Ruptura total con Xavi Hernández y nevera para Piqué, Fàbregas y Jordi Alba

Del Bosque quiere dar normalidad al día a día de la Selección y de ahí que no falte a su cita con el trabajo en la sede federativa. Con los focos aún por apagarse y con algunos frentes todavía abiertos, el futuro del técnico parece que pasa por continuar en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, tal y como anunció ayer AS. La decisión no será firme hasta que pasen los días y se produzca esa anunciada cumbre con Villar y Jorge Pérez. Lo que es seguro es que la Federación recuperará la figura del director deportivo. Del Bosque la quiere y los jugadores, también. Fue un cargo creado para y por Fernando Hierro y volverá a estar activa. Mientras, jugadores como Piqué, Cesc o Jordi Alba estarán un tiempo en la nevera.

La fecha del 23 de julio, día de la Asamblea del fútbol español, será la definitiva para conocer su futuro. Las dudas y alguna que otra sombra siguen apareciendo en el horizonte y todavía no han sido despejadas. El inesperado comportamiento de algunos jugadores ha dejado tocado al técnico, pero no lo suficiente. Al menos por ahora. El seleccionador tiene claro que el fútbol español tiene futuro, con independencia de su presencia o no en el cargo. Gestos como el de Iniesta al término del partido en Curitiba, la respuesta de jugadores como Torres, Ramos, Mata, Azpilicueta o Juanfran en los días más duros de concentración con la Selección ya eliminada y el apoyo incondicional de los dirigentes federativos, le empujan a no cerrar el paréntesis en el equipo español.

Las sombras llegan en forma de decisiones drásticas que debe tomar para que el grupo continúe y pueda enderezar un rumbo que se torció en Salvador de Bahía y se perdió en la convivencia en Curitiba, donde el egoísmo se instaló por encima de los intereses de la plantilla. Del Bosque no se esperaba la actitud de Xavi tras saberse fuera del equipo ante Chile. Esos quince segundos en los que el técnico anunció la entrada en el equipo y la salida del centrocampista fueron eternos. El azulgrana desconectó por completo. No existió. Ni en Maracaná, ni en los días posteriores en los que algunos jugadores demostraron querer al equipo y tener la ambición suficiente para continuar, con especial mención a Iniesta, Ramos y Torres.

Xavi Hernández no entendió, un año atrás, unas palabras de Toni Grande en las que venía a decir que al azulgrana no le gustaban ciertos compañeros a su lado. La bomba estalló en plena Confederaciones y desde ese momento, la relación entre el cuerpo técnico y el centrocampista se ha enfriado hasta terminar por ser inexistente. Su presencia en zapatillas en el banquillo en el último partido lo dice todo. Lo sorprendente es que se entrenó con normalidad y no hubo parte médico alguno. Continúe o no Del Bosque, el que no seguirá es Xavi, como tampoco lo hará Xabi Alonso, jugador que no ha rendido como se esperaba pero que, al menos, dio la cara el último día.

Los que estarán un tiempo en la nevera son Cesc, Piqué y Jordi Alba. El primero terminó enfrentándose sobre el césped con el seleccionador que le tendió la mano perdonando lo sucedido tirando de él para el último partido. La actitud del central, molestias musculares de por medio, en los últimos entrenamientos no han caído en el olvido. El lateral azulgrana y su acto de indisciplina con la competición terminada han sido apuntados. Las amenazas no son algo que perdonen fácilmente en la Federación.