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A la Brasil de Neymar le falta fútbol para meter miedo en 'su' Mundial
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empate sin goles ante méxico (0-0)

A la Brasil de Neymar le falta fútbol para meter miedo en 'su' Mundial

Sin fútbol, la 'canarinha' no encontró la vía para concretar sus opciones ante la meta de un excelso Ochoa, salvador de la descarada apuesta mexicana

Foto: Guillermo Ochoa ataja el balón ante el lamento de Neymar durante el Brasil México. (Reuters)
Guillermo Ochoa ataja el balón ante el lamento de Neymar durante el Brasil México. (Reuters)

No dio buena suerte el espantoso rubio platino elegido por Neymar y Dani Alves para dar color a su cabellera en el partido ante México. Tampoco amedrentó al serio combinado azteca las lágrimas de emoción del delantero del Barcelona mientras retumbaba el himno de Brasil en el Estadio Castelao de Fortaleza. Aunque ya vencieron en la Confederaciones de hace un año, la pentacampeona no pudo consolidar su particular venganza ante el equipo que acabara con el sueño olímpico en Londres. Sin complejos y con un muro inabordable llamado Guillermo Ochoa, el equipo del ‘Piojo’ Herrera consiguió colapsar la ofensiva de la canarinha y sacar un empate sin goles valiosísimo de cara a la segunda fase (0-0). Brasil, carente del fútbol que se le presupone, se ve obligado a conseguir un resultado positivo ante Camerún si quiere evitar desagradables sorpresas de última hora.

Con Brasil inmersa en la desidia y sin alternativas para sortear los escollos del rival, sus vitales actuaciones desbarataron las intentonas de una anfitriona que vivió de los fogonazos puntuales. La cautela sobre el estado de Hulk, con molestias en un entrenamiento previo al partido, llevó a Scolari a dar entrada a Ramires. De esta forma Brasil dibujaba sobre el verde un 4-3-3 con Luiz Gustavo-Paulinho-Ramires en la medular y el trío Neymar-Oscar-Fred por delante. Por su parte, Herrera fue fiel al once que le dio el triunfo en el partido inaugural ante Camerún (1-0). Plantó México un encuentro trabado desde el principio, subiendo líneas y presionando sin cesar.

Partido sobrio y competido de un equipo que logró certificar su billete para Brasil con más apuros de los previstos. Fue llegar a Brasil y mostrar los mexicanos su mejor versión. El espectáculo se trasladaba a los banquillos donde Felipao, para quien la pillería de Fred dentro del área en el encuentro ante Croacia fue penalti sin discusión, se enfrascaba en un frenético duelo gestual con su homólogo. Cinco faltas en los primeros siete minutos ilustran unos primeros compases cargados de pasión y vehemencia. Un juego correoso que ató en corto el oscurecido 'jogo bonito' de Brasil. En Brasil, Fred, disperso y sin chispa, vivía en el fuera de juego, echando por tierra alguna tímida incursión por banda izquierda. Por su parte, México, desvergonzado y sin fisuras, se contentaba con algún intento desde fuera del área.

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El 'Cielito Lindo' tronaba y silenciaba el desconcertado ánimo de los brasileños. Su papel de favoritos les obligaba a dar la cara. Y, aunque no de la manera prevista, trató de hacerlo. A ritmo de la insolencia y el descaro de Neymar, Brasil salpimentaba un partido que poco a poco iba dominando. Carburaba y combinaba con alegría la ‘canarinha’ en lo que terminó siendo un oasis en medio del desierto. Mediado el primer acto, el estilete de la anfitriona ganó el duelo aéreo a Rafa Márquez y cabeceó académicamente un balón colgado desde la derecha. Enfrente se topó con la colosal estirada de ‘Memo’ Ochoa. El meta mexicano se detuvo en el aire para sacar una mano en una de las mejores intervenciones del torneo. Neymar galopaba con la misma voracidad que encandiló al mundo con la zamarra blanca y negra del Santos. El astro se sabe el centro del universo de la ‘verdeamarelha’ y acepta el reto con insultante naturalidad.

En medio del fragor de la batalla, José Juan Vázquez se sacó un tiro poco ortodoxo tras una dejada en la frontal de Miguel Layun que se marchó acariciando la cepa del poste de la meta defendida por Julio César. Poco después, Brasil gozó de una nueva ocasión pero volvió a toparse con un gigantesco Guillermo Ochoa, a la postre el héroe del partido. En una falta sin aparente peligro, la defensa mexicana quedó paralizada ante la dejada con las cinco estrellas del escudo de Thiago Silva que Paulinho, a quemarropa, estrelló en la figura del meta azteca. En la última acción de la primera parte, 16 faltas después, Ramires veía la primera amarilla por la que todos suspiraban tras derribar sin contemplaciones a Paul Aguilar en el costado diestro. Tras muchas acciones similares, el trencilla turco decidió que era el momento para inaugurar un tarjetero inédito hasta el momento.

No lo terminó de ver claro un Felipao que agitó el cesto y señaló a Ramires. En su lugar entraba Bernard. Mientras Neymar se escoraba a la izquierda como en los viejos tiempos, Oscar ocupaba la mediapunta y el delantero del Shakhtar Donetsk se hacía dueño y señor de la banda derecha. La apuesta era clara: tres jugadores con el mismo concepto futbolístico para desnivelar la balanza. Sin embargo, pese a la acumulación de pólvora en la zona de ataque, Brasil vivía momentos de angustia ante el paulatino fortalecimiento de México. El balón no le pertenecía y correr detrás del esférico mermaba sus piernas y su moral.

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Ante la indiscreta invitación de la zaga brasileña, el ‘Gallo’ Vázquez volvía a estremecer el corazón de la hinchada local. Era sólo el principio del asedio azteca, siempre desde la lejanía, radiante de confianza con el paso de los minutos. Si hace casi un año el empuje de la afición brasileña de Fortaleza fue un factor importante en la victoria de la ‘canarinha’ por 2-0 ante los mexicanos en la Confederaciones, esta vez los mexicanos hicieron más ruido que nunca. Sobre el verde, Cuneyt Cakir bajaba el listón y empezó a rascarse el bolsillo con más alegría de la habitual. Neymar aprovechó la coyuntura para deleitar al populacho un disparo sutil que se marchó saludando de cerca a la escuadra y al saltarín Ochoa.

Jo Alves suplía a Fred, dotando de movilidad y dinamismo a la ya de por sí inquieta delantera carioca. Poco después, Neymar pinchó dentro del área un centro desde la izquierda, se perfiló con jerarquía pero su disparo volvió a estamparse con un muro infranqueable. La inspiración del portero mexicano provocaba una pila de lamentos en el combinado brasileño. Herrera no quería oír hablar de rendición. México se veía con ánimo y su fútbol respaldaba su atrevida candidatura. No quería renunciar a lograr un triunfo que supondría una enorme inyección de moral. Giovani Dos Santos ganó el cónclave a Rafa Márquez para disfrutar de un libre directo franco previa amarilla de Thiago Silva sobre el ‘Chicharito’. La barrera amarilla repelió el tiro, alejando los fantasmas de un gol que corroboraría el fracaso más rotundo.

En un duelo a tumba abierta, los 22 que terminarían el choque encaraban los últimos compases de partido en medio de una ansiedad desorbitada. Un toma y daca sin contemplaciones que Brasil trataba de gobernar sin fortuna.Neymar, fuente de vida en Brasil, ponía un balón templado desde la derecha al que Thiago Silva embistió con rabia con la testa. No había manera. El embrujo de Ochoa lo paraba todo. Con la gente de aquí para allá, tal y como hizo durante todo el choque, México quemó sus últimos cartuchos con intentos lejanos cargados de intención pero que no encontraron la malla rival. Neutralizada con éxito la fantasía de Brasil en ataque, el físico no andaba para grandes estridencias.

En una de las últimas llegadas, Marcelo prefirió tirarse en el área antes que llegar a un balón factible. Esta vez el árbitro no cayó en la trampa. Y es que ni un penalti inexistente acabaría con la tela de araña tejida con tesón por los mexicanos. Cierto que, pese a no cuajar un juego destacado, Brasil pudo llevarse los tres puntos. En sus cuentas seguro que no figuraba el soberbio papel de un portero bendecido por la virgen de Guadalupe que movió el incombustible fervor mexicano. Un día glorioso que, además de dar alas a los suyos, a buen seguro le valdrá para salir del paro tras el Mundial.

Ficha técnica:

0 - Brasil: Julio César; Alves, Thiago Silva, David Luiz, Marcelo; Luiz Gustavo, Paulinho, Ramires (Bernard, m.45), Oscar (Willian, m.83); Neymar y Fred (Jô, m.68). Seleccionador: Luiz Felipe Scolari.

0 - México: Guillermo Ochoa; Paul Aguilar, Héctor Moreno, Rafael Márquez, Francisco Rodríguez, Miguel Layún; Juan José Vázquez, Andrés Guardado, Héctor Herrera (Marco Fabián, m.76), Giovani dos Santos (Raúl Jiménez, m.83) y Oribe Peralta (Javier Hernández, m.73). Seleccionador: Miguel Herrera.

Árbitro: Cuneyt Cakir (TUR) amonestó a Ramires y Thiago Silva por Brasil; a Aguilar y Vázquez, por México.

Incidencias: partido de la segunda jornada del Grupo A del Mundial 2014, jugado en el estadio Castelão, de Fortaleza, ante 60.342 espectadores.

No dio buena suerte el espantoso rubio platino elegido por Neymar y Dani Alves para dar color a su cabellera en el partido ante México. Tampoco amedrentó al serio combinado azteca las lágrimas de emoción del delantero del Barcelona mientras retumbaba el himno de Brasil en el Estadio Castelao de Fortaleza. Aunque ya vencieron en la Confederaciones de hace un año, la pentacampeona no pudo consolidar su particular venganza ante el equipo que acabara con el sueño olímpico en Londres. Sin complejos y con un muro inabordable llamado Guillermo Ochoa, el equipo del ‘Piojo’ Herrera consiguió colapsar la ofensiva de la canarinha y sacar un empate sin goles valiosísimo de cara a la segunda fase (0-0). Brasil, carente del fútbol que se le presupone, se ve obligado a conseguir un resultado positivo ante Camerún si quiere evitar desagradables sorpresas de última hora.

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