Vinícius decía la verdad: no estábamos preparados para ver su implosión después del Balón de Oro

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Llega el momento clave de la temporada y, como tal, es la fase donde se espera que aparezcan los mejores jugadores del mundo. Pero Vinícius está desaparecido. El futbolista brasileño parece un jugador absolutamente diferente al que encandilaba a la afición del Real Madrid y, cada vez más, el hincha blanco empieza a perder la paciencia con él. No es por fallar un penalti o tener un mal partido: se ha olvidado de su fútbol y su aportación se ha apagado.

Hace no mucho, Vini era la gran razón del éxito del Real Madrid. Era un puñal en la banda izquierda, un futbolista imparable, revolucionario y hasta anárquico, pero con un sentido del fútbol muy necesario en estos tiempos que corren. Ahora que todo el mundo quiere el balón al pie, era de los pocos jugadores capaces de inventarse un par de regates para destruir defensas. Y, sobre todo, de repetir esfuerzos constantemente, empujando al equipo rival muchos metros hacia su área.

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Desde que llegara al Madrid en la 2018-19, su crecimiento ha sido exponencial, con la pasada campaña como el mejor ejemplo de lo que era capaz de ofrecer. A ese fútbol eléctrico y de desborde, le sumaba goles y asistencias que le convertían en un futbolista diferencial: 24 tantos y 10 pases definitivos en los 39 partidos que disputó, con actuaciones estelares en momentos claves como la final de la Champions, le hacían ser uno de los jugadores más deseados del planeta.

Empezó la presente temporada haciendo un fútbol de muchísimo nivel, pero solo había una duda: no terminaba de aparecer ese modo apisonadora tan del brasileño, donde muchas veces coincidía en los mismos espacios con el recién llegado Kylian Mbappé. Pero llegó el Balón de Oro y todo cambió. El premio a mejor jugador fue para Rodri y ese esperado reconocimiento pasó de largo para el brasileño: "Lo haré 10 veces si es necesario, no están preparados", decía el brasileño.

Y tenía razón... pero para mal, pues el aficionado blanco no estaba preparado para ver a un jugador tan apagado, apático y pendiente de todo, menos del balón. El galardón dorado se había convertido en una estocada de muerte para el brasileño. Y es que, desde que comenzara 2025, Vinícius se ha apagado. Está mucho más pendiente de todo el ruido que hay a su alrededor que del balón y eso lo nota el Madrid, que echa mucho de menos al brasileño.

Los datos no mienten: en estos primeros cuatro meses de año, Vini solo ha marcado 6 goles y ha dado 5 asistencias, es decir, ha participado en 11 goles en los 22 partidos. Pero van más allá, pues esas aportaciones las ha hecho solo en 8 partidos, es decir, en 14 de esos encuentros ha sido completamente intrascendente, teniendo en cuenta que lo juega absolutamente todo. ¿Dónde está ese futbolista que lo intentaba continuamente hasta conseguir su objetivo?

Se ha olvidado de jugar

Vinícius vive una complicada deriva difícil de entender, sobre todo, porque está más pendiente del entorno que del juego. El mejor ejemplo es lo sucedido ante el Valencia: marca el gol blanco, pero falla un lamentable penalti que podría haberlo cambiado todo. Y, ¿qué hace a continuación? En lugar de hacer feroz autocrítica por su error, sube a redes un mensaje afirmando que había sido "un día especial"... porque ha conseguido igualar en goles a su ídolo, Ronaldo Nazario.

Protestas continuas a los árbitros, quejas hacia los rivales o enfrentarse a las aficiones se han convertido en su tónica. Señalarse el escudo, el parche de las 15 Champions o gestos con las finales de Copa de Europa en las que ha marcado se han vuelto cada vez más habituales, todo lo contrario que sus goles o asistencias. Y, por si fuera poco, fue expulsado ante el Valencia, sancionado sin jugar por tarjetas ante el Brest... y ha fallado dos penaltis. Todo en 2025.

Vini está apagado y hasta desconectado, con ciertos aires de estrella que se ha olvidado de jugar. De hecho, ante la Real Sociedad en Copa, recibió una enorme bronca de Ancelotti por no bajar a defender varias jugadas seguidas. Tanto que le amenazó con cambiarle. Fue, de hecho, a partir de ahí, cuando reaccionó y mostró su mejor versión. Quizá estar acomodado en el once sea su problema. Quizá se merece un toque de banquillo. ¿En el momento clave del año? Y, ¿por qué no?