El futuro del Real Murcia está "en Segunda" ante un parón que "nos beneficia a nosotros"

No hay decisión del TAD que inquiete el mar de tranquilidad en el que se transformó el murcianismo cuando el juez Andrés Sánchez Magro les dijo que eran de Segunda. Es una decisión de la justicia ordinaria y consideran que, a partir de ahí, tienen la partida ganada a la LFP y sólo queda ver su escudo en la web de la Liga para completar su permanencia en la categoría de plata, el deseo de una afición casi centenaria. Lo transmite la propia gente, el común seguidor pimentonero de toda la vida, y lo mismo transpira en los poros de los jugadores, de los que realmente se estaban jugando el pellejo con todo este asunto. Así nos lo hace saber José Manuel Aira, entrenador del Real Murcia, a El Confidencial.

“No me he asustado por el futuro estos días. Lo único que nos preocupaba tanto al cuerpo técnico como a mí era solucionar los problemas que teníamos, y nuestra mayor inquietud era tener a los jugadores con la mente en los entrenamientos e intentar que esos entrenamientos no perdieran intensidad. En definitiva, intentar que todo lo que está pasando nos generase el menor problema posible”, dice Aira, cuya voz emite vibraciones del que lo ha pasado mal y que después de sufrir, se ha quitado un tremendo peso de encima. Está aliviado el ponferradino como lo está el mundo grana y la plantilla. “Yo creo que la decisión adoptada por el juez nos ha dado ánimos y el partido del miércoles en Alcoy transcurrió como esperábamos”.

La resolución de la LFP de postergar el inicio de Liga hasta que no solucione la inscripción o no del Real Murcia y la composición de la Segunda División no parece perjudicar al club grana, al contrario, “Nos da la posibilidad de tener al menos una semana más de pretemporada y con opción de jugar algún partido más que, en este sentido, vamos un poco justos. A los que menos daño hace ese parón es a nosotros, pero comprendo también la intranquilidad y las quejas de los demás equipos”. Aunque para inquietud, la del propio Murcia, que por unos días estaba en Segunda B y curiosamente “en la segunda jornada coincidía que nos tocaba visitar al Racing de Ferrol. Estaría encantado de volver a Ferrol, pero ojalá que sea en Segunda División”.

Nadie discute (o al menos muy pocos) que el Real Murcia tiene problemas económicos que no ha sabido asumir durante los últimos años, y que es algo en lo que tiene que trabajar y mucho para no volver a plantarse con una situación similar en el futuro, pero “la LFP tiene que replantearse muchas cosas, entre ellas las fechas en las que toma las decisiones, porque perjudican a los clubes. Creo que los descensos, ascensos o demás sanciones se tienen que tomar a final de junio o principio de julio, no ahora. No se puede ascender o descender a un equipo el 15 de agosto. Eso entra en la cabeza de cualquiera, menos en España”.

Y claro, para un recién llegado a Murcia desde Ferrol, el cataclismo con el que se encontró unos días después fue un fuerte impacto. “Tanto mi equipo como los jugadores llegamos a Murcia y el presidente nos comenta que todo el asunto con Hacienda está solucionado, que no iba a haber problemas, y venimos con toda la tranquilidad del mundo. Luego pasó lo que pasó y ahora volvemos a tener esa seguridad. Jesús Samper nos transmitió su esperanza en el recurso y por lo menos nos ha salido favorable”, reconoce José Manuel Aira, que se llevó a la Capital del Segura a buena parte de su equipo técnico.

“Nunca me he arrepentido de venir a Murcia porque sería un poco cobarde por mi parte. Creo que los problemas hay que afrontarlos y buscarle soluciones y no generar más problemas a un problema tan serio como el que teníamos. Era el momento de sumar y así actué”. Aira no se escondió en ningún instante. Fue uno de los cuatro representantes del club que cogió el autobús desde Murcia para plantarse en Madrid el día 7 de agosto en la sede de la LFP y presionar para que la decisión fuera favorable. No pudo ser, pero el murcianismo se quedó con esa imagen grabada a fuego en la memoria. Alguien que no tendría por qué identificarse con un club de esta forma, lo hizo y se ganó el respeto de la grada, así como José Luis Acciari, Miguel Albiol y Dani Toribio, los otros tres murcianistas que estuvieron en la capital.

Pero claro, en una situación tan dramática como la vivida en Murcia y con la posibilidad real de quedarse sin trabajo a falta de poco tiempo para el cierre del mercado, es normal que varios jugadores tuvieran algo cerrado con otros equipos por si acaso, y así se entendió en el Real Murcia. En este tiempo, se han dado los casos de Charlie Dean y Juanto Ortuño. El primero “no llegó a firmar su contrato de cesión. Estaba encantado de venir a Murcia y en esos días en los que se mandan los contratos de un club a otro saltó la noticia del descenso. Yo entiendo tanto a su club de origen como al jugador que opten por irse a otro club. Es una decisión comprensible”. En cambio, Juanto “en ningún momento quiso salir del Murcia y esperó a la decisión del juez arriesgándose a quedarse sin equipo”.

El capítulo del descenso o permanencia del Real Murcia no se ha cerrado y tiene visos de que le queda un tiempo abierto. Pero José Manuel Aira sólo piensa ya en competir con un equipo que partirá como uno de los favoritos, puesto que acabó cuarto el curso pasado. “Decir el objetivo es adivinar el futuro y a mí eso no me gusta. Lo más realista es plantearse las cosas cada siete días y ver dónde nos va poniendo la clasificación. Vamos a ser competitivos y muy difícil para cualquier rival. Vamos a dar guerra cada semana”, eso promete el técnico grana, que reconoce que “todo este problema a nivel mental va a ser un refuerzo importante. Nos va a unir y a nivel social se va a notar. La afición va a estar a nuestro lado y le hemos demostrado que los que más quieren que el equipo esté en Segunda División somos nosotros para intentar cada quince días ofrecerles cosas por las que vengan al campo”.