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Los pecados capitales de Del Bosque
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la revolución planeada se quedó en el camino

Los pecados capitales de Del Bosque

No ha podido ser. España ha puesto fin a su ciclo mágico, ése en el que ha sido capaz de encadenar dos Eurocopas y un Mundial de una manera triste

Foto: Vicente del Bosque no ha dado con la tecla de la Selección en el Mundial de Brasil.
Vicente del Bosque no ha dado con la tecla de la Selección en el Mundial de Brasil.

No ha podido ser. España ha puesto fin a su ciclo mágico, ese en el que ha sido capaz de encadenar dos Eurocopas y un Mundial, algo que nadie ha logrado en la historia del fútbol. El problema es que ese final llega de mala manera y con el sello de urgencia. La sensación que ha transmitido España es que se ha convertido en una selección previsible y vulgar, cuando hasta hace un año era admirada por todos. Tras la debacle, José Félix Díaz, enviado especial de El Confidencial a Brasil,responderá a los lectores sobre qué ha sucedido en un encuentro digital.

Del Bosque no ha sabido dar con la tecla, esa que exigía la ausencia de algunosjugadores y la llegada de otros nuevos. Ese compromiso adquirido con la clasificación ha sido el principal motivo de ver por Brasil a los mismos jugadores, aunque ha dudado con algunos. Hombres como Xabi Alonso o Xavi Hernández han estado en solfa durante la campaña. Al final entraron por los servicios prestados, pero la realidad dice que uno fue sustituido en los dos partidos y el otro ya no apareció ante Chile.

Del Bosque siempre ha dicho que no estaría atado a un contrato, a ese que le obligaron a firmar y por el que se garantizaba su presencia dos años más. Supeditaba todo a la respuesta en el Mundial y esa no ha podido ser peor. Villar y compañía le van a ‘obligar’ a seguir, a construir una nueva España, pero el ánimo del seleccionador ha quedado muy tocado después de lo sucedido en Brasil. Todo apunta a un adiós de un técnico que ha llevado a España a lo más alto, pero que no ha acertado a hacer esa renovación tan necesaria. El historial no siempre debe valer y para algunos jugadores sí que le ha servido para estar en el Mundial.

Jugadores como Koke, Cesc, Mata o el mismo Cazorla han debido tener más protagonismo, por no mencionar a los ausentes Iturraspe o Gabi, jugadores claves en sus equipos y que han demostrado tener una intensidad muy alta durante la temporada, mientras que algunos de los presentes han evidenciado que su capacidad de respuesta ha sido nula por completo. La sensación que se ha transmitido es que, por respetar los galones, se ha perdido una gran ocasión de seguir escribiendo páginas de gloria de una selección que ha conseguido lo que ninguna antes había logrado. Por eso, el precipitado adiós duele más todavía. Esta España no se lo merecía.

Diego Costa ha 'lastrado' a Del Bosque

Dije en el mes de noviembre que el éxito o fracaso de esta España dependía de la ausencia de Xabi y Xavi en el Mundial. Su fútbol ha sido imperial, pero el Mundial exige algo más que talento y fútbol. Esa intensidad que tienen los Vidal, Medel, Van Persie o el 'hundepechos' de De Jong está lejos del alcance de estos dos enormes jugadores que ya no están para estos envites. El adiós de Xavi al Barcelona es el mejor ejemplo de que el nivel de competitividad ya no responde a las exigencias del fútbol de élite.

El factor Diego Costa también ha sido otra de las decisiones que han ido en contra del seleccionador y de la Federación. El paso dado adelante con el 'sí' del brasileño a jugar un Mundial en su país y con la camiseta del eterno enemigo ha significado el tener que contar con el rojiblanco sí o sí. Diego Costa lleva tres meses fuera de la circulación. Desde que se lesionó en el Camp Nou no ha sido el mismo, tal y como ha demostrado en todos y cada uno de los entrenamientos.

No estaba bien. Las lesiones han marcado el final de temporada y su presencia aquí ha roto aquello de "llevaremos a los que mejor estén o a los que creemos que estarán mejor, circunstancia que no se ha producido con el delantero, que en momento alguno ha estado en condiciones de jugar, mejor dicho, de rendirtal y como exige un Mundial.

Además, el que será jugador del Chelsea nunca se ha sentido acoplado al juego de España. Por momentos parecía que no se entendía con sus compañeros. Cuando tiraba un desmarque en largo, el balón iba en corto, y al revés. Entendimiento cero. El otro factor con el que no ha podido ha sido con el ambiental. Era el centro de atención y en todo momento no ha podido superarlo. Su presencia en los onces titularesse salda con un penalti cometido sobre su presencia y tres ocasiones claras marradas entre multitud de balones perdidos.

Casillas, otro eje de debate

Jugadores como Busquets o Jordi Alba tampoco han llegado en las mejores condiciones posibles. El centrocampista ha arrastrado problemas en el pubis durante toda la temporada y el lateral ha encadenado hasta tres lesiones musculares que le impidieron hacer una buena temporada, terminando con un Mundial en el que no ha aparecido ni en una sola ocasión creando peligro por su banda.

El debate o el análisis se cierra con Casillas. Indiscutible para Del Bosque, la lesión de Valdés le llevaba de cabeza a la titularidad, esa misma que parecía en duda en los primeros partidos de la presente temporada. El relevo del madridista tiene nombre y apellidos en David de Gea. Al menos ha figurado en la convocatoria.

Ahora se hablará de si la preparación ha sido la adecuada, si la elección de Curitiba como sede ha sido la mejor o no. Los resultados dicen que no ha sido así y, como penitencia, por delante quedan ahora cinco días de convivencia en la fría ciudad del estado del Paraná que serán rematados con un triste partido entre España y Australia, colofón a una selección que no ha sabido renovarse como debía.

No ha podido ser. España ha puesto fin a su ciclo mágico, ese en el que ha sido capaz de encadenar dos Eurocopas y un Mundial, algo que nadie ha logrado en la historia del fútbol. El problema es que ese final llega de mala manera y con el sello de urgencia. La sensación que ha transmitido España es que se ha convertido en una selección previsible y vulgar, cuando hasta hace un año era admirada por todos. Tras la debacle, José Félix Díaz, enviado especial de El Confidencial a Brasil,responderá a los lectores sobre qué ha sucedido en un encuentro digital.

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