Es noticia
Los hombres de Hierro: así es el tándem que moverá los hilos del nuevo seleccionador
  1. Deportes
  2. Fútbol
EL NÚCLEO DURO DEL sustituto de lopetegui

Los hombres de Hierro: así es el tándem que moverá los hilos del nuevo seleccionador

Son el brazo armado de Fernando Hierro sobre el verde. El sustituto de Lopetegui ha recurrido a los dos técnicos en los que más confianza tiene para afrontar el enorme reto del Mundial

Foto: Fernando Hierro (d) junto a Celades (i) y Juan Carlos Martínez en el entrenamiento de este jueves en Sochi. (EFE)
Fernando Hierro (d) junto a Celades (i) y Juan Carlos Martínez en el entrenamiento de este jueves en Sochi. (EFE)

“Si tuviera que contarle a un amigo cómo es mi equipo, le diría que es serio, ordenado y competitivo. A partir de ahí, quiero que juegue lo mejor que pueda. He aprendido de todos los entrenadores que he tenido, me he quedado con lo bueno, y le he añadido mi visión personal. Lo he metido en una coctelera y de ahí sale una idea de fútbol”. Es precisamente esa idea futbolística de toque y mucha verticalidad, que ya puso sobre el tapete el año pasado en el Carlos Tartiere con el Oviedo, la que Fernando Hierro se ha visto obligado por las circunstancias a desempolvar con carácter de urgencia a menos de 48 horas del estreno mundialista ante Portugal.

[ESPECIAL - La Escuadra del Mundial: guía de Rusia 2018]

Y lo hará rodeado de su núcleo duro, de las dos personas con las que se siente cómodo y seguro al mando de su tropa, amén de Carlos Marchena, quien hará las labores que el de Vélez venía desempeñando hasta el estallido del tsunami. Tanto es así que muy probablemente Hierro no hubiera aceptado el ‘marrón’ que le planteó el presidente Luis Rubiales con el estómago vacío de no haber recibido el OK de Juan Carlos Martínez y Julián Calero para embarcarse en la complicada misión de suplir el vacío dejado por Lopetegui tras dos exitosos años comandando el equipo nacional y a las puertas del reto entre los retos.

placeholder Fernando Hierro fichó a Juan Carlos Martínez para las categorías inferiores de la Selección española. (David Ruiz)
Fernando Hierro fichó a Juan Carlos Martínez para las categorías inferiores de la Selección española. (David Ruiz)

Pero, ¿quiénes son y de dónde viene esa fe ciega de Hierro en sendos personajes como para depositar el destino de España en tierras esteparias sobre sus espaldas? La relación de Fer con Juanqui Martínez, el nuevo encargado de la parcela física de España, surgió cuando el flamante seleccionador aún daba sus últimos coletazos como profesional del balón. El actual jefe de estudios del máster para entrenadores de la RFEF se distinguía ya entonces como todo un experto en la implementación de la teoría del entrenamiento y en la planificación del trabajo durante una temporada de los equipos de La Fábrica. Su templanza, sencillez y notables conocimientos acabaron cautivando a los Hierro, Míchel o Lopetegui, quienes no dudaron en tenerlo siempre a su vera desde el momento en el que decidieron dar el salto del césped a los banquillos.

Tras ser pieza clave en la planificación y puesta en marcha del centro deportivo de Valdebebas, su gran afinidad con el nuevo jefe de la Roja llevaría a Martínez a la Ciudad del Fútbol de Las Rozas para aportar su granito de arena en las categorías inferiores. Allí trabajó de nuevo codo con codo con Lopetegui, amén de con un Luis Milla, a quien acompañaría en 2013 a una exótica aventura en los Emiratos Árabes para dirigir el Al Jazira tras no ser renovados sus contratos federativos (justo poco después del adiós de Hierro). Al cuerpo técnico del hoy seleccionador de Indonesia se sumaría también Juli Calero, un técnico joven y prometedor cuyos lazos con Juanqui se enraizaron a mediados de los 90, cuando ambos coincidieron en el Atlético Pinto, uno haciendo las veces de ‘prepa’ y el otro en plena efervescencia de su carrera como jugador.

Precisamente esa estrecha relación entre ambos puso a quien será desde hoy flamante mano derecha de Hierro en tierras rusas en la órbita de Michel, quien le abrió las puertas del Rayo Vallecano para ser su asistente en el primer equipo (2005-06). De la mano del exinternacional español aterrizó posteriormente en el Real Madrid, donde dirigió con notable éxito al Juvenil C y el División de Honor, equipo en el que curiosamente coincidió con Nacho, uno de sus nuevos pupilos.

Último entrenamiento de España antes de su debut frente a Portugal

Tras salvar al Alcobendas Sport de un descenso prácticamente anunciado a la Preferente, Calero se marchó a Rusia como ayudante de Dmitry Cherysev en el recién ascendido Volga Nizhny, en una fallida experiencia que no llegaría a los 100 días. De vuelta a la Tercera, el técnico madrileño cogería las riendas de su querido Parla para llevarle hasta las mismísimas puertas de la Segunda B, categoría que rozaron tras disputar el 'playoff' de ascenso.

Luego de un breve paso por el filial del Alcorcón, curiosamente el club que lo tiene actualmente entre sus candidatos para suplir en el banquillo del Santo Domingo a Julio Velázquez, y su segunda pica en Flandes junto a Milla en Dubái, obró un nuevo milagro con el Pinto, del que se haría cargo a falta de siete jornadas y con casi todas las papeletas del descenso ya compradas. Empero, Calero volvió a dar esquinazo al destino y, haciendo gala de su pericia táctica y afabilidad para ganarse un vestuario, sellaría la permanencia sobre la bocina.

placeholder Fernando Hierro ha tenido que construir un cuerpo técnico a la carrera. Para ello ha recurrido a dos colaboradores cercanos. (EFE)
Fernando Hierro ha tenido que construir un cuerpo técnico a la carrera. Para ello ha recurrido a dos colaboradores cercanos. (EFE)

Con Julen a Oporto; con Hierro a Oviedo

Aquella machada fue la antesala de su gran oportunidad: Julen Lopetegui le reclamó para integrar, junto a Juan Carlos Martínez, el cuerpo técnico que se llevaría al Oporto, en el que haría las veces de asistente técnico y analista. La experiencia a orillas del Duero duró año y medio, tras lo cual sería Hierro quien reclamara sus servicios para acompañarle a Oviedo en su ópera prima en solitario como entrenador. Con la contratación de Calero, el malagueño tomó la delantera a un Julen que pocas semanas después firmaría como nuevo seleccionador español, reto para el que no ha podido contar con ninguno de sus dos hombres de confianza.

El precipitado adiós de Hierro del cuadro carbayón, luego de quedarse a las puertas de la lucha por el ascenso a Primera, obligó nuevamente a Calero a buscarse la vida en su hábitat natural: el fútbol de la Comunidad de Madrid. El Navalcarnero, club con el presupuesto más bajo de toda la Segunda B (80 equipos), le brindó el verano pasado la posibilidad de estrenarse en la categoría de bronce como entrenador. Un apasionante y también envenenado desafío que el parleño asumió con donaire y serenidad.

placeholder Julián Calero fue ayudante de Julen Lopetegui en el Oporto. (David Ruiz)
Julián Calero fue ayudante de Julen Lopetegui en el Oporto. (David Ruiz)

Junto a su inseparable Cuevas, mucho más que un compañero de fatigas de sus añorados tiempos de volante ‘Tercerola’, Calero ha confirmado en el Mariano González todas esas virtudes por las que sus mentores, a la par que amigos, siguen llamando a su puerta cada vez que les llega una buena oferta de trabajo. El modesto conjunto de la zona sur de la capital acaba de completar la mejor campaña de su historia, quedándose apenas a un gol de disputar la fase de ascenso a Segunda División: ése que el ‘barquito’ rojiblanco buscó con ahínco pero finalmente no logró anotar en la última jornada de la liga regular ante el Rápido de Bouzas.

Encandilado por la épica temporada del Naval, el propio Lopetegui premió a diez de los discípulos de su amigo (Isma Gil, Víctor, José Antonio, Acosta, Fran, Cifo, Molina, Llario, Edgar y Joaquín) invitándoles a participar de los entrenamientos previos a la concentración mundialista de la Roja que el ya exseleccionador había diseñado para poner a punto a David Silva y Monreal.

La llamada de auxilio de Fer agarró a Juli aguardando un destino bien distinto a ese que le ha metido en un avión junto a su querido Juanqui rumbo a Sochi. Ambos han tenido poco menos de 24 horas para ponerse al día antes de que la pelota eche a rodar para la Roja ante la vigente campeona de Europa. Nada que no hayan hecho ya estos dos orfebres de ese trabajo oscuro que las gruesas bambalinas del fútbol rara vez dejan otear, pero sin el que los Hierro, Michel, Lopetegui, Zidane o Ancelotti difícilmente podrían sobrevivir.

“Si tuviera que contarle a un amigo cómo es mi equipo, le diría que es serio, ordenado y competitivo. A partir de ahí, quiero que juegue lo mejor que pueda. He aprendido de todos los entrenadores que he tenido, me he quedado con lo bueno, y le he añadido mi visión personal. Lo he metido en una coctelera y de ahí sale una idea de fútbol”. Es precisamente esa idea futbolística de toque y mucha verticalidad, que ya puso sobre el tapete el año pasado en el Carlos Tartiere con el Oviedo, la que Fernando Hierro se ha visto obligado por las circunstancias a desempolvar con carácter de urgencia a menos de 48 horas del estreno mundialista ante Portugal.

El redactor recomienda