Luka Modric es eterno: el capitán pone colíder al Madrid con un gol que solo marcan los grandes

El Real Madrid logró una importante victoria ante el Girona (2-0), en un partido donde los blancos sufrieron para acabar con la resistencia de su rival. Y el gran protagonista no fue otro más que Luka Modric, por quien no pasan los años. El croata no solo fue el autor del primer tanto en un espectacular zapatazo desde la frontal del área, sino que inició la jugada del segundo en un balón al espacio. El capitán del Madrid es eterno y demostró sus ganas de querer ganar este campeonato.

Antes del comienzo del partido, los jugadores de ambos equipos, junto a los colegiados, posaron con un cartel de la RFEF donde se podía leer: 'Respeta a los árbitros, respeta al fútbol'. El Bernabéu trono en una sonora pitada, coreando al unísono durante varios minutos 'Corrupción en la Federación'. El conjunto blanco se siente perjudicado por las últimas decisiones arbitrales y la afición no dudó en hacerlo patente, mostrando su malestar con los colegiados en esta temporada.

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Rubén Rodríguez

El Madrid tenía claro cuál debía de ser el guion del partido: mucha posesión, encontrar los espacios en una defensa cerrada y, sobre todo, ser muy sólidos en la parcela defensiva. Así, los blancos comenzaron metiendo el miedo en el cuerpo del Girona, en una primera acción en la que Vinícius se deshizo de cuanto rival le salió al paso para que Mbappé, por milímetros, no llegara a embocar el primer gol. Pero los de Míchel iban a responder escasos segundos después.

Tras un córner no muy bien defendido, el balón iba a llegar al segundo palo, donde apareció Arnau Martínez y Thibaut Courtois, en una acción milagrosa, hacía una parada increíble. Iba el Madrid a tratar de aprovechar la contra y en una acción rapidísima, era el propio Mbappé el que se plantaba ante los dominios de Paulo Gazzaniga, quien también firmaba una gran parada ante el francés. Era el Madrid el que dominaba, pero el Girona metía miedo en chispazos.

Iba la tarde de grandes acciones de los porteros, pues de nuevo el meta argentino del conjunto catalán iba a salvar, en el minuto 26, el gol de Brahim en otra intervención brutal. La misma que solo cuatro minutos después iba a hacer Courtois ante Donny van de Beek, en un balón a quemarropa que salvó con una impresionante mano en una de las mejores paradas de la temporada. Pero todo iba a cambiar definitivamente cuando la magia salió de las botas de Modric.

El Madrid estaba lanzado al ataque, pero no encontraba una vía de agua en la poblada defensa del Girona. Y, cuando las zagas acumulan tantos futbolistas, muchas veces la mejor opción aparece desde fuera del área... donde Modric firmó un gol memorable. Corría el minuto 41 y, tras el saque de un córner, el balón salía rechazado a la frontal. Y el tiempo se paró: el croata controló con el pecho, dejó botar el balón y se sacó un latigazo de empeine exterior para firmar un golazo.

En busca del segundo, que costó

Así se llegaba al descanso de un partido que el Madrid había dominado, pero donde el Girona había tenía varias claras y solo las paradas de Courtois habían evitado el susto en el Bernabéu. El Madrid salió algo más comedido en la segunda mitad, tratando de tener más control y con una marcha menos, aunque pisando campo contrario continuamente. Fruto de esa situación, a punto estuvo Lucas Vázquez de aumentar la cuenta en otro disparo lejano que rozó el palo izquierdo de la meta.

Solo unos minutos después, misma acción, pero diferente protagonista: Vinícius. El brasileño, en una acción similar a la de la pasada temporada, controlaba y se iba para dentro, inventándose un zapatazo lejano que, esta vez, se estrellaba contra el larguero de Gazzaniga. Pasaban los minutos y el Madrid parecía tener controlado el choque, aunque sin aumentar la renta, lo que lo ponía peligroso. Y, de hecho, cerca del 75, la tuvo Vini de nuevo, en una acción similar que esta vez se fue alta

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El Madrid seguía intentando ampliar la renta y a punto estuvo Mbappé en el 80. En un enorme balón largo de Modric, el francés se inventaba un control orientado impresionante, pero su disparo se encontraba con el cuerpo de Gazzaniga. Y volvió a llegar de la mano del croata en el 84'. En otro espectacular balón lanzado a la contra, Vini jugó con Mbappé y este, de nuevo al espacio, buscó al brasileño que, con la puntera, superaba a Gazzaniga para sentenciar el partido.

Fue en este momento en el que Carlo Ancelotti se relajó y comenzó a hacer cambios. Y, como no podía ser de otra manera, Modric se machó del campo con una cerrada ovación del Santiago Bernabéu, que sabe despedir a sus héroes como nadie. Quien no pudo marcar fue Mbappé, a pesar de que lo intentó de todas las maneras, pero el capitán blanco volvió a enseñar el camino de la victoria: Modric es eterno y sigue mostrando por qué es una de las grandes leyendas del fútbol.