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Lopetegui, año II: la Selección confirma que vuelve a ser feliz jugando al fútbol
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Lopetegui, año II: la Selección confirma que vuelve a ser feliz jugando al fútbol

12 meses después del debut oficial y ante el mismo adversario, la España de Lopetegui mantiene las mismas buenas sensaciones, algo que después de la Eurocopa parecía imposible

Foto: Isco y Morata volvieron a marcar. (EFE)
Isco y Morata volvieron a marcar. (EFE)

Hace un año, la Selección española era un cadáver putrefacto. El cuerpo había perdido su alma dos años antes, ya no había ningún órgano que latiese en el interior del escudo monárquico de la camiseta, se había quedado parado, impertérrito en Brasil, consumido por su propia ambición, o el defecto de la misma. Nadie le puso freno al descarrilamiento ocurrido en 2014 y se continuó el descenso hacia los infiernos que el rival más traumático para nuestro país confirmó en el Estadio de Francia, la vergüenza ocurrió en casa vecina. La Federación, ahora descabezada y desorientada, decidió entonces que ya estaba bien, que gracias por todo, Vicente, y llamó a Julen Lopetegui. Exactamente un año después del debut oficial, ante el mismo adversario, España reafirmó que la felicidad vuelve a vestir de rojo.

Foto: ¿Diego Costa ha perdido su sitio en la Selección? (Reuters)

Meterle ocho goles a Liechtenstein tiene un valor limitado. Lo tiene si te llamas Macedonia o Albania, pero no si eres España, campeona del mundo y tricampeona de Europa, y que posee a algunos de los mejores futbolistas del mundo. El partido en Vaduz fue de todo menos trascendente, sí lo es de manera material, es decir, España sumó tres puntos más, si bien lo que ocurrió en realidad es que se hicieron efectivos los tres puntos que ya una selección como España obtiene cuando se tiene que enfrentar a otro combinado tan débil. Claro que a veces suceden cosas como la del empate que sacó Luxemburgo en Francia, pero es tan probable como que le caiga un rayo justo cuando lee estas líneas.

Y sin embargo, no cabe menos que destacar a este equipo. El partido es, como decimos, muy secundario. Lo que cuenta son las sensaciones. Esta España es otra, no tiene nada que ver con la que hizo el ridículo en Brasil y con la que no cumplió en absoluto con los objetivos en la Eurocopa. Esta España quiere jugar y ha recordado cómo hacerlo. La renovación progresiva del equipo nacional se ha producido de tal manera que los enlaces con el pasado, como Piqué, Ramos, Busquets e Iniesta, se han mezclado con la nueva y a la vez similar propuesta de la nueva generación que lidera Isco Alarcón. El fútbol es el mismo, pero diferente. Se juega a lo mismo de siempre, pero al ritmo modernizado de la camada recién parida.

placeholder Dobletes de Aspas y Morata. (EFE)
Dobletes de Aspas y Morata. (EFE)

Ya no están Xabi Alonso, Xavi, Torres, Fàbregas... pero han llegado Isco, Asensio, Koke, Thiago, Morata... La esencia es la misma, pero con la frescura de los que empiezan y quieren a toda costa comerse el mundo a bocados. Lopetegui es el principal creador de la nueva España. No es un nombre de periódico, sino la sensación de que se ha vuelto a juntar un equipo que puede y debe aspirar a ganar un Mundial. Dentro del atasco que se había encontrado el anterior cuerpo técnico, Lopetegui ha rescatado las ideas que se maman en la Ciudad del Fútbol, que todas tienen un nexo en común, el fútbol de posición.

¿Recuerdan cómo jugó España contra Italia en París? No hace mucho más de un año desde aquel encuentro de octavos de la Euro. No había ni la más mínima fluidez en el movimiento de la pelota, el movimiento de los futbolistas era robótico, sin vida ni un sentido claro, no se encontraba al delantero, no había ocasiones y las constantes pérdidas provocaban oportunidades para el contrario. Y ahora piensen en cómo apalizó España a Italia en el Bernabéu. Un fútbol donde solo corría la pelota entre las piernas de los españoles mientras los de 'azzurro' los perseguían sin premio. Y no había una variación significativa en los nombres: estaban también Busquets, Silva e Iniesta. Habían perdido su capacidad de sorpresa, no había evolución, sino estancamiento.

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Con Lopetegui se vuelve a jugar. Meterle ocho a Liechtenstein puede ser absolutamente banal, y lo es, si no se aprecia por qué se meten ocho y no tres o cuatro. Hay ganas de jugar y de ganar, los nuevos están deseosos de hacerlo lo mejor posible para poder acudir al Mundial, todavía no le han cogido manía al entrenador, ni se han cansado de viajar para no jugar, como Pedro, ahora perdonado. Silva e Iniesta vuelven a sonreír junto a Isco, Morata y hasta con Aspas, incorporado perfectamente a la dinámica. Esto promete, pero como dirá siempre Julen, los pies mejor que sigan en el suelo.

Ficha técnica

0 - Liechtenstein: Jehle; Quintans (Yyldiz, m.60), Malin, Kaufmann, Goppel; Buchel, Salanovic, Hasler, Wieser, Burgmeier (Wolfinger, m.83); y Polverino (Sele, m.78).

8 - España: De Gea; Piqué, Sergio Ramos (Nacho, m.46), Monreal; Busquets, Iniesta, Thiago, Isco (Deulofeu, m.55); Pedro, Morata y Silva (Iago Aspas, m.46).

Goles: 0-1, m.3: Sergio Ramos. 0-2, m.15: Morata. 0-3, m.16: Isco. 0-4, m.39: Silva. 0-5, m.51: Aspas. 0-6, m.54: Morata 0-7, m.62: Aspas. 0-8, m.90: Göppel, en propia meta.

Árbitro: Ivaylo Stoyanov (Bulgaria). Amonestó a Wieser (55) por Liechtenstein; y a Busquets (80).

Incidencias: encuentro correspondiente a la octava jornada del Grupo G de clasificación al Mundial 2018, disputado en el estadio Rheinpark Vaduz.

Hace un año, la Selección española era un cadáver putrefacto. El cuerpo había perdido su alma dos años antes, ya no había ningún órgano que latiese en el interior del escudo monárquico de la camiseta, se había quedado parado, impertérrito en Brasil, consumido por su propia ambición, o el defecto de la misma. Nadie le puso freno al descarrilamiento ocurrido en 2014 y se continuó el descenso hacia los infiernos que el rival más traumático para nuestro país confirmó en el Estadio de Francia, la vergüenza ocurrió en casa vecina. La Federación, ahora descabezada y desorientada, decidió entonces que ya estaba bien, que gracias por todo, Vicente, y llamó a Julen Lopetegui. Exactamente un año después del debut oficial, ante el mismo adversario, España reafirmó que la felicidad vuelve a vestir de rojo.

Julen Lopetegui
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