La venganza que todavía tiene pendiente Cristiano Ronaldo con España

Aquella Eurocopa llenó de lágrimas Portugal, también sufrió como nunca aquel joven Cristiano Ronaldo. La anfitriona, con el pujante pero todavía imberbe delantero, se quedó sin título en una final que una rocosa Grecia ganó por sorpresa. Fue aquel torneo el que dio paso a la exitosa que dirigió Luis Aragonés, más tarde Del Bosque. Iñaki Sáez enterró en 2004 su carrera como entrenador para dar paso a la zona más gloriosa del fútbol español. El delantero del Real Madrid sí pudo ganar con sus compañeros a la Roja (1-0) en Portugal, lo que no sucedió posteriormente en otras citas de gran nivel. En el Mundial de Rusia le llega la oportunidad de tomarse cumplida venganza. La última oportunidad…

Con la Eurocopa de 2016 en el bolsillo y ya con ya 32 años —cumple 33 en febrero—, afronta Cristiano Ronaldo en Rusia la última oportunidad de ganar un Mundial. Es lo único que le queda por ganar, por añadir a un fabuloso currículum, tanto a nivel individual como colectivo. Sin embargo, los últimos precedentes entre ambas selecciones, España y Portugal, si de grandes citas hablamos, dejaron noqueado al atacante madridista, en especial en Sudáfrica, donde un inolvidable gol de Andrés Iniesta en la gran final dio a España su único Mundial. En tierras africanas, Cristiano se despidió de la cita envuelto en una tremenda polémica.

Señalado en Sudáfrica

España superó con claridad a la selección vecina en el Mundial africano. En el juego, no en el marcador, pues fue un solitario gol de David Villa el que decidió aquel partido de octavos de final. Aquella Portugal, curiosamente, estaba dirigida por Carlos Queiroz, ahora seleccionador de Irán, integrante del grupo de los combinados ibéricos en el Mundial de Rusia. Un gol del asturiano del New York City en el segundo tiempo sentenció el partido, pero fue lo que sucedió después lo que dejó marcado durante un tiempo al crack de Madeira. Aquella jornada quedaron a la vistas las importantes diferencias entre el atacante y el téncico que tiempo atrás dirigió al Real Madrid. Los gestos de desagrado del jugador portugués en el campo quedaron perfectamente traducidos cuando el balón dejó de rodar...

Portaba la cinta de capitán pero no se comportó como tal. Eso fue lo que se le echó en cara de manera unánime en su propio país. Abandonó rápidamente el terreno de juego Cristiano Ronaldo, que ante los medios de comunicación no quiso dar la cara. Un escueto y seco "pregúntenle a Queiroz" fue lo único que contestó tras la derrota. Las severas y duras críticas se sucedieron en cascada tras el episodio, obligándole a emitir un comunicado horas después para apagar el incendio que había generado. El goleador expresó en el mismo sentirse "destrozado", reconociendo que "ellos merecieron ganar. Portugal tuvo un desempeño digno, pero no fue suficiente para ganar y continuar". "España es una de las mejores selecciones de la actualidad", sentenció.

Pero ya era tarde. Las críticas fueron imparables. Hasta Luis Figo, icono del fútbol portugués y que siempre ha mantenido una buena relación con Cristiano Ronaldo, se mostró muy crítico por la reacción de su compatriota. "Un capitán puede ser diferente, pero al fin y al cabo es capitán, más allá del éxito o del fracaso. Y considero que siempre debe defender al colectivo", sentenció en 'Record', uno de los más populares rotativos deportivos de Portugal. Se defendió argumentando que "estaba caliente", pero su comportamiento fue objeto de debate durante días. Hasta Antonio Simoes, adjunto de Portugal, le lanzó un dardo al afirmar que "un capitán siempre tiene responsabilidades extra; debe estar a lal altura de su estatus dentro del equipo". "Por ello nadie está por encima de la selección", remató Queiroz.

El penalti que nunca lanzó

Si de Ciudad del Cabo salió magullado por la derrota, más por la crítica de su gente, lo mismo sucedió dos años después en la Eurocopa que se disputó en Ucrania y Polonia. En Donetsk recibió Cristiano Ronaldo otro fuerte golpe, tal vez de mayor intensidad porque hablamos de unas semifinales que se decidieron desde el punto de penalti. Más maduro, esta vez tomó buena nota de lo que pasó dos años antes y esta vez sí que ejercio de capitán tras la derrota. Le dolió especialmente porque la final estaba a un solo paso, también porque no tuvo protagonismo en la ronda definitiva desde el punto fatídico. Era el madridista el quinto lanzador de Portugal, pero no tuvo opción de patear.

Tras fallar Xabi Alonso el primero, repitió Moutinho; Iniesta, Pepe, Piqué, Nani y Sergio Ramos no fallaron; llegó el turno de Bruno Alves y el balón se estrelló en el larguero de la portería que defendía Iker Casillas, sentenciando Cesc y dejando a Cristiano sin opción de lanzar. "Fue decisión del entrenador, del grupo, de todos...", explicó cuando se le preguntó por las razones por las que había sido designado como último lanzador. En esta ocasión sí atendió a la prensa, sí dio la cara. Felicitó a España, aunque en su opinión "decidió la suerte, fue una lotería. Los penaltis son cuestión de suerte, de las paradas de los porteros...". En Rusia tiene la última oportunidad de enterrar para siempre tantos amargos recuerdos...