El tiempo muerto deja un sabor extraño en su primera aparición en un partido de fútbol

El partido de octavos de final Holanda-México pasará a la historia. No por el número de goles marcados, o el espectacular juego de ambos conjuntos, ni tan siquiera por una jugada polémica al nivel de la Mano de Dios. Ese partido, disputado en el estadio Castelão de Fortaleza, fue el primero en el que un árbitro utilizó un gesto más habitual en baloncesto. Corría el minuto 31 de partido cuando el portugués Pedro Proença situó su mano izquierda en vertical debajo de la derecha, en horizontal, formando una ‘T’. Era la señal del primer tiempo muerto en el fútbol.

Han pasado 51 partidos hasta que la polémica medida de la FIFA se ha aplicado en un campo de fútbol. Las altas temperaturas de Brasil y, especialmente, el alto porcentaje de humedad, hicieron a los mandamases crear un sistema relativamente similar al utilizado en otros deportes para detener el juego en ciertos momentos de un partido. El cooling time, como lo llamó oficialmente la organización, a diferencia del baloncesto, no sirvió en el caso del duelo entre los oranje y el Tri, para preparar la siguiente jugada rápida, sino que todos los jugadores y el propio árbitro acudieron a la banda para refrescarse de forma abundante.

Toallas húmedas sobre los hombros y la cabeza, incluso camisetas mojadas para ponerse por encima, y mucha, muchísima agua. Esos fueron los elementos que todos los protagonistas sobre el césped reclamaron con entusiasmo, como quien encuentra un oasis en medio del Sáhara y acude presto a hundir la cabeza en cualquier charco. La medida, si bien es altamente polémica y recibida con escepticismo en todo el mundo del fútbol, fue agradecida por los jugadores, que pedían y pedían más agua durante los tres minutos que duró el novedoso parón.

Pero no hubo ningún corrillo en torno a los entrenadores de los equipos. Solamente charlas casi espontáneas entre algún futbolista y su técnico para aclarar posiciones, marcajes o ideas puntuales. Fue el caso, por ejemplo, de Carlos Salcido con Miguel ‘Piojo’ Herrera, que hablaron durante prácticamente todo el tiempo que estuvo el juego detenido. Louis van Gaal, por su parte, animaba a sus jugadores, más que corregía errores a pulir. Robben y Van Persie parecían únicamente interesados en los bidones. En la segunda parte se repitió el proceso en el minuto 75 y esta vez sí hubo más interacción con los entrenadores. Van Gaal cambio a Van Persie y en rueda de prensa admitió que como ya sabía que ese parón se haría, tenía preparados cambios tácticos mucho más profundos que los que permite el juego corrido. Así, alimentó aún más la polémica con su remontada final.

Es un antes y un después, está claro. Sin embargo, esta medida de interrumpir un partido de fútbol es extraña. Puede ser que el árbitro, único con potestad para parar el juego, decida dar paso al tiempo muerto y corte el ritmo a un equipo que en ese momento esté mejor, por ejemplo.El resto de medidas que se han probado hasta ahora en Brasil han resultado ser un auténtico éxito. La FIFA también aprobó la primera introducción tecnológica en el fútbol con el ‘ojo de halcón’ para detectar si un balón supera la línea de gol y aunque se ha aplicado con cuentagotas, parece ser un gran avance. Igual que el spray de espuma para marcar con exactitud la distancia de las barreras en los libres directos. Desde que se emplea ese spray, ni un jugador se ha atrevido a dar un paso hacia adelante para ganar unos centímetros con respecto a la pelota, ni el lanzador ha retrasado el esférico por el motivo contrario.

Aun así, está por ver la acogida global que tendrá el cooling time, o tiempo muerto, sobre todo si finalmente el Mundial del año 2022 se acaba disputando en Qatar, que aunque fuese en invierno, habrían unas temperaturas similares o incluso superiores a las de Brasil. Por ahora, los jugadores de México y Holanda lo agradecieron fervientemente.