Italia '34: el Mundial de Mussolini
El Mundial de Italia 1934 estuvo claramente politizado por el régimen de Benito Mussolini, quien convirtió el campeonato del mundo de selecciones en un motivo de orgullo
El Mundial de Italia 1934 estuvo claramente politizado por el régimen deBenito Mussolini, quien convirtió el campeonato del mundo de selecciones en un motivo de orgullo nacional. La victoria de la selección italiana era una verdadera cuestión de Estado. 'Il Duce' recurrió a todo tipo de artimañas para convertir a la selección italiana en campeona del mundo: la compra de árbitros, presión a los equipos rivales y la'nacionalización' de jugadores fueron las 'técnicas' utilizadas por el régimen fascista.
Mussolini era consciente de la importancia que el fútbol estaba tomando, poco a poco, en la sociedad internacional. Por ello, exportar a medio mundo la imagen de una Italia ganadora era sinónimo de poder, por lo queganar el Mundial se convirtió en el principal objetivo político. Así, la primera estrategia a seguir fue alinear a cinco 'oriundi' -extranjeros nacionalizados italianos al tener ascendencia transalpina-: los argentinos Enrique Guaita, Raimundo Orsi, Atilio DemaríayLuis Monti, y el brasileñoAnphiloquio Guarisi.
La participación de treinta y dos selecciones en el Mundial obligó a la realización de una fase previa, de la que salieron los dieciséis equipos participantes de la fase final, entre los que se contaban la propia Italia y la selección española. En octavos de final, el conjunto transalpino, entrenado porVittorio Pozzo,venció consolvencia a Estados Unidos por 7 a 1. Pero a partir de cuartos, los italianos -ayudados por los árbitros- sufrieron mucho para ir pasando cada ronda.
Enesta misma rondase vio las caras ante España-que había acabado con Brasil en octavos por 3 a 1-, y a punto estuvo de ser eliminada. El partido acabó con empate a uno, por lo que se tuvo que jugar un encuentro de repetición -a pesar de existir la prórroga no existían los penaltis por aquel entonces-. La excesiva dureza italiana y la permisividad arbitral, en un partido que se recordará por la vergonzosa actuación del colegiado René Mercet, hicieron que siete jugadores españoles acabaran lesionados y no pudieran jugar este segundo partido, entre ellos una de sus estrellas,Ricardo Zamora, que acabó con dos costillas rotas. En este segundo encuentro, Italia venció por 1 a 0 gracias a un gol deGiuseppe Meazza.
En semifinales, Italia volvió a sufrir en exceso para vencer a Austria. El 'Wunderteam', conMatthias Sindelara la cabeza de una de las mejores selecciones de todos los tiempos, mereció la clasificación. Pero las 'extrañas' decisiones arbitrales en momentos determinados del encuentro y el estado de gracia de Meazza, dejaron a la selección austríaca en la cuneta, después de caer derrotada por a 1 a 0 ante la anfitriona, que consiguió plantarse en la final ante Checoslovaquia.
En dicha final, Italia se jugaba el prestigio de ser la campeona del mundo, una selección presionada por Mussolini para alzarse con el torneo. En el descanso del partido, con empate a cero en el marcador, 'Il Duce' bajó a los vestuarios y se dirigió a Pozzo, seleccionador italiano: "Que Dios le ayude si fracasa", le espetó. En el minuto 76 de partido,Puciba a adelantar a los checos en el marcador. El miedo recorría y paralizaba a los jugadores italianos, temerosos de las represalias que podrían recibir.
Sin embargo, un 'oriundi' iba a dar esperanzas al conjunto italiano. Orsi, en el minuto 81 de partido, iba a lograr el empate, llevando el encuentro a la prórroga. En este tiempo extra,Schiavioibaa ser clave, tras rematar a la red en el minuto 95 un gran servicio de Meazza, que minutos antes se había lesionado. El tanto de Schiaviodio la victoria a Italia, y Mussolini se alzaba con el Mundialmás político de la historia. Italia 1934 demostró que el fútbol podía ser un arma más potente de lo que se pensaba.
El Mundial de Italia 1934 estuvo claramente politizado por el régimen deBenito Mussolini, quien convirtió el campeonato del mundo de selecciones en un motivo de orgullo nacional. La victoria de la selección italiana era una verdadera cuestión de Estado. 'Il Duce' recurrió a todo tipo de artimañas para convertir a la selección italiana en campeona del mundo: la compra de árbitros, presión a los equipos rivales y la'nacionalización' de jugadores fueron las 'técnicas' utilizadas por el régimen fascista.