder, Schwartzel

Al argentino Ricardo González se le nubló la vista para embocar el último 'putt' del torneo de 2003 en Madrid, en el Club de Campo, pero

Foto: González y Larrazábal logran unos memorables 62 golpes para cercar al líder, Schwartzel
González y Larrazábal logran unos memorables 62 golpes para cercar al líder, Schwartzel

Al argentino Ricardo González se le nubló la vista para embocar el último 'putt' del torneo de 2003 en Madrid, en el Club de Campo, pero lo metió y ganó el título, y así se lo dijo entonces al español Seve Ballesteros nada más terminar, éste postrado ahora en la cama de un hospital por una grave enfermedad. Aquél de 2003 también fue el último torneo de Ballesteros en España. Lo organizaba su empresa y él, como anfitrión, esperó a González ya campeón y lo acompañó hasta la sala de prensa para compartir micrófono y honores. González, un enorme 'pegador', hoy se acordó del maestro. "Quiero ganar para dedicarle el triunfo a Seve. Es mi ídolo. Espero que se recupere. Hemos practicado mucho juntos, en 2001 y 2002. He aprendido muchas cosas positivas a su lado", dijo.

El golfista de Rosario, de 39 años, no lleva una buena temporada (109 en la Orden de Mérito), pero en la tercera vuelta del Madrid Masters hizo un récord personal en los segundos nueve hoyos (8 abajo, con 6 'birdies' y un 'eagle'), que con un anterior acierto selló 62 golpes inmaculados, para colocarse a uno del surafricano Charles Schwartzel, quien prosigue como líder en el Club de Campo gracias al fisioterapeuta. "Estuve a punto de retirarme. Me alegro de no haberlo hecho, me fui el fisioterapeuta, me puso un parche y mañana saldré a por todas", comenta Schwartzel, campeón el año pasado en el Open de España disputado en el Centro Nacional de Madrid.

Pero si González subió como un meteoro en la tercera vuelta, con un campo apacible y disponible, el barcelonés Pablo Larrazábal hizo lo mismo. El español aprovechó una sensacional racha para firmar también 62 golpes (la mejor cartulina con la del argentino) y situarse tercero, a tres golpes de un Schwartzel que mostró algunos síntomas de debilidad, sobre todo desde el "tee".

El torneo huele a final de infarto. Además de las opciones de González y Larrazábal, otro español, el valenciano Carlos del Moral comparte la cuarta plaza con el australiano Tampion y el inglés Waring, a cuatro golpes del líder. "Tengo las mismas sensaciones que hace cinco años", dijo González, campeón entonces en el Club de Campo y que hoy encontró "una zanjita", dijo, para meter los 'putts'.

Arriesgó y se liberó

"Noté la misma soltura que aquél año, cuando gané en 2003", añadió el argentino, quien facilitó la clave de sus fantásticos últimos nueve hoyos. "La clave ha sido el 'drive' del hoyo 10 (400 yardas, 360 metros). Pensé: voy a arriesgar, y la dejé al lado del 'green' y me liberé", precisó. Larrazábal, que podría convertirse en el primer catalán en ganar un torneo del circuito europeo en el Club de Campo, también completó una vuelta memorable.

"La verdad es que me podía haber ido con una vuelta de 60 golpes o menos. He tenido cuatro o cinco corbatas. Las cosas salieron como quería", comentó el golfista de El Prat, que en sus inicios hizo de "caddie" a su hermano Pablo, en varios torneos incluidos dos 'majors'.

"Sabía que hacer cinco o seis menos iban a ser muy buenos, pero para estar en la pelea de mañana había que llegar a las dos cifras. Sabía que tenía que seguir atacando y al final entraron un par de putt", declaró. "Empecé más relajado que los días anteriores. El viernes salí al 'tee' del uno con muchas ganas, demasiadas, No salieron las cosas y te precipitas. Buscas la chispa que te cambie la vuelta pero no llegó. Eso llegó hoy", comentó.

Al argentino Ricardo González se le nubló la vista para embocar el último 'putt' del torneo de 2003 en Madrid, en el Club de Campo, pero lo metió y ganó el título, y así se lo dijo entonces al español Seve Ballesteros nada más terminar, éste postrado ahora en la cama de un hospital por una grave enfermedad. Aquél de 2003 también fue el último torneo de Ballesteros en España. Lo organizaba su empresa y él, como anfitrión, esperó a González ya campeón y lo acompañó hasta la sala de prensa para compartir micrófono y honores. González, un enorme 'pegador', hoy se acordó del maestro. "Quiero ganar para dedicarle el triunfo a Seve. Es mi ídolo. Espero que se recupere. Hemos practicado mucho juntos, en 2001 y 2002. He aprendido muchas cosas positivas a su lado", dijo.

El golfista de Rosario, de 39 años, no lleva una buena temporada (109 en la Orden de Mérito), pero en la tercera vuelta del Madrid Masters hizo un récord personal en los segundos nueve hoyos (8 abajo, con 6 'birdies' y un 'eagle'), que con un anterior acierto selló 62 golpes inmaculados, para colocarse a uno del surafricano Charles Schwartzel, quien prosigue como líder en el Club de Campo gracias al fisioterapeuta. "Estuve a punto de retirarme. Me alegro de no haberlo hecho, me fui el fisioterapeuta, me puso un parche y mañana saldré a por todas", comenta Schwartzel, campeón el año pasado en el Open de España disputado en el Centro Nacional de Madrid.

Pero si González subió como un meteoro en la tercera vuelta, con un campo apacible y disponible, el barcelonés Pablo Larrazábal hizo lo mismo. El español aprovechó una sensacional racha para firmar también 62 golpes (la mejor cartulina con la del argentino) y situarse tercero, a tres golpes de un Schwartzel que mostró algunos síntomas de debilidad, sobre todo desde el "tee".

El torneo huele a final de infarto. Además de las opciones de González y Larrazábal, otro español, el valenciano Carlos del Moral comparte la cuarta plaza con el australiano Tampion y el inglés Waring, a cuatro golpes del líder. "Tengo las mismas sensaciones que hace cinco años", dijo González, campeón entonces en el Club de Campo y que hoy encontró "una zanjita", dijo, para meter los 'putts'.