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La plantilla del Real Murcia se planta: sólo cuatro del primer equipo sobre el campo
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momentos de tensión con la afición

La plantilla del Real Murcia se planta: sólo cuatro del primer equipo sobre el campo

La plantilla grana estaba citada en el estadio Miguel Induráin de Ceutí, pero sólo cuatro jugadores del primer equipo se vistieron. Hubo tensión con la grada

Foto: José Luis Acciari, uno de los cuatro jugadores de la primera plantilla que jugó (FOTO: Realmurcia.es)
José Luis Acciari, uno de los cuatro jugadores de la primera plantilla que jugó (FOTO: Realmurcia.es)

Cuando un club de fútbol se encuentra muy cerca del descenso, el ambiente que se vive dentro de su vestuario no es en absoluto cordial, sino todo lo contrario. Y la situación es infinitamente más tensa y agobiante cuando se trata de un descenso administrativo, como pasa con el Real Murcia. Cuatro días quedan para que se ratifique que jugará en Segunda B la próxima temporada, y mientras la directiva, el ayuntamiento y el Centro Superior de Deportes trabajan para evitar el lamentable destino, el fútbol debe continuar.

La plantilla grana estaba citada ayer en el estadio Miguel Induráin de Ceutí para un amistoso del Real Murcia contra el Hércules. Un choque con mucha tradición y rivalidad histórica, pero que poco importaba en realidad. De hecho, ni siquiera a los jugadores. Y es que tan sólo cuatro jugadores del primer equipo decidieron vestirse de grana y blanco para saltar al césped y representar a su equipo. Acciari, Albiol, Pumar y Rubén Sánchez. Los dos capitanes y dos recién llegados. El resto se quedó vestidos de calle sentados lejos del banquillo de los suplentes, lleno de jugadores del Imperial, filial pimentonero.

Pasar de estar a dos partidos de ascender a Primera División a verse obligado a bajar a Segunda B es tremendamente duro. Ninguno de los jugadores del Murcia, como otros de la Liga Adelante, cobra las millonadas que se pagan en Primera, y casi todos tienen que pagar una hipoteca y mantener a una familia. Entrados ya en el segundo mes de mercado, muchos están a punto de verse sin equipo: unos porque no quieren seguir en la división de bronce, otros porque el Murcia no se puede permitir mantenerlos en una categoría inferior.

Pero a la afición le cuesta entenderlo, como es lógico. Minutos antes de comenzar el partido, los peñistas granas saltaron al campo con la pancarta que ya mostraron en la manifestación del pasado día 31 de julio en Murcia, donde se podía leer “En Hacienda jugamos todos y solo pagamos nosotros”. Hasta ahí, podía entenderse la situación. Hay mucha inquietud en la capital del Segura. Pero la tensión creció cuando mediada la primera parte, un grupo de radicales invadieron el terreno de juego con bengalas y una pancarta contra Jesús Samper y Javier Tebas.

Las medidas de seguridad del pequeño recinto deportivo ceutiense no dieron abasto para detener a este grupo de personas enfervorecido. Al cabo de unos minutos, se retiraron por su propia voluntad para dejar que se llegase al descanso. En ese intermedio, varios peñistas se acercaron a los jugadores que no se habían vestido para preguntarle los motivos de su decisión. Algunos de ellos trataron de explicarlo y, sobre todo, Daniel Toribio. “No sabéis los momentos que estamos pasando. No estamos anímicamente para jugar”, dijo el centrocampista pimentonero. Hubo varios conatos de altercados entre los jugadores y los aficionados, y fueron otros futbolistas, como Tete, Hugo Álvarez y el propio Toribio los que calmaron la situación.

Durante ese tiempo de descanso también sirvió para hablar de otros asuntos, como del supuesto interés de Casto, portero grana, de marcharse con la carta de libertad al Real Zaragoza. Fueron varios los que insultaron e increparon al arquero extremeño, y éste respondió con una peineta. Fue quizás, la acción más desagradable de uno de los partidos más tristes de la casi centenaria historia murcianista.

Jesús Samper, hizo pública una carta donde rompía su silencio. Un silencio que, por otra parte, duraba ya cuatro días. En ella asegura que el club sigue tomando medidas para evitar el descenso. "Confiamos en que la Comisión Delegada tenga en consideración nuestros argumentos que en nada contradicen los cambios y ajustes que se están produciendo en el control económico del fútbol profesional, con los que siempre hemos estado de acuerdo, pero en el marco de un plazo suficiente para poder llevarlo a término sin que ello suponga un daño irreparable a cualquier Club o SAD asociado, por razones externas al propio control, como ha resultado el cambio de criterio de la Agencia Tributaria".

Cuando un club de fútbol se encuentra muy cerca del descenso, el ambiente que se vive dentro de su vestuario no es en absoluto cordial, sino todo lo contrario. Y la situación es infinitamente más tensa y agobiante cuando se trata de un descenso administrativo, como pasa con el Real Murcia. Cuatro días quedan para que se ratifique que jugará en Segunda B la próxima temporada, y mientras la directiva, el ayuntamiento y el Centro Superior de Deportes trabajan para evitar el lamentable destino, el fútbol debe continuar.

Jesús Samper
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