Insultos, empujones y mucha tensión: del "eres bobo" de Messi a la 'libreta' de Van Gaal

Este viernes se vivieron dos de los mejores partidos del Mundial de Qatar. Fueron los dos primeros choques de cuartos de final de mucha tensión y emoción, pero que se desarrollaron de manera muy diferente. Si el Croacia-Brasil fue vibrante, con una lucha denodada por ganar y mucha camaradería al término del choque, el Países Bajos-Argentina fue todo lo contrario: malos modos, gestos fuera de lugar e, incluso, insultos en un partido excesivamente violento que ha hecho que la FIFA abra un procedimiento disciplinario a ambas selecciones por su comportamiento durante y tras el choque... y que podría deparar sanciones para los argentinos.

La albiceleste se las prometía muy felices, después de que Nahuel Molina y Leo Messi pusieran a su selección en clara ventaja en el marcador. Pero el combinado entrenado por Louis van Gaal no solo no se rindió, sino que forzó la prórroga gracias a un doblete de Wout Weghorst... con un segundo gol antológico, que pasará a la historia. Cuando solo quedaban segundos, una falta en la frontal acabó en una jugada ensayada increíble que supuso el empate en el último suspiro.

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Pero empecemos por el principio. Durante más de 70 minutos, el partido fue un monólogo de Argentina, con Países Bajos tratando de encontrar sus oportunidades, aunque sin éxito. Fue entonces cuando, con todo perdido, los neerlandeses se lanzaron al ataque, colgando balones al área y en busca de la heroica. Y la estrategia no les salió mal, pues un cabezazo de Weghorst permitió a su equipo llegar vivo a los últimos minutos del choque... donde se produjo el milagro.

Faltaban escasos segundos para el término del partido, cuando una absurda falta en la frontal del área se convirtió en la última oportunidad para Países Bajos de empatar. Teun Koopmeiners cogió aire, talonó y amagó con tirar por encima de la barrera para, inventándose un pase filtrado al área, engañar a todo el mundo y dar una impresionante asistencia al propio Weghorst, que no perdonó. Empataban tirando de la libreta de Louis van Gaal, en un partido bronco que terminó por explotar.

Y es que tras el primer tanto neerlandés, los ánimos se empezaron a caldear, y terminaron por estallar con el empate. Durante la prórroga se pudieron ver entradas duras, golpes, tanganas, pelotazos contra el banquillo, malas palabras, recriminaciones y continuas faltas de respeto que Mateu Lahoz, completamente superado, fue incapaz de frenar. Pero lo peor estaba por llegar y la tanda de penaltis sacó lo peor de cada una de las selecciones.

Argentinos insultando a los neerlandeses; los jugadores de Países Bajos, amedrentando a los lanzadores rivales y faltándoles al respeto; los banquillos, cruzando reproches y malas formas. Llegó el momento del lanzamiento final, de Lautaro Martínez, y su compañero en el Inter, Denzel Dumfries, no dudó en irse a por él para presionarle, lo que provocó la reacción de la albiceleste. Tras su gol, todo el combinado sudamericano celebró en la cara de los neerlandeses.

Todos, menos uno: Leo Messi. El capitán argentino no dudó en irse a por el banquillo de Países Bajos para recriminar la actitud de sus jugadores, echándole en cara a otro dos exazulgranas como el propio Van Gaal y Edgar Davids la manera de provocar de sus pupilos. Pero no sería el único calentón de la 'Pulga': primero, no dudó en asegurar que Mateu no había "estado a la altura del partido". A continuación, explotó ante las cámaras como pocas veces se había visto antes.

Entrevistado por los medios argentinos, de repente, Messi dejó de responder a las preguntas para, a alguien fuera de plano, espetarle un "¿qué miras, bobo?" en repetidas ocasiones. Según confirmaron fuentes cercanas, era el propio Weghorst, que esperaba el término de la entrevista para pedirle la camiseta a Messi, pero el argentino no estaba para bromas. Un partido bronco y tenso que acabó de manera dramática y con los nervios a flor de piel por los 22 protagonistas.