El disco de música de Júnior para celebrar la victoria de Brasil en el 82 que nunca vio la luz
Una discográfica lo preparó a modo de celebración por la hipotética victoria en el Mundial de España. Allí, los brasileños fueron eliminados por Italia en una segunda fase de grupos
Ser el campeón moral es el premio de consolación para aquellas selecciones que a posteriori no ganan el título. Hay victorias que se dan por anticipadas, impregnadas de un favoritismo que luego no se refleja en el campo. A Brasil le pasó en España 82, un Mundial del que salieron sin dos cosas: el jogo bonito y el disco conmemorativo de Júnior que prepararon para la victoria en el torneo. Spoiler: el campeón fue Italia, gracias a la fantástica actuación de Paolo Rossi.
Zico, Toninho Cerezo, Sócrates… son algunos nombres de aquella icónica selección que deleitó a los españoles con su juego. Se alojaron en El Parador de Carmona, un lugar en el que fueron bien recibidos. Y del que aún no se han olvidado, según ha podido saber El Confidencial.
Había plena confianza en esa selección de Telé Santana. Y nadie en Brasil puso en duda la victoria antes del torneo. Parece que no les enseñaron filosofía. Júnior, uno de los integrantes del equipo, grabó un disco conmemorativo del hipotético triunfo. De hecho, se hicieron unas copias para promocionarlo. Y una de ellas acabó en las manos del periodista sevillano José Antonio Sánchez Araújo, El Maestro.
Un regalo que es una reliquia
Era el año 1982. Desde 1979, Araújo era el responsable de narrar en la cadena Ser los partidos que Betis y Sevilla jugaban como visitantes. En principio, iba a integrar el equipo que José María García había diseñado para el Mundial. Pero El Butanito acabó fuera de la emisora de Prisa y El Maestro, finalmente, no trabajó como periodista en la Copa del Mundo. Fue el responsable de asistir a los medios en la concentración brasileña, donde tuvo un contacto fluido con la plantilla carioca y con los periodistas de O Globo.
Araújo descuelga el teléfono y atiende la llamada de El Confidencial. "Ese disco estaba preparado para cuando ganaran el Mundial y regresaran a Río de Janeiro. Estaba grabado por Júnior, pero ni siquiera salió a la venta porque los eliminó Italia. Solo había ocho o diez copias. Y él me regaló una en la concentración".
"Tenían un equipazo, salvo por el portero y el delantero centro, que era lo que les fallaba", continúa El Maestro. "Estaban siempre alegres y daba gusto llegar a aquella concentración, que era una fiesta permanente". La esperanza en aquel equipo era tal que hubo 40 enviados especiales de O Globo Televisión. Al margen estaban los de O Globo Radio.
El recuerdo de Zico
A Sevilla le encantaron los brasileños y aquella selección se enamoró de la ciudad. Una simbiosis perfecta que solo duró la primera fase, porque para la segunda se desplazaron a Barcelona. Allí integraron un grupo de tres equipos, junto a Argentina e Italia, en el que solo se clasificaba el primero. A pesar de los arduos rivales con los que fueron emplazados, la canarinha estaba confiada en llegar a las semifinales.
"Ellos no se querían ir de Sevilla, querían jugar aquí la segunda fase. Les dolió tener que moverse a Barcelona". Allí jugaron la segunda fase en la que tuvieron el pase a semifinales ante Italia. "Tendrían que haber sido más pacientes cuando marcaron el 2-2 frente a los italianos, porque hubieran llegado a las semifinales".
Las anécdotas brotan como agua de mayo en la lúcida memoria del Maestro, al que algunos brasileños aún no han olvidado. "En la final de la Europa League que el Sevilla jugó en Turín (le ganó al Benfica en penaltis), me crucé con Zico de nuevo. Él estaba haciendo tiempo para entrar en la televisión brasileña y me acerqué a él. Le recordé la concentración y los Carranza que jugó con el Flamengo. Entonces se acordó y me saludó muy cordialmente". Lo que perdura en el recuerdo de Araújo es ese disco, un regalo que en la actualidad es casi una reliquia. Y que muchos brasileños hubieran preferido que saliera a la venta.
Ser el campeón moral es el premio de consolación para aquellas selecciones que a posteriori no ganan el título. Hay victorias que se dan por anticipadas, impregnadas de un favoritismo que luego no se refleja en el campo. A Brasil le pasó en España 82, un Mundial del que salieron sin dos cosas: el jogo bonito y el disco conmemorativo de Júnior que prepararon para la victoria en el torneo. Spoiler: el campeón fue Italia, gracias a la fantástica actuación de Paolo Rossi.
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