El látigo de Ancelotti en el Madrid: el tirón de orejas a Endrick... y los que no se atreve a dar
El técnico italiano asegura que no le gusta la mano dura, pero sí que la muestra con los más jóvenes, algo que no hace con futbolistas más contrastados para evitar un problema
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"Siempre que hay problemas, dicen que tengo demasiada mano izquierda. Intento manejar mi relación con las personas con lo que soy. Me he enfadado muchas veces, pero siempre intento mantener relaciones al mismo nivel: tener respeto y ser respetado. Soy una persona de mano izquierda, porque nadie ha tenido relaciones conmigo con mano derecha. Yo no uso el látigo, no soy capaz. Si quieres eso, ficha a otro entrenador", espetaba Carlo Ancelotti antes de jugar contra el Getafe.
El entrenador italiano se defendía así de las críticas recibidas en las últimas fechas por el estilo de juego del equipo y, sobre todo, por la falta de contundencia a la hora de tomar ciertas decisiones. Carletto es de sobra conocido por ser un técnico afable, cercano y sencillo, pero la escasa aportación que algunos de los titulares indiscutibles están teniendo en el tramo decisivo de la temporada, le salpicaba directamente. ¿El motivo? La ausencia de críticas o de rapapolvos.
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En el fútbol actual, con partidos cada tres días durante 10 meses, contar con un once inicial inamovible es casi un suicidio. Primero, por la exigencia del calendario y la falta de frescura que provoca en la plantilla; segundo, por la ausencia de meritocracia y la facilidad del jugador para acomodarse; y, tercero, por la frustración de los menos habituales ante la falta de minutos. Esto provoca dos claros escalones dentro del equipo que terminan por dinamitar la convivencia.
El problema para el Madrid es que, a este cóctel, se han unido varias lesiones de larga duración, todas ellas en la faceta defensiva: las caídas de Dani Carvajal y de Eder Militao, sumadas a los últimos meses de recuperación de David Alaba, han provocado que muchos jugadores hayan hecho horas extras, muchas veces en posiciones que no son las suyas. Y, en lugar de repartir minutos, Ancelotti ha llevado hasta la extenuación a muchos futbolistas, con otros casi intrascendentes.
Es el caso de dos de los más grandes talentos jóvenes del Madrid, Arda Güler y Endrick. Los minutos de los dos jugadores están siendo mínimos y residuales, con pocas oportunidades, especialmente en los partidos pata negra. Da igual que el Madrid tenga que remontar, necesite energía o claridad en los metros finales. El turco ha disputado 1.323 minutos en 36 partidos y el brasileño, 700 en 33. Solo han jugado un partido completo: los dos, ante la Deportiva Minera en Copa.
Pero el problema va más allá de los minutos, las oportunidades y la gestión de plantilla. Está relacionado directamente con la diferente vara de medir que tiene Ancelotti dependiendo de qué jugador se trate. "Yo no uso el látigo", afirmaba, pero no es cierto. No lo usa con los titulares y los jugadores de renombre, pero sí que se atreve a mandar duros mensajes en rueda de prensa a los menos habituales. Este mismo miércoles, lo hizo con Endrick... como también lo hizo con Güler.
🗣️ "No puede hacer estas cosas. No tiene que hacer goles de club de teatro. Eso en el fútbol no existe"
— DAZN España (@DAZN_ES) April 23, 2025
Carlo Ancelotti, sobre la acción de Endrick en la que intentó una vaselina#LALIGAenDAZN ⚽️ pic.twitter.com/7Vdh38CQbM
Sucedió en la segunda parte del partido cuando Endrick, que estaba en fuera de juego, trataba de superar a David Soria con una vaselina. Sabedor de la posición adelantada, se relajó en el disparo, que mansamente fue a parar a manos del meta. El colegiado no señaló fuera de juego pero, en caso de haber entrado, el VAR hubiera actuado. Y, pese a ello, Ancelotti se despachó a gusto con el brasileño por esta acción en la rueda de prensa posterior.
Las críticas de la discordia
"Endrick no puede hacer estas cosas. No tiene que hacer goles de club de teatro. Eso en el fútbol no existe", espetaba por su intento de definición. Precisamente, la misma con la que el brasileño empataba la eliminatoria de semifinales de Copa ante la Real Sociedad. Ahí no hubo críticas porque, evidentemente, acabó en gol. Pero señalarle públicamente en rueda de prensa no es, posiblemente, la mejor vía para hacerle entrar en razón. Al menos, cuando no lo hace con otros cuando fallan.
Ni Mbappé, ni Rodrygo, ni Vinícius, ni Bellingham viven su mejor temporada anotadora y pocos o ningún reproche se han escuchado por parte del entrenador en público. Entonces, ¿por qué precisamente con uno de los futbolistas que mejor rendimiento tiene por los pocos minutos que juega? Una manera de espolearle y enseñarle, quizá, pero lo cierto es que el látigo sale solo cuando es fácil hacerlo. Criticar a un titularísimo es abrir un problema dentro del club. Con Endrick, no. Así de fácil.
Hace no mucho, otros de los ataques públicos que lanzó fue hacia Arda Güler: "Veo a un jugador que trabaja, aprende y quiere jugar, pero pasa mucho tiempo con otras personas y no sé si tienen la misma idea que tengo yo con él para que mejore y pueda jugar en el Real Madrid". Otro tirón de orejas, como el que Endrick recibió este miércoles. No es criticable que Ancelotti les intente espolear con estos mensajes, pero sí lo es cuando no se atreve con otros jugadores que lo merecen más.
"Siempre que hay problemas, dicen que tengo demasiada mano izquierda. Intento manejar mi relación con las personas con lo que soy. Me he enfadado muchas veces, pero siempre intento mantener relaciones al mismo nivel: tener respeto y ser respetado. Soy una persona de mano izquierda, porque nadie ha tenido relaciones conmigo con mano derecha. Yo no uso el látigo, no soy capaz. Si quieres eso, ficha a otro entrenador", espetaba Carlo Ancelotti antes de jugar contra el Getafe.