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La tormenta perfecta de 23 días que no solo ha puesto patas arriba la Selección española
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La tormenta perfecta de 23 días que no solo ha puesto patas arriba la Selección española

Cómo cambia la vida en un abrir y cerrar de ojos. Todo comenzó, con un efecto mariposa, cuando Zidane decidió no continuar en el Madrid... y está terminando con la vuelta a casa de Lopetegui

Foto: Fernando Hierro, en su primer entrenamiento como seleccionador. (EFE)
Fernando Hierro, en su primer entrenamiento como seleccionador. (EFE)

En la película alemana ‘Good bye, Lenin!’, una mujer, Christiane, pierde el conocimiento y cae en coma durante ocho meses en 1989 y cuando se despierta, su hijo Alex, para ahorrarle disgustos, se empeña en montarle una realidad paralela en la que el Muro de Berlín no ha caído y todo sigue exactamente igual que antes. Para ello, no duda incluso en editar falsos telediarios, entre otras cosas. Si a servidora le hubiera dado un patatús ya no hace ocho meses, sino hace tres semanas y media, o me hubiera largado a la Patagonia sin móvil para desconectar hasta que empezara el Mundial de Rusia, a la vuelta harían falta unos cuantos informativos para ponerme al día, no pocas explicaciones y una mano amiga con un abanico por si acaso. Porque la realidad sería difícil de esconder y supera, con mucho, cualquier idea descabellada maquinada por una mente turbia bajo efectos lisérgicos.

[ESPECIAL - La Escuadra del Mundial: guía de Rusia 2018]

Imaginen, por ejemplo, que el soponcio o viaje comienza justo el 21 de mayo y lo último que saben es que Julen Lopetegui ha dado la lista de 23 convocados para el Mundial. Con las ausencias de Sergi Roberto y Marcos Alonso, más o menos es la lista que todo el mundo esperaba y hay consenso. España es una de las favoritas después de clasificarse sin un solo tropiezo, goleando incluso por 6-1 a Argentina en el Wanda y empatando con la actual campeona, Alemania, en Düsseldorf. Todo va como la seda y no hay ni siquiera un nubarrón, ni una baja de última hora por culpa de una lesión. A partir de esta fecha, de ese lunes 21 de mayo, la Selección y hasta el país entero se han dado la vuelta como un calcetín. Todo lo que viene a continuación es lo que tendrían que explicarles. Y no es poco, precisamente.

Foto: Míchel, cuando se sentaba en el banquillo del Málaga. (EFE)

El 23 de mayo, el pleno del Congreso aprobaba los Presupuestos Generales del Estado con el apoyo del PNV, a pesar de que seguía en vigor el artículo 155 en Cataluña. El PP se las prometía muy felices por entonces, hasta que un día después la Audiencia Nacional da a conocer la sentencia por la trama Gürtel y todo salta por los aires: el PSOE anuncia ante el escándalo que presentará una moción de censura y comienzan las negociaciones para sacarla adelante. Mientras, el mundo del fútbol está pendiente de la final de la Champions que disputan el Real Madrid y el Liverpool en Kiev, que concluye con la Decimotercera, la tercera consecutiva para el conjunto blanco, y un Cristiano Ronaldo amargando la fiesta dejando caer que se va. Y así, tan entretenidos todos, se celebra en el Bernabéu con fuegos artificiales y dispendio de luces y efectos especiales la Champions mientras Zidane sonríe y disfruta. “Lo que estamos haciendo es de locos”, llega a decir.

El terremoto que suelta Zidane

Nadie se vio venir, ni siquiera el propio Florentino Pérez, que tres días después de festejar la Champions, Zidane le llamaría para hablar con él y comunicarle su decisión irrevocable de dimitir. El jueves 31 de mayo, al lado de un presidente abatido y con cara mustia, el francés explica que no se ve con la capacidad suficiente como para seguir ganando y que prefiere marcharse antes de seguir “y hacer tonterías”. Nadie se pudo imaginar entonces que el aleteo de Zidane provocaría un terremoto en la Selección española, que estaba ya concentrada en Las Rozas desde el 28 con la ausencia de los internacionales madridistas.

La Selección pasa página de la 'era Lopetegui' con Fernando Hierro

Con el madridismo en estado de 'shock' y Florentino Pérez noqueado, el 1 de junio, Pedro Sánchez se convierte en presidente del Gobierno tras ganar la moción de censura con el apoyo clave del PNV. El mismo Pedro Sánchez que hace solo dos años se había visto obligado a dimitir como secretario general del PSOE y que más tarde también renunciaría a su acta de diputado. Mariano Rajoy tampoco lo vio venir y cuando lo hizo prefirió atrincherarse en un restaurante durante ocho horas… En este punto, comprendo que debería presentar pruebas, como la foto y los titulares del día, para que se lo creyeran. Pero no se vayan todavía. Que aún hay más.

Foto: Luis Rubiales, en la rueda de prensa. (Reuters)

El 6 de junio, Pedro Sánchez da a conocer los nombres de sus 17 ministros, 11 mujeres y seis hombres; entre ellos, el astronauta Pedro Duque y Màxim Huerta. Sí, entiendo que aquí también tendría que presentar pruebas al respecto, pero sigamos, porque el 8 de junio los 23 convocados por Lopetegui vuelan a Krasnodar, donde quedarán concentrados durante todo el Mundial. 'Tenemos que hacer que ocurra' es el lema que se lee en una lona gigante en el cómodo y moderno campo de entrenamiento, mientras que por el camino hay otra frase: 'Ninguno de nosotros es tan bueno como todos nosotros juntos'.

Estalla la bomba

Mientras tanto, en los medios de comunicación, lo que se puede leer es una lista de nombres —que van desde Pochettino, Klopp, Conte, Allegri, Míchel, Villas Boas o Guti— para sustituir a Zidane en el Real Madrid. Suena también en algún momento el de Julen Lopetegui, pero se le descarta por razones que parecen obvias: está a punto de comenzar el Mundial. ¡Aaaaay, criaturicas!

“No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero”, dijo la filósofa María Zambrano. Y oye, tal cual. Faltan tres días para que comience el Mundial, cuatro para el debut ante Portugal, cuando Lopetegui, antes del entrenamiento vespertino, comunica a los jugadores que ha fichado por el Real Madrid. Cinco minutos más tarde, el club blanco lo hace oficial, las redes sociales arden, la sorpresa es generalizada y el presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, se entera también sin tiempo para reaccionar mientras está en Moscú para el congreso de la FIFA, donde se debe elegir la sede del Mundial del 2026. Inmediatamente, viaja para Krasnodar, los primeros rumores sobre su intención de despedir al seleccionador cobran fuerza y se convoca a los medios de comunicación para una rueda de prensa a las 10:30 de la mañana.

Foto: Fernando Hierro, en su presentación. (EFE)

Adiós Lopetegui, hola Hierro

Y así. Llegamos hasta el día de ayer, miércoles 13 de junio, cuando Rubiales comparece ante los medios con una hora y media de retraso y anuncia: “Nos hemos visto obligados a prescindir de Lopetegui”. La bomba ha estallado. Y da explicaciones: "A Julen le hubiese gustado que se hubieran hecho las cosas de otra manera. El Real Madrid busca un entrenador y al mejor, es lícito. No tengo por qué juzgar al Real Madrid. El que le haya llevado el tema es el responsable. No se pueden hacer así las cosas, y menos a cinco minutos antes del anuncio. Nos hemos visto obligados a tomar la decisión porque la Selección es el equipo de todos los españoles. Tener a los mejores es importante, pero cómo se hacen las cosas, más todavía”.

A mediodía, se hace público que Fernando Hierro será el nuevo seleccionador. “A los jugadores les he dicho que tenemos un reto muy bonito, muy apasionante, y que no nos podemos escudar de que esto nos saque de nuestro sueño. Solo tengo un año de experiencia en el Oviedo, un año de entrenador, pero 30 años detrás de un balón”, afirma en su primera rueda de prensa.

Foto: Como es costumbre, el humor no ha tardado en hacer aparición tras los últimos acontecimientos en torno al Mundial de Rusia.

Dos horas más tarde, el ministro Màxim Huerta dimite tras la noticia en El Confidencial de que había defraudado al fisco durante tres ejercicios fiscales (2006, 2007 y 2008) un total de 218.322 euros.

En 23 días han caído un Gobierno, un seleccionador a dos días de debutar en el Mundial y el ministro de Cultura y Deportes una semana después de su nombramiento. En solo 23 días, ojipláticos perdidos, hemos ido de sorpresa a susto sin pasos intermedios. A los finalistas del 'reality' ‘Supervivientes’ les puede servir el resumen para ponerse al día cuando regresen. Aunque ya entiendo, ya, que pueden llegar a pensar que la mitad es inventado. A los que, afortunadamente, no nos ha dado un jamacuco como a la Christiane de ‘Good bye, Lenin!’ ni hemos desaparecido del mundanal ruido, también nos ha costado creernos lo que hemos vivido. Pero ha sido tal cual.

En la película alemana ‘Good bye, Lenin!’, una mujer, Christiane, pierde el conocimiento y cae en coma durante ocho meses en 1989 y cuando se despierta, su hijo Alex, para ahorrarle disgustos, se empeña en montarle una realidad paralela en la que el Muro de Berlín no ha caído y todo sigue exactamente igual que antes. Para ello, no duda incluso en editar falsos telediarios, entre otras cosas. Si a servidora le hubiera dado un patatús ya no hace ocho meses, sino hace tres semanas y media, o me hubiera largado a la Patagonia sin móvil para desconectar hasta que empezara el Mundial de Rusia, a la vuelta harían falta unos cuantos informativos para ponerme al día, no pocas explicaciones y una mano amiga con un abanico por si acaso. Porque la realidad sería difícil de esconder y supera, con mucho, cualquier idea descabellada maquinada por una mente turbia bajo efectos lisérgicos.

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