Las tres claves tácticas para que España encare el partido contra Portugal

Lo ocurrido alrededor de Julen Lopetegui ha opacado el hecho de que España debuta este viernes contra Portugal, el partido más importante de la primera fase del Mundial para la Selección. La actualidad se ha movido y el fútbol ha desaparecido de la conversación para dar paso a un juego de traiciones, especulaciones y decisiones, pero todo eso, el viernes, tendrá que suspenderse, al menos temporalmente, para jugar con un equipo que tiene, ni más ni menos, a Cristiano Ronaldo. Es, además, el campeón de Europa. Un partido completo. Estas son sus claves tácticas.

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¿Quién para a Cristiano Ronaldo?

Se le pueden dar tantas vueltas como se quiera al equipo de Portugal, pero es absurdo no empezar por Cristiano Ronaldo. Es una estrella mundial, ganador de cinco balones de oro y probablemente el mejor goleador de su generación. Eso lleva a que la primera cuestión a abordar por parte de España sea pensar en cómo detener, en la medida de lo posible, a la estrella rival. Con el tiempo, Cristiano ha cambiado su juego. Es menos móvil, se ha convertido más en un rematador que en otra cosa. Y eso implica más a los centrales. En Portugal, además, no suele jugar con un ariete, como sí hace con frecuencia en el Madrid con Benzema, entre otras cosas porque los lusos están escasísimos en esa posición.

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Con estos condicionantes, son los centrales los que tienen que estar pendientes de los movimientos de Cristiano. Por una cuestión de velocidad, más Ramos que Piqué, aunque la tendencia de Cristiano a arrancar desde la izquierda hará que en ocasiones se tope con el barcelonista, que suele ocupar el flanco derecho de los centrales. Portugal tiene problemas para mover el balón por detrás de los delanteros, y un buen trabajo por ahí puede hacer que el madridista —de momento— se desespere. También hay que tener mucho cuidado con el juego aéreo, algo que en principio también debe corresponder a Ramos y a Piqué, puesto que Cristiano es un excelente cabeceador.

Una cuestión de ritmo

España no es el equipo más veloz de la tierra, pero con su ritmo le da para superar a Portugal en ese sentido. Ya en la Eurocopa de hace dos años, los lusos impusieron a sus partidos un estilo muy pesado, tranquilo, adaptado a un equipo que hace tiempo que ya no es joven. Han pasado dos años y, salvo la entrada de algún joven como Bernardo Silva, el equipo no ha hecho sino envejecer un poco más.

No habrá presión alta constante, defensivamente jugarán a acumular jugadores detrás del balón. Tampoco jugarán en largo buscando carreras. Portugal tiene jugadores con talento, como Guedes, y con el balón puede hacer daño, pero sufre bastante si no lo tiene. El equipo es tácticamente muy rígido, no permuta posiciones, rara vez sorprende, la línea de cuatro atrás no se adelanta más de la cuenta. Es, en muchos sentidos, un conjunto muy clásico. España no es tampoco un equipo muy rápido, lo que puede hacer del partido uno cansino en el que marcar las ocasiones es clave.

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Los centrales de Portugal

Pepe sigue siendo el único central fiable del combinado luso, y eso ya es bastante decir, pues llega a este Mundial con 35 años y no mucha carrera por delante. Su desempeño fue clave para que la selección consiguiese la última Eurocopa, el exmadridista fue el centro del equipo, tanto en la resistencia a las delanteras rivales como en la salida del balón. Dos años después, la fe sigue estando en él. Su más probable compañero es Bruno Alves, que es incluso mayor que él. Ninguno de los dos son rápidos y pueden sufrir de muchas maneras diferentes.

Eso abre la puerta a España. Cualquiera de sus delanteros tiene argumentos para medirse a los dos veteranos portugueses. Si la elección es Diego Costa, puede intentar cuerpear con Alves y no sería tan extraño que pudiese desquiciar a cualquiera de los dos. Es, además, más veloz que ellos, así que teóricamente les podría encontrar en una costa. Si la decisión es que jueguen Rodrigo o Aspas, también tienen opciones de tomar ventaja. En ambos casos, más desde la sorpresa, entrando desde la banda buscando desubicar a unos centrales a los que no les gusta salir de su zona de confort.

Y eso mismo, dependiendo de cómo transcurra el partido, se puede intentar finalmente poniendo a Asensio de falso 9, una posición en la que se encuentra cómodo y que ya se probó durante la clasificación. El efecto sería desconcertar un poco más a un equipo que tácticamente es bastante rígido.

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EC