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Busquets, el único fragmento restante de cuando la Selección era medio Barça
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no tiene reemplazo en un momento de dudas

Busquets, el único fragmento restante de cuando la Selección era medio Barça

Las lesiones, la baja forma y las retiradas han dejado a Busquets como único representante de la época en la que llegaron a unirse once azulgranas para defender contemporáneamente a la selección

Foto: Busquets ha jugado los cuatro partidos con Lopetegui (J. Casares/EFE).
Busquets ha jugado los cuatro partidos con Lopetegui (J. Casares/EFE).

Hay quien infravalora los éxitos conseguidos por la selección española durante aquellos cuatro años soberbios, o no los aprecia en la medida que otros lo hacen, porque consideran que el mérito de esas victorias no reside en el propio equipo nacional, sino que su virtud pertenece a otros, más en particular, a la escuela de formación del Fútbol Club Barcelona. Nada, dicen, se habría logrado sin la base azulgrana que componía la selección de Luis Aragonés primero y, sobre todo, la de Del Bosque después. De esa raíz que originó tanto los ciclos triunfales del Barça como de España va quedando menos con el paso de los años, pero en esta última convocatoria, su práctica desaparición sobrecoge, aun siendo provocada en parte por una plaga de lesiones.

Foto: Busquets ha bajado su rendimiento en este inicio de temporada (Cordon Press). Opinión

En su época de apogeo, entre el Mundial de 2010 y la Confederaciones de 2013, España tenía un bloque culé de unos once jugadores que solían acudir a las convocatorias de Del Bosque, a saber, Valdés, Puyol, Xavi, Iniesta, Piqué, Alba, Busquets, Pedro, Fàbregas, Villa y Thiago. Entre retiradas tanto del fútbol como de la Selección, baja forma y las lesiones de Piqué, Iniesta y Alba, este amplísimo grupo de jugadores pertenecientes a una misma escuela ha ido desapareciendo de las convocatorias de los dos últimos seleccionadores de manera progresiva, hasta la última lista de Lopetegui, en la que solo están Busquets y Thiago (que no pertenece al Barça), a los que se debe añadir a Sergi Roberto, incorporación reciente procedente del mismo lugar, además de Nolito y Bartra, que tampoco están ya en el club catalán. El talento culé está desconcentrado y la selección lo siente.

España tenía una manera de vivir el fútbol y una forma de jugarlo que era la misma que se sentía en La Masia y, al perder a los jugadores que ejemplificaban ese estilo, la búsqueda de un nuevo manual pilló a Del Bosque a contrapié. Le costó desprenderse definitivamente de jugadores que tenían fecha de caducidad y, cuando se vio forzado a ello, intentó seguir jugando a lo mismo con otras herramientas, y la máquina no funcionó como antes.

Lopetegui entendió, como hizo su predecesor, que el futuro se encontraba en las categorías inferiores, pues había jugadores que si habián funcionado a gran nivel siendo jóvenes, al alcanzar su plena maduración futbolística debían ser incluso mejores. Si eran once jugadores del Barça los que plagaban la selección entonces, ahora son doce los sub-21 que en algún momento fueron partícipes de los éxitos en categorías inferiores. La solución, según el técnico, pasa por lo que viene por detrás, no por otra camada mágica de un mismo club, lo cual ahora mismo suena a utopía.

El hilo conductor de la Selección

Busquets es, de alguna manera, el testigo del transcurso del tiempo por la selección española. Sergio ya no es ese joven que se sacó de la manga Pep Guardiola y que le comió la tostada a Yaya Touré, pero es aún el jugador en el que se reencarnaría Del Bosque si pudiera. El exseleccionador no dudó en entregarle las llaves del equipo lo más pronto que pudo. En 2009, sin haber acabado su primera temporada en el Barça, ya era internacional. A sus 28 años suma 92 partidos y en esta convocatoria es el segundo capitán del equipo español, además de ser por derecho el tercer capitán de su club, con el que renovó recientemente hasta 2021. Lopetegui fue claro desde el primer momento: su equipo se asienta alrededor de Busquets, del que salen las raíces del juego, el cual ha mejorado sustancialmente en los cuatro partidos disputados con el nuevo técnico y, si esto ha sido así, es en parte gracias a Sergio.

El problema que tiene el seleccionador es que Busquets solo hay uno. Además, literalmente. España y el Barça carecen de un futbolista de sus características, lo cual habla muy bien de él, pero no augura un buen futuro para esa posición. Ahora que Busquets ha pegado un bajón de forma (ya era extraño que aguantase tantísimo tiempo a un nivel tan alto) que reconoció él mismo, cabría la posibilidad de preguntarse por sus posibles reemplazos, si no definitivos, sí alternativos. Lopetegui cree, pese a la evidencia, que no hay falta de pivotes. "Ander y Koke pueden perfectamente jugar ahí". Sí, pero no son un '4' como se entiende en España, ni siquiera juegan en ese lugar en sus clubes.

No son pocas las voces que reclaman otro jugador que pueda desempeñarse en ese lugar. Del Bosque llamó a muchos, pero ninguno le convenció. El que más se acercaba a lo deseado era Bruno Soriano, pero Lopetegui no ha contado con él en sus tres listas. Un futbolista que está llamado a jugar en la selección más pronto que tarde es Roque Mesa, de hecho muchos lo esperaban en esta concentración. Las opciones para el futuro son varias, como recuperar a Sergi Roberto a su posición original o dar la alternativa a otros pivotes como Marcos Llorente, Sergi Samper o Asier Illarramendi. O reconvertir a Saúl Ñíguez. Pero eso sí, olvídense de copiar a Busquets. Solo hay uno.

Hay quien infravalora los éxitos conseguidos por la selección española durante aquellos cuatro años soberbios, o no los aprecia en la medida que otros lo hacen, porque consideran que el mérito de esas victorias no reside en el propio equipo nacional, sino que su virtud pertenece a otros, más en particular, a la escuela de formación del Fútbol Club Barcelona. Nada, dicen, se habría logrado sin la base azulgrana que componía la selección de Luis Aragonés primero y, sobre todo, la de Del Bosque después. De esa raíz que originó tanto los ciclos triunfales del Barça como de España va quedando menos con el paso de los años, pero en esta última convocatoria, su práctica desaparición sobrecoge, aun siendo provocada en parte por una plaga de lesiones.

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