Hay vida después de Luis Enrique: la radical con Marcelino y la moderada con De la Fuente

El futuro de Luis Enrique y el modelo de juego de la Selección estaban a debate en la Real Federación Española de Fútbol. Había dos vías abiertas en las conversaciones para la elección de un sustituto. La moderada pasaba por darle la oportunidad a Luis de la Fuente. Es un hombre de la casa, entrenador de la Sub 21, una línea continuista al trabajo que se está haciendo con los jóvenes talentos y un relevo menos traumático, el que finalmente se ha elegido. La decisión para un cambio radical, que afectaba a la filosofía futbolística de la Selección y otras gestiones, estaba en la contratación de Marcelino García Toral.

El planteamiento en la Federación es si España necesitaba un nuevo impulso en el banquillo, con otro perfil de entrenador y diferentes registros para competir. Estos eran los asuntos principales que tiene que resolver Luis Rubiales tras el fracaso en el Mundial de Qatar. Es lo que tenía en vilo a los aficionados y, por supuesto, al presidente de la Federación y al director deportivo, Francisco José Molina. Los pasos que da Rubiales estaban muy medidos. No compareció para dar explicaciones tras la derrota contra Marruecos. No hizo declaraciones, evita que se pueda interpretar cualquier palabra o gesto y delega la portavocía en Molina.

La postura en la Federación es que no se pueden tomar decisiones en caliente y se remiten a una reunión de tres. Rubiales, Molina y Luis Enrique tienen que analizar qué ha sucedido, los pros y los contras de seguir juntos y qué es lo mejor para las dos partes tras cuatro años con un paréntesis. El trabajo de Luis Enrique está cuestionado por no haber cumplido con las expectativas en el Mundial.

Volver a ser competitivos

En la Federación, también ponen en duda que con un único modelo de juego dé para ser competitivos. En la cita más importante de selecciones, se ha demostrado que la eficacia no está solo en tener el control de los partidos con una mayor posesión del balón. Hacen falta muchas más cosas. Sin echar por tierra el trabajo de Luis Enrique, al seleccionador le faltó otro plan para superar las dificultades que le plantearon Japón y Marruecos. Las dos derrotas contra rivales inferiores son una decepción. El silencio del presidente es un síntoma de una ruptura en el crédito que tiene Luis Enrique.

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Lo importante pasa por resolver si Marcelino es el entrenador oportuno para hacerse cargo de la Selección. El cambio sería radical. Su visión y la estrategia para construir un equipo competitivo no tienen nada que ver con lo que propone Luis Enrique. Los equipos de Marcelino se caracterizan por ser consistentes. La estructura de un bloque compacto garantiza más solidez que la fragilidad defensiva que se ha visto con Luis Enrique. "Nosotros defendemos con la pelota y al gol llegamos a través de la posesión", es uno de los dogmas del técnico asturiano. Los equipos de Marcelino son rocosos y se mueven bien en las transiciones.

"La mayoría de los entrenadores españoles tendría la Selección nacional como su mayor ambición. Espero que pueda suceder algún día", comentó Marcelino a principios del mes de octubre en la prensa inglesa. Es su prioridad. Marcelino no se ha comprometido con ningún equipo. Ofertas no le han faltado. En España, podría haber regresado al Villarreal tras la salida de Unai Emery. Tenía posibilidades de irse a otros equipos en el extranjero. Está a la espera de la reunión de Rubiales con Luis Enrique.

La experiencia de Marcelino

Marcelino García Toral tiene una larga experiencia en la alta competición tras pasar por los banquillos de clubes como el Sevilla, Villarreal, Valencia y Athletic. En todos sus equipos, ha sacado rendimiento al funcionamiento colectivo y un modelo de juego con el que ha ganado títulos. La Copa del Rey con el Valencia al Barcelona de Ernesto Valverde es una demostración de cómo prepara los partidos clave, desde el rigor táctico y la estrategia, para minimizar al rival. Sus equipos tienen robustez defensiva y oficio.

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Del partido contra Marruecos se saca la conclusión que la idea de fútbol de Luis Enrique tiene problemas con rivales que son ordenados y ocupan los espacios. A España le faltó vértigo y profundidad y le sobró posesión. Con Luis Enrique no hay nada que hablar en este aspecto. Si sigue, insistirá en una propuesta de juego que ha fracasado en el Mundial. Si la Federación se decanta por un cambio de modelo de juego, el elegido es Marcelino.

La eliminación de España del Mundial de Qatar en octavos cambia el paso a Luis Rubiales. El presidente de la Federación Española de Fútbol era partidario de convencer a Luis Enrique de seguir en el cargo de seleccionador si España hacía un papel digno en la competición. No es el caso. España ha fracasado en lo deportivo y el comportamiento que ha tenido el técnico asturiano tampoco ha servido para poner paz. Luis Enrique ha preferido comunicarse como streamer y ha dejado de lado a la prensa. Rubiales, que en Qatar invitó a comer a los medios de comunicación tras la derrota contra Japón, ya no está para hacer de apagafuegos de Luis Enrique.