El mundialista a seguir | La perla belga del AC Milan que quiere ser la versión buena de Hazard

Históricamente, el fútbol belga ha destacado por sacar grandes talentos de la nada. Salvo honrosas excepciones, los equipos de la liga local nunca han destacado a nivel europeo, pero no es menos cierto que sus canteras se han encargado de alimentar a buena parte de los 'grandes' desde hace varias décadas, especialmente en los últimos años. Jugadores como Courtois, De Bruyne, Hazard o Witsel forman parte de conjuntos punteros que luchan por todo cada la temporada. Y, ahora, la prolífica cantera belga tiene un nuevo talento en ciernes, que quiere convertirse en una de las grandes estrellas del Mundial de Qatar.

Cada vez es más habitual que los equipos punteros se fijen en el talento joven, especialmente aquel que forma parte de equipos menores y que puede ser más asequible para sus bolsillos. Por esta razón, cuando un joven empieza a dar sus primeros pasos en Europa y llama a la atención de buena parte de los expertos, los 'grandes' no dudan en poner todos los esfuerzos en tratar de contratarlos. Y el último gran talento europeo ha demostrado que tiene mucho fútbol es sus piernas. Tanto, que el AC MIlan se lanzó esta temporada a por su fichaje en busca de un jugador que quiere ser la versión mejorada de Eden Hazard.

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Rubén Rodríguez

Charles de Ketelaere es uno de esos jugadores que no deja a nadie indiferente. Solo necesita recibir un balón, hacer un control orientado y filtrar un pase para dejar claro la calidad que derrocha por los cuatro costados. La temporada pasada fue la de su explosión, convirtiéndose en el gran líder del Brujas, con 45 asistencias y 18 goles en el curso, dos de ellos en la Champions. Su enorme crecimiento deportivo le convirtió en una referencia en su club pero, además, su gran polivalencia le hace ser el jugador total en ataque, pues puede jugar en cualquiera de los dos costados, como enganche ofensivo o, incluso, como segundo punta.

Paolo Maldini, director deportivo del conjunto 'rossonero', quedó impresionado con el joven talento en el partido de la Liga de las Naciones que enfrentó a Italia con Bélgica. De Ketelaere firmó un partido casi perfecto, tirando de desparpajo, inteligencia y buenos movimientos sobre césped que le hacían parecer un veterano a pesar de llevar solo un par de partidos con su selección. Y, para rematar la buena faena, demostró que no le tiembla el pulso de cara a gol, batiendo con gran clase a Donnarumma entre las piernas para hacer el gol de su equipo. Empieza a contar con minutos en Bélgica y quiere ser el heredero natural de Hazard.

No solo es un jugador que es capaz de manejar bien las dos piernas, tener visión de juego e, incluso, interpretar los partidos para entender qué necesita en cada momento, sino que con su 1,92 metros de altura y sus 80 kilos de peso, CDK -como le gusta que le llamen- es un jugador muy difícil de parar en carrera, pues cuenta con gran potencia y su zancada en velocidad recuerda a aquella de Kaká en los primeros años del nuevo siglo con el propio AC Milan, cuando era capaz de sortear líneas con el balón controlado con una plasticidad y rapidez pocas veces vista antes en el fútbol.

Sin embargo, el fútbol no fue siempre la primera opción para De Ketelaere, pues desde muy joven el tenis se convirtió en una de sus grandes pasiones, con un ídolo claro: Roger Federer. De hecho, Charles de Ketelaere jugó al tenis durante muchos años, compaginándolo con el balón, pero cuando llegó el momento de tomar la decisión sobre qué deporte elegir, tuvo claro qué iba a decantarse por el esférico. ¿El motivo? Su carácter. Y es que ha reconocido en varias ocasiones que no sabe gestionar bien sus propios errores y que, cuando los cometía jugando al tenis, explotaba contra sí mismo y era incapaz de controlar su ira.

Fue el hecho principal que le hizo decantarse por el balón. Quién sabe si se perdió un tenista de primer nivel, pero lo cierto es que se ha ganado un futbolista que apunta a ser una de las grandes estrellas del fútbol mundial en cuestión de años. Maldini lo sabe y, por eso, ha decidido ficharlo para el AC Milan. Con solo 21 años, el conjunto italiano ha pagado 40 millones por su traspaso. A pesar de aún no haber marcado con el conjunto 'rossonero', el belga quiere demostrar en el Mundial que puede ser un jugador de primerísimo nivel. Todo el mundo estará pendiente del televisor y CDK solo tiene que hacer lo que mejor sabe: jugar al fútbol.