Gavi, el niño 'mimado' de Luis Enrique se gana la titularidad en la Selección
El joven azulgrana de tan solo 17 años se ha convertido en una pieza imprescindible en los esquemas del asturiano. Le ha protegido frente a los medios y él ha respondido en el campo
Todo ha ido demasiado rápido para Pablo Martín Páez Gavira 'Gavi' (Los Palacios, 2004). A pesar de estar en edad juvenil, la mezcla derivada de la precaria situación económica del Barça, un centro del campo destartalado y un entrenador al que no le temblaba el pulso para contar con los jóvenes como Ronald Koeman le abrió el camino hacia el primer equipo culé. Con tan solo 17 años y 24 días, el bisoño interior debutó contra el Getafe para convertir en el cuarto jugador más joven en la historia. Apenas siete partidos y 283 minutos después en un Barça irregular y en crisis deportiva permanente le valieron para ser convocado por Luis Enrique. Hace un par de meses, nadie lo conocía, ahora todos saben su nombre.
"Su llamada puede haber llegado pronto, pero sé que puede ser un jugador muy importante para el futuro de su club y de la Selección. Es un interior puro, al estilo Barça. Tiene muchas cosas a mejorar, no obstante creo que nos aportará cosas lo suficientemente interesantes. Lo peligroso es arriesgar con jugadores jóvenes que no crees que tengan el nivel, pero con Gavi no me pasa. Quiero verlo con nosotros y observar cómo responde", justificó Luis Enrique en rueda de prensa.
Era una decisión controvertida que a la postre se demostraría acertada. Al joven centrocampista de gran personalidad, técnica depurada, hiperactividad con y sin la pelota y criterio a la hora de dirigir el juego no le pesó la responsabilidad y lo demostró en uno de los mayores escenarios que ha visitado España en los últimos tiempos.
Su juego es pura confianza
Espoleado por la confianza y protección de su técnico, Gavi debutó con la Selección contra la campeona de Europa en San Siro, la Italia de Roberto Mancini. Era otro récord de precocidad: se convirtió en el internacional más joven de la Selección española en toda su historia con 17 años y 62 días. Su partido frente a Nicolò Barella, Jorginho y Marco Verratti fue propio de aquel que lleva toda la vida jugando en escenarios de máxima exigencia y que no se arruga frente a ningún rival en ningún escenario concreto. Impropio de un futbolista juvenil.
En ocasiones, el joven talento del Barça se pasaba de impetuoso, algo que le ha hecho filtrear con la expulsión en alguna ocasión, pero demostraba una fuerza, despliegue físico y capacidad de recuperación anómala para su etapa profesional y sus 1,73 metros de altura. Por eso fue el jugador que más faltas cometió (siete). "Gavi es un gran jugador para tener 17 años, es muy bueno. España tiene grandes talentos generación tras generación. España tiene mucha suerte de tener estos jugadores", le halagaba Mancini tras el partido. Y no fue para menos. Hasta estuvo cerca de provocar un penalti a favor y de anular a su ídolo en la medular transalpina, Marco Verratti.
"Es un jugador con personalidad, condiciones físicas envidiables, integrado en nuestro estilo de juego... Ya hablamos de un caso nada normal como es Gavi y él está jugando como en el patio del colegio, es un gusto verle jugar. Es el presente y futuro de la Selección" diría luego Luis Enrique. Contra Francia y a pesar del final amargo que deja perder una final, más de lo mismo por parte de Gavi. Desde entonces, el joven andaluz no ha dejado de absorber conocimientos como una esponja. Luis Enrique se lo ha recompensado con más confianza y el interior culé ha vuelto a dar un paso hacia adelante.
Clave contra Grecia
En un partido de picar piedra y quien sabe hasta de sufrir según las circunstancias, Gavi fue una pieza fundamental en la salida de pelota española y en los posteriores pases en campo rival. Con un 100% de efectividad en el pase (43/43 intentos completados), el joven interior canalizó la circulación del balón por la banda izquierda. Un costado donde coincidía con José Luis Gayà y, al bajar un escalón con el objetivo de recibir la pelota e imprimir velocidad a los primeros pases, permitiría al talentoso lateral valencianista viajar hasta campo rival.
Al futbolista del Barça se le puede pedir que sea más agresivo en sus pases, que cargue más el área y que sume golpeo desde el balcón de la misma; virtudes que aún no ha demostrado pese a quemar etapas a una velocidad de vértigo. Sin embargo, lo que no se le puede discutir es su habilidad para proteger la pelota ante rivales que le saltan a presionar, su facilidad para organizar el juego de su equipo y su dinamismo sin la misma. Así como su enorme personalidad para afrontar retos que por edad aún le deberían ser lejanos. "Gavi es una bestia parda. No quería salir, estaba mareado, veía doble. Ha estado muy bien", valoraba Luis Enrique en la rueda de prensa tras la victoria en tierras helenas. Ahora llega Suecia y Gavi vuelve a estar preparado.
Todo ha ido demasiado rápido para Pablo Martín Páez Gavira 'Gavi' (Los Palacios, 2004). A pesar de estar en edad juvenil, la mezcla derivada de la precaria situación económica del Barça, un centro del campo destartalado y un entrenador al que no le temblaba el pulso para contar con los jóvenes como Ronald Koeman le abrió el camino hacia el primer equipo culé. Con tan solo 17 años y 24 días, el bisoño interior debutó contra el Getafe para convertir en el cuarto jugador más joven en la historia. Apenas siete partidos y 283 minutos después en un Barça irregular y en crisis deportiva permanente le valieron para ser convocado por Luis Enrique. Hace un par de meses, nadie lo conocía, ahora todos saben su nombre.