¿Qué más tiene que hacer Morata para ser titular allá donde vaya?

Julen Lopetegui se suele andar con cuidado en sus preparaciones. En la era Del Bosque, sus alineaciones solían ser un libro abierto, se podían intuir sus pensamientos a la legua. Tampoco se encargaba mucho de ocultarlos, las cosas como son. El seleccionador vasco no trata de engañar a nadie, pero tampoco de mostrarse abiertamente tal como es, no en lo que se trata a su planificación deportiva. El sábado jugará contra Italia y después de dos entrenamientos, la alineación sigue siendo una incógnita por la cantidad de variantes diferentes que puede introducir y que ha trabajado. La última posibilidad, la que precisamente está cogiendo más fuerza, es la de enfrentarse a la defensa italiana sin delantero. Este miércoles probó con Marco Asensio en punta, como falso '9'. El delantero auténtico, Álvaro Morata, estaba en el equipo contrario en la pachanga.

Opinión

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Kike Marín

Nadie confía al 100% en Morata, es una realidad. Nunca ha sido indiscutible, en ninguno de los sitos en los que ha estado ha sentido que su entrenador se fiara de él al máximo, que no tuviera dudas en quién era su punta titular. Tampoco en la Selección. Se puede discutir si ha sido o no el mejor delantero español de esta temporada, si bien los números le colocan en el podio, sin duda. Para Lopetegui es un fijo en la convocatoria; de ahí a ocupar con regularidad el puesto de '9' hay un trecho muy amplio que todavía no lo ha superado el madrileño.

En este año que suma ya como seleccionador, Lopetegui ha utilizado a Diego Costa siempre que ha podido como punta del ataque en los partidos principales de clasificación para el Mundial de Rusia. Costa fue titular en el debut ante Liechtenstein, posteriormente en Turín contra Italia y en el siguiente encuentro ante Albania. Se perdió el duelo ante Macedonia, donde Morata sí fue de la partida (el único oficial en el que ha sido titular y el último en el que ha participado, a excepción de los amistosos), pero estuvo presente todo el encuentro contra Israel de marzo y el de Macedonia de junio. En total, el de Lagarto anotó cinco goles.

Mientras, Morata ha estado esperando su oportunidad. La lleva esperando desde que debutó con el Real Madrid en 2010. En su casa nunca le encontraron el hueco que reclamaba con goles. En su primera temporada como parte del primer equipo, la 2013-14, no llegó a sumar mil minutos, pero hizo nueve goles. En su vuelta, marcó 20 en 1.872 minutos de juego oficial. Pero Zidane no le veía como referencia ofensiva principal, ese rol se lo repartieron Cristiano Ronaldo y Benzema. Tal fue así que decidió durante esa misma campaña que se marcharía a final de verano y se movió para lograr un acomodo en un gran club europeo que le asegurara ser su '9'. El Manchester United se la negó cuando todo estaba cerrado y Antonio Conte, el hombre que creyó en él para la Juventus, se lo llevó al Chelsea.

Todos recordamos a Morata en la Juventus como un hombre importante, clave en la clasificación del equipo 'bianconero' a la final de la Champions League 2014-15, pero en esos dos años como juventino, Álvaro no fue indiscutible salvo en determinados tramos de cada una de las temporadas. Sí, en la 14-15 evidentemente lo fue en el momento decisivo, pero se lo tuvo que ganar para apartar del once a Fernando Llorente. Y al año siguiente, la llegada de Mario Mandzukic le obligó a seguir peleando por un lugar que ya parecía ser suyo. Aun con ello, su rendimiento fue suficientemente atractivo para que el Real Madrid decidiese recuperarlo invirtiendo 30 millones de euros. Hasta en el Chelsea le costó arrancar, siendo suplente en los dos primeros partidos oficiales. Pero Conte rápidamente ya le ha demostrado la confianza inmediata que otros no han podido o no han sabido darle.

Lopetegui está en ello, en el camino para creer en Morata o negarlo. La baja obligada de Diego Costa, ya que lleva sin entrenar desde mayo por negarse a hacerlo con el equipo reserva del Chelsea, ha obligado al técnico a buscar una solución a su punta de ataque. Morata, por supuesto, está en la lista, no puede no estar. Además de él, como delanteros acuden Iago Aspas y David Villa. Y puede que no juegue ninguno contra Italia, y puede jugar cualquiera contra Liechtenstein.

La opción de jugar con Marco Asensio de falso '9' va cogiendo peso. Italia acumula mucha gente en el centro del campo, sobre todo cuando juega con el sistema 1-3-5-2 y Julen está pensando en contrarrestarles estableciendo cinco centrocampistas y un delantero mentiroso, es decir, seis medios. Es decir, volumen de juego contra firmeza defensiva. Ha pasado casi un año desde el empate a uno contra Italia en Turín, pero la previsión es que el duelo sea similar. España tendrá el balón e Italia intentará no dejar jugar a los de rojo con presión y juego vertical. Dominar el centro del campo se antoja clave y la superioridad técnica española debería de marcar la diferencia. La pregunta que surge entonces es... si no hay '9', ¿quién finaliza las jugadas?

Es un sistema que no exige un rematador al uso ya que la acumulación de centrocampistas talentosos en el mediocampo contrario permite que cualquiera de ellos pueda encontrarse, a través de la asociación entre los miembros, en buena posición para marcar gol. Sin ir más lejos, España ganó la Eurocopa de 2012 utilizando esta táctica, siendo entonces Fàbregas el que hacía las veces de falso '9'. Y no faltó gol, pues a Italia le cayeron cuatro en la final. Claro que aquella Italia era diferente, estaba muy mal físicamente y coincidió con el pico más alto de juego de la Selección. El resultado ahora es una incógnita, pero si se da, hay un perjudicado claro: Álvaro Morata.