Conquistó a Messi con el mate y las cartas y quiere hacerlo campeón: De Paul, fijo para Scaloni

Su rendimiento en su club, el Atlético de Madrid, estaba siendo paupérrimo. Rodrigo de Paul llegó al Mundial más cuestionado que nunca. Las críticas, además, aumentaron después de sus primeros partidos en la Copa del Mundo. Su nivel no había cambiado y en Argentina no se explicaban cómo era todavía titular después de su nulo protagonismo en la fase de grupos. A Lionel Scaloni, en cambio, el tiempo le dio la razón.

De Paul es una de las banderas de esta selección argentina, y uno de los jugadores que mejor relación tiene con Leo Messi. Allá por 2018, cuando Scaloni fue nombrado seleccionador, se produjo una importante renovación: Otamendi, Di María y Agüero fueron los únicos que quedaron de los amigos de Messi (así llamaba parte de la prensa argentina a ese grupo en tono peyorativo).

El centrocampista colchonero llegó a Europa muy joven para jugar en el Valencia. Allí, fruto de su juventud, no se adaptó y no fue lo protagonista que esperaba. Regresó a Argentina para militar de nuevo en Racing antes de emigrar a Italia y ponerse la camiseta del Udinese. Más allá de su país, poco se sabía de aquel chaval que pasó por Mestalla.

La naturalidad con Messi

La nueva camada establecida por Scaloni lo colocó otra vez en el mapa. Además, rápidamente entabló amistad con Messi y ganó peso en el equipo y, por ende, mucha jerarquía en el vestuario. Leo había renunciado a la selección tras el complicado final del ciclo de Jorge Sampaoli. Que regresara a la albiceleste era la tarea más complicada del nuevo seleccionador.

Scaloni lo convenció y Messi volvió en marzo de 2019, casi un año después de aquel infame partido ante Francia (4-3) de octavos en Rusia. De Paul estaba entre los convocados; de compañero de habitación con Leandro Paredes, como ahora. Leo no había coincidido apenas con estos jugadores, pero eso no le importó a Rodrigo.

Una baraja de cartas y un mate fueron suficientes. Messi estaba en su habitación cuando le golpearon la puerta: "Leo, ¿tomamos unos mates y jugamos al truco?". "Dale", respondió el capitán. Los mimos de De Paul fueron fundamentales para establecer una química inmejorable, como se ha demostrado durante el Mundial, entre Messi y la nueva generación de gente joven.

De menos a más en el Mundial

El nivel de De Paul empezó muy bajo, especialmente en la fase de grupos. Argentina pendía de un hilo tras la derrota del primer día ante Arabia Saudí (1-2) y el nerviosismo se notaba. Eso sí, actitud nunca le faltó a Rodrigo, que siempre lo ha dejado todo en el campo. Scaloni no tuvo dudas: no saldría del once titular.

Los octavos fueron su primer buen partido; en cuartos y en semifinales también se lució. Fue titular ambos días, a pesar de que se especuló con una posible suplencia por problemas musculares. "Me tiene que pasar algo muy gordo para que yo no juegue por esta camiseta", sentenció De Paul.

Messi no tiene al lado a Agüero, aunque parece que este dormirá en la concentración antes de la final. Sin embargo, ha encontrado en Emiliano Martínez y en De Paul a dos escuderos perfectos; dos gladiadores que siempre dan la cara por el capitán. En el streaming con el Kun, se vio la complicidad entre el centrocampista y el capitán.

El Mundial ha servido a De Paul para recuperar sensaciones y mostrar su mejor versión. Eso, sin embargo, no es lo que le importa a Rodrigo, que quiere la tercera estrella para su equipo. Y hacer a su amigo Leo campeón del mundo. Por eso lucha todos los partidos. Francia debe tener cuidado, porque está en ebullición.