Mbappé, la brutal racha con el Real Madrid y por qué "pensar demasiado" era su gran problema

Kylian Mbappé ha dado un paso adelante con el Real Madrid. El delantero francés, que comenzó dejando algunas dudas tras aterrizar en la casa blanca, ha remontado el vuelo y lo ha hecho a lo grande. Llegaba al Santiago Bernabéu para convertirse en la gran referencia del ataque del equipo, pero le costó encontrar su sitio, los automatismos y el engranaje con el resto de sus compañeros. Pero por fin lo ha hecho... y ya mete miedo cada vez que el balón pasa por sus pies.

Aquel partido en San Mamés fue el que lo cambió todo. Ese fallo en un penalti mal ejecutado le pasó factura, fue su momento más bajo en el Madrid, pero le sirvió para levantar la cabeza, mirar hacia delante y entender lo que debía de hacer sobre el césped para ser un futbolista decisivo. Pronto empezó a mostrar una versión que, cada vez más, recordaba a la de aquel jugador que había deslumbrado a Europa años atrás. La llegada del año nuevo confirmó su mejoría.

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Si echamos un vistazo a los números que acumula Mbappé desde que comenzó 2025, los datos hablan por sí solos: ha jugado 14 partidos en tres competiciones diferentes, en los que ha anotado 14 goles, con dos hat-trick incluidos (Valladolid y Manchester City). Y, por si fuera poco, atraviesa su mejor momento desde que llegara al club blanco, pues acumula 4 partidos seguidos marcando, en los que suma 6 goles. Y este domingo, ante el Girona, tratará de seguir ampliando su racha.

Mbappé es un jugador decisivo y así lo está demostrando. En este tramo de temporada, le ha marcado al Barcelona (Supercopa de España), Atlético de Madrid (Liga) y Manchester City en los dos partidos (Champions) o, lo que es lo mismo, ha sido capaz de aparecer en los momentos importantes, precisamente lo que se demandaba de él. Cada vez está más cómodo y empieza a confirmar por qué es uno de los futbolistas más diferenciales del planeta fútbol.

En el mejor partido que se le recuerda a Mbappé desde que viste la camiseta del Real Madrid, firmaba un brillante hat trick para meter al conjunto blanco en los octavos de la Champions. A los tres minutos, firmaba una gran vaselina para adelantar a su equipo; minutos más tarde, finalizaba a la perfección una jugada coral para, con un regate eléctrico, hacer el segundo; al poco de comenzar la segunda parte, con una bicicleta y un remate al palo con la zurda sentenciaba el choque.

Ovacionado por el público y los compañeros, se marchaba feliz a casa con el balón en sus manos. Poco más de dos meses han pasado desde aquel partido en San Mamés, donde tocó suelo y entendió que era el momento de soltar lastre. ¿Cómo? El propio Mbappé tenía la respuesta, algo que verbalizó y exteriorizó hace escasas fechas y que era lo que le tenía bloqueado. El problema era dejar de jugar por instinto y hacerlo siempre con una calculadora en la mano.

"Era imposible hacerlo peor que en San Mamés, así que solo podía subir y demostrar que soy un jugador de gran calidad. Hasta ese momento, pensaba mucho en cómo hacer las cosas, cómo moverme, cómo ir al espacio, moverme a mi zona, o caer en la de Vini o Rodrygo. Y, cuando piensas mucho, te olvidas de tu juego", expresaba. El francés comenzó a jugar más por sensaciones que de manera racional y los buenos resultados no han tardado en llegar.

Los 14 goles que suma en los últimos 14 partidos que ha disputado son la mejor demostración de cuál es el nivel que atraviesa. Está de dulce y lo hace en el momento clave de la temporada. Su próxima reválida será este domingo contra el Girona, donde tratará de seguir aumentando su cuenta goleadora en busca del Pichichi, donde está a solo dos goles de Robert Lewandowski. Es su gran momento y no lo quiere desaprovechar. Y lo bueno no ha hecho nada más que comenzar.