El drama de Uruguay: el gol de Corea del Sur en el descuento los deja fuera del Mundial

Dicen que el cielo están reservados para los santos y no para los pecadores; para aquellos que hacen el bien y no para los que obran mal. El debate sería entonces qué es lo bueno y qué es lo malo. Ghana había completado una aceptable fase de grupos hasta la tercera jornada, mientras que Uruguay había realizado un paupérrimo papel. Los charrúas habían sido buenos jugadores de póker porque habían actuado de farol. En el todo o nada, hicieron un all in que casi los lleva a los octavos de final del Mundial de Qatar tras ganar a los africanos (0-2).

Uruguay no había descubierto sus cartas antes de la tercera jornada. En esta mezcla entre veteranos y noveles, los charrúas tenían aún mucho que enseñar. Nunca son fáciles los relevos generacionales, siempre empañados los mayores en blindar su espacio cuando se ven eclipsados por los jóvenes. En estos casos, es mejor poner la experiencia a disposición de los imberbes. Eso es lo que define a los generosos, y lo que caracteriza a los fuera de serie.

Los fantasmas del pasado aún estaban presentes. La Federación Ghanesa se había empeñado en recordar aquel encuentro de cuartos de 2010. Al igual que en Sudáfrica, el partido era de vida o muerte. El protagonista de aquel día, Luis Suárez, estaba presente. Era lo más parecido a Un monstruo viene a verme.

El recuerdo de Ayew

El déjà vu lo vivió Ayew, que estuvo presente en Sudáfrica. Como aquel día, los ghaneses encomendaron su destino a la pena máxima. Y la moneda salió cruz de nuevo. Aquella vez fue el larguero el que evitó la gloria africana. En esta ocasión, fue Rochet el que se disfrazó de demonio, como en 2010 lo hizo Luis Suárez. Ahí se quebró la posible venganza de Ghana.

Luis Suárez fue determinante en 2010 en su portería, con aquella mano. En esta ocasión, sin su socio Diego Forlán, se encomendó a De Arrascaeta para aniquilar a los africanos. No tiene el fuelle de entonces, pero la calidad permanece intacta. Un delantero letal en el área como demostró en los goles charrúas. En el primero, dejó en el suelo al defensa. Aunque el balón no acabó dentro, De Arrascaeta remató en boca de gol. Luego asistió de nuevo al mismo compañero para el segundo tanto. La edad es un número, porque Lucho aún es decisivo.

El gol que lo cambió todo

La clasificación estaba en el alambre, porque un gol coreano dejaba fuera a Uruguay. Todo transcurría con normalidad, con un oído en lo que pasaba en el otro encuentro. Con minutos de adelanto, y con el partido relajado, los coreanos se adelantaron en el descuento. La épica llegó en el grupo. También el sufrimiento, porque Luis Suárez, cuando se enteró del gol de Corea del Sur, casi llegó a las lágrimas. Ahora serán los asiáticos los que se enfrenten a los brasileños.

La gesta de Uruguay ante Ghana no sirvió para nada, porque el gol coreano voló todo por los aires. Los charrúas, que apostaron todo a la última jornada, se quedan fuera del Mundial en la última jornada. Es lo que tiene jugar al todo o nada. O sale bien o sale mal. La definición háganla ustedes.