Lenglet facilita un nuevo tropiezo del Atlético, que podría haber dicho adiós también al título de Liga
El Atlético tenía el partido ganado, pero bajó el ritmo y no 'mató' a su rival, lo que provocó que en un absurdo penalti de Lenglet el Espanyol se llevara un punto que le sabe a gloria
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El Atlético de Madrid se dejó dos puntos de oro en Barcelona (1-1), ante un Espanyol que supo materializar sus oportunidades para sacar petróleo en casa. En un partido gris, apagado y con muy poco fútbol, los rojiblancos no supieron cerrar un partido que tenían ganado, lo que fue aprovechado el Espanyol, con la inestimable ayuda de un despistado Clément Lenglet, para lograr un valioso empate que puede valer su permanencia... y el adiós a la Liga de los colchoneros.
El tropiezo rojiblanco ante uno de los equipos de la zona baja de la tabla puede provocar que, al término de la jornada, acaben a seis y nueve puntos de la cabeza de la Liga, siempre que Real Madrid y Barcelona hagan los deberes. Los del Cholo Simeone llevaron el peso del choque, pero sin demasiada mordiente ni peligro, lo que facilitó la labor al Espanyol para rascar un empate después de un penalti sin sentido en una jugada que no llevaba ningún tipo de peligro.
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El Atlético de Madrid había tenido un par de acercamientos, pero sin demasiado peligro, más allá del tanto de Marcos Llorente que el colegiado anuló por fuera de juego previo de Griezmann. El partido se libraba en pequeñas batallas por todo el campo, con no muchas oportunidades, si no es menos cierto que las llegadas más claras tenían color rojiblanco. Y, cuando el partido parecía que se marchaba al vestuario con empate, iba a aparecer Azpilicueta para hacer un golazo.
Corría el minuto 38 cuando, en un balón al área, Sorloth iba a chocar contra Kumbulla en el aire. El árbitro no señalaba faltaba y el balón salía desviado al borde del área, donde el lateral izquierdo rojiblanco se iba a inventar una brutal volea para superar a Joan García y adelantar al Atlético. A partir de ahí, el partido cambió, pues el conjunto rojiblanco pasó a dominar todas las facetas del juego. Lo mejor que le podía pasar al Espanyol era llegar al vestuario y ordenar ideas.
Pero al regreso no iba a cambiar nada, pues los de Simeone iban a seguir llevando la voz cantante del encuentro, ante un Espanyol que no era capaz de robar el balón y encontrar la portería de Jan Oblak. Pero, como suele pasar en este tipo de partidos, el Atlético no había sentenciado al equipo perico y, en una jugada a balón parado, el equipo blanquiazul iba a lograr el empate, después de que Alberola Rojas señalara penalti por un agarrón de Clément Lenglet dentro del área.
Penalti a favor del RCD Espanyol por este agarrón de Lenglet sobre Cabrera.
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) March 29, 2025
Puado transformó la pena máxima y puso el 1-1 en el marcador. #LALIGAEASPORTS #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/YgTkTdhlvP
En un fallo en la marca del francés, pero en un balón que no parecía tener demasiado peligro, Lenglet agarraba descaradamente de la camiseta a Leandro Cabrera, lo que provocó que el árbitro señalara la pena máxima. Javi Puado, con calma y calidad, no lograba engañar a Oblak, pero sí poner el balón lejos de su alcance para materializar el empate. El tanto igualaba el choque en el minuto 71, un punto que era oro para el Espanyol pero un duro golpe para el Atlético.
De aquí al final, el Atlético trató de volcarse en el área rival, pero sin ningún tipo de peligro. Con un fútbol demasiado embarullado y sin ningún tipo de claridad, los rojiblancos no encontraron la vía para hacer un segundo gol que les siga manteniendo en la parte alta de la tabla. Así se llegó al final del partido, con un empate que sabe a oro para un Espanyol que suma para huir de la zona de la quema... y a fracaso para un Atlético que podría haber dicho adiós a otro título más.
El Atlético de Madrid se dejó dos puntos de oro en Barcelona (1-1), ante un Espanyol que supo materializar sus oportunidades para sacar petróleo en casa. En un partido gris, apagado y con muy poco fútbol, los rojiblancos no supieron cerrar un partido que tenían ganado, lo que fue aprovechado el Espanyol, con la inestimable ayuda de un despistado Clément Lenglet, para lograr un valioso empate que puede valer su permanencia... y el adiós a la Liga de los colchoneros.